El sistema mundial de comercio ha sido una fuente de prosperidad, estabilidad y previsibilidad durante seis decenios. Ha sustentado un período de crecimiento económico sin precedentes y facilitado un entorno que ha permitido a muchos países elevar sus niveles de desarrollo y reducir la pobreza", señaló el Director General de la Organización Mundial del Comercio, Pascal Lamy, en su introducción al último Informe sobre el Comercio Mundial recientemente publicado por la OMC. Pero Lamy añade que "el GATT y la OMC no han hecho todo lo que podían, en especial para los países en desarrollo. En los próximos meses tenemos la oportunidad de brindar más a nuestros gobiernos Miembros y a los ciudadanos que representan. Alcanzando un acuerdo ambicioso y orientado al desarrollo en la Ronda de Doha podremos fortalecer enormemente un sistema que ha dado mucho para mejorar el mundo en que vivimos". La Ronda de Doha se lanzó en noviembre de 2001 en la capital de Qatar con el objetivo de usar la liberalización del comercio como una herramienta para erradicar la pobreza y estimular el crecimiento de la economía internacional. Según un estudio del Banco Mundial publicado el 2005, una liberalización comercial global de esas características generaría beneficios económicos anuales del orden de US$287.000 millones hacia el 2015. La idea era lograr acuerdos para liberalizar el comercio agrícola, industrial y de servicios a más tardar a fines del 2004, pero las negociaciones de Doha naufragaron una y otra vez -tanto antes de esa fecha como en los tres años siguientes- en el área clave de los subsidios y el proteccionismo agrícola, particularmente los practicados por Europa y Estados Unidos. El Informe señala que el comercio mundial se ha multiplicado en volumen 27 veces desde 1950, con un crecimiento tres veces más rápido que el de la producción mundial. El GATT y la OMC han ayudado de manera considerable a la liberalización del comercio; pero los progresos han sido disparejos y, en algunos aspectos, los éxitos limitados. La liberalización del comercio agrícola y de las manufacturas con alta concentración de mano de obra siguen teniendo mayores obstáculos comerciales en los principales mercados. Pero, a pesar de las imperfecciones del sistema de comercio mundial, se siguen sumando países como miembros de la OMC porque, aunque el proceso sea lento, confían en que este organismo de cooperación comercial internacional seguirá ayudando a resolver diferencias, limitando las incertidumbres, y reduciendo los costos de transacción de múltiples formas. |