¿Cuál es la importancia de la logística en la comercialización del vino? F. Herrera: De primerísima importancia; el problema es que se ha descuidado bastante y quienes participan de esta industria la han relegado a un segundo lugar. Hoy la tendencia del mercado chileno es exportar productos de calidad "premium", lo que se ha visto reflejado en un aumento de la facturación. Ello, gracias a que se ha invertido en infraestructura; tecnología; campos; bodegas, cubas y barricas; packaging y marketing de primer nivel. Hasta aquí toda esta cadena denota altos niveles de inversión. El problema es que cuando comienza la logística del vino, las empresas tratan de ahorrar. Si el exportador y el importador sólo se preocupan de los costos y no se enfocan en una logística de calidad, pueden perjudicar la imagen de la viña con un producto de baja calidad por un descuido menor y deben asumir todos los costos por concepto de pérdidas. ¿En qué fases de la cadena logística se suele ahorrar costos? I. Espinoza: Nuestra experiencia nos ha permitido detectar algunas malas prácticas. Por ejemplo, en vez de contratar un embarque marítimo directo hasta el puerto de destino, se elige un servicio irregular que implica rutas con uno o dos transbordos que pueden significar hasta una semana de parada en el Caribe, produciendo el sobrecalientamiento del vino. Lo anterior arruina la calidad del producto y se traduce en la pérdida de todo un contenedor, siendo generalmente el exportador quien debe asumir esta pérdida económica y el daño a su marca. Muchas veces por costo o desconocimiento, se embarca el contenedor sin insular, lo que deja la carga expuesta a temperaturas extremas. También se dá que las cargas LCL se consolidan en los puertos en recintos no acondicionados para el manejo del vino. Esto puede significar olores, exposición a la luz solar y contacto con otras cargas. Otras decisiones motivadas por un ahorro riesgoso, son no contratar seguro o adquirir servicios de transporte terrestre poco confiables. ¿Cuáles son las recomendaciones para los exportadores e importadores de vino? I. Espinoza: Analizar bien la relación entre los costos de la logística del vino y el impacto que un problema o imprevisto logístico les puede causar, y estar dispuestos a pagar por un embarque directo y regular hasta el destino. De igual forma, contratar seguros; trabajar con compañías de transporte terrestre confiables que dispongan de herramientas como GPS; insular la carga; y consolidar en instalaciones apropiadas para el vino. F. Herrera: También es muy importante incluir soluciones de trazabilidad. Todos estos servicios están disponibles en el mercado y los proveen operadores logísticos especializados en la cadena del vino, cuyos servicios cuestan un poco más en comparación con los de un operador de carga general. Los ahorros hasta aquí descritos representan entre 1% y un 2% respecto del valor de la carga, un ahorro que no vale la pena. En la logística del vino, decididamente, lo barato puede costar muy caro. |