Los precios de las etiquetas de identificación por radiofrecuencia (RFID) más simples, bajaron de US$0.15 en el 2005 a US$0.04 ($21) en la actualidad para grandes volúmenes, y la consultora estadounidense IDTechEx pronostica que bajarán a US$0.01 en el 2008 y a US$0.001 en el 2012.

Sus tamaños y consumo de energía son también muy inferiores respecto de sus antecesoras, y seguirán disminuyendo. Hitachi ya tiene un prototipo de etiqueta RFID que se mide en micrones y cabe cómodamente entre las líneas de una huella digital.

Además de la etiqueta RFID pasiva más sencilla, esta tecnología incluye también una gran variedad de otros productos, incluyendo tarjetas como nuestra Bip! y dispositivos como los TAG, además de sofisticados equipos de RFID activo con fuentes de poder autónomas para el control de procesos críticos.

Con lectores de RFID y sistemas computacionales asociados cada vez más baratos y poderosos, RFID es una tecnología de comunicación máquina a máquina (M2M) que está cambiando la manera de hacer las cosas, entregando un potencial de control de procesos y control de calidad de un nuevo orden de magnitud.

La baja en los costos de las etiquetas RFID ha llevado a que hoy en día se usen no sólo en pallets y en cajas de productos, sino que también a nivel de productos individuales. También se usan de manera creciente en el control de inventarios de productos, insumos, equipos, herramientas y otros activos. Por esto, si bien el número de ítemes individuales etiquetados con RFID en el mundo llegó a sólo 200 millones a fines del 2006, IDTechEx prevee que esta cifra llegará a 550.000 millones en el 2016.

Estas cifras hay que tomarlas con pinzas, dado que los pronósticos de los expertos han tendido a pecar de exceso de optimismo. La tecnología ha avanzado más lento de lo inicialmente esperado, debido a la enorme variedad de sistemas que han emergido y las dificultades en su integración, y por el hecho de que varios tipos de lectores de dispositivos RFID operan con niveles de error inaceptables cuando están cerca de metales o de agua.

Sin embargo, estos inconvenientes están en vías de superación por la convergencia hacia protocolos comunes y la salida del mercado de los sistemas que no logran rendimientos confiables en las condiciones reales que deben enfrentar. Por esto, se mantiene un amplio grado de consenso en que la difusión de las tecnologías M2M inalámbricas va a ser muy veloz.

La logística en la era del RFID

Usando RFID para exportar paltas de calidad

Exportadora Río Blanco, la cuarta mayor exportadora chilena de frutas, ha adoptado tempranamente las tecnologías de punta. En el primer semestre del 2005 realizó un programa de pruebas de uniformidad de temperatura en un nuevo tipo de contenedor refrigerado, el M1-Rb, de origen estadounidense y producido por Coldwall Inc. Luego, en Octubre del 2006 estuvo otra vez en la noticia por la utilización pionera de la identificación por radiofrecuencia (RFID), a fin de asegurarse que las paltas que exportaba desde el valle de La Serena a Estados Unidos, se mantuvieran entre los 4ºC y los 7ºC durante toda la cadena de transporte, y que es el rango de temperaturas requerido para que lleguen a destino en condiciones ideales para su consumo.

Para esto Río Blanco efectuó una prueba piloto de tres semanas para evaluar el desempeño de los tags de Evidencia Data Logger Technologies (EDLT), de una empresa de Memphis, Tennessee que promete soluciones avanzadas para el rastreo de cumplimientos de normas (traceability) y la gestión óptima de cadenas de frío. EDLT suministra un sistema RFID con tags que operan a 13,56 MHz conforme al Standard ISO 15693. Trabaja sobre la base de equipos miniaturizados que incluyen sensores de temperatura RFID y registradores con capacidad para observaciones secuenciales múltiples, y un software basado en Internet que permitió a Río Blanco chequear el estado de sus paltas durante toda la cadena de frío. Los tags suministrados para este proceso fueron denominadas "paltags".

El plan piloto comenzó en plantaciones cercanas a La Serena, donde 20 paltas que estaban aún en los árboles fueron envueltas con tags RFID conectadas a registradores de temperatura. Horas luego de ser cortadas, fueron enviadas junto al resto de esa cosecha a bodegas de refrigeración que bajaron su temperatura al rango objetivo.

Los receptáculos fueron etiquetados con registradores de temperatura semi-pasivos Evidencia Logic Ther-Assure RF, y luego las paltas con "paltags" pasaron por el riguroso proceso normal de clasificación, lavado y encerado - pese a lo cual estas últimas siguieron operando normalmente – para luego ser empacadas en cajas de cartón, distribuidas en pallets y enviadas en camiones a Valparaíso. Aquí los funcionarios de control de calidad de Río Blanco, equipados con lectores manuales de RFID, pudieron recuperar las observaciones de temperaturas capturadas por los registradores. Si dichas temperaturas hubiesen sobrepasado los límites asignados, la gerencia de Río Blanco hubiese recibido automáticamente la alerta correspondiente con los datos necesarios para identificar el camión y redirigirlo a un centro de frío, para modificar la temperatura a su rango objetivo y así evitar daños.

Los containers refrigerados fueron luego embarcados y cuando llegaron a Long Beach (California), se repitió el proceso de descarga de datos, los que resultaron satisfactorios.

Actualmente, Río Blanco continúa operando con paltags, lo que le posibilita un control permanente de las cadenas de frío de sus productos. Además, le proporciona información detallada sobre el cumplimiento de contratos por parte de sus proveedores de servicios de transporte, para garantizar accountability además de la seguridad y calidad de sus productos.