Sabido es que nuestro país posee el triste récord de contar con una de las tasas de sismicidad más altas del mundo. En el ámbito del almacenaje, Mindugar tuvo una valiosa experiencia para el terremoto de 1985 (7,8 Richter), en el que colapsaron importantes estructuras, dentro de las cuales hubo un conjunto de racks de procedencia europea, cuya caída generó importantísimas pérdidas materiales y riesgos a los operadores que se encontraban operando en las bodegas.

A Mindugar le fue contratada la fabricación de las nuevas estanterías de reemplazo y, el observar cientos de metros de racks y miles de toneladas de productos destruidos, constituye una experiencia vívida que marcó para siempre la identidad y alineación con la más alta ingeniería que ha caracterizado por décadas a Mindugar, siendo sin duda la primera empresa en Chile en integrar la ingeniería sísmica a las estanterías de almacenaje. Lo anecdótico del caso es que esa memoria de cálculo (basadas en las normas chilenas existentes en la época: Nch427 y Nch433) fue enviada a revisar y aprobar por el cliente a la oficina de ingeniería Hoehmann - Stagno y Asociados, marcando así un hito que a la postre constituiría en el futuro la forma de protocolizar el respaldo de ingeniería a las estanterías de uso industrial, tal como lo señala actualmente la normativa vigente.

En la actualidad, Chile cuenta con una moderna normativa sísmica, la NCh 2369, oficializada el año 2003 y que incluye las estanterías de almacenaje. Desde entonces que el protocolo de validación de las estructuras de almacenaje incluye una memoria de cálculo respaldada por un Ingeniero Civil. Además, el propietario debe hacer aprobar dicho estudio por un profesional especialista distinto del diseñador original, es decir, por un Ingeniero Civil con probada experiencia en diseño sismorresistente de a lo menos cinco años y legalmente autorizado para ejercer en Chile.

La norma Nch2369 y su alcance a las estanterías industriales fue profundamente analizada y discutida en el "1º Encuentro de Ingenieros Estructurales" que organizó Mindugar en julio del año 2002, con la activa participación de más de 20 de los más connotados ingenieros de Chile, logrando importantes avances en su aplicación, la importancia estratégica que cumplen las estanterías en nuestras empresas y de cuán vulnerables somos respecto de su estabilidad y seguridad. A partir de allí se empezaron a suceder importantes proyectos, bodegas y centros de distribución, dentro de los que se destacan Falabella, Sodimac, Almacenes Paris, Carozzi, Iron Mountain, Socofar, Emasa y muchos otros, proyectos en los que se aplicaron rigurosos estándares de diseño antisísmico, asegurando por esta vía la continuidad operativa y seguridad en las instalaciones. En todos ellos actuaron importantes oficinas de ingeniería como revisores sísmicos, tales como Idiem, Dictuc, Alpa (Alfonso Pacheco), S.I.S. (Rodolfo Saragoni), R.C.P. (Rodrigo Concha), B.M. (Alberto Maccioni), etc. Todos esos proyectos fueron contratados a Mindugar por su avanzada infraestructura, ingenieros calculistas especializados, software dedicado (SAP) y una extensa experiencia que data más allá del año 1985. Por cierto, las instalaciones que ha implementado Mindugar cuentan con la experiencia empírica de haber superado exitosamente y sin ningún tipo de daño los más importantes terremotos de las últimas décadas, tales como el fenómeno de Arica (2005, 7,9 Richter) y el de Pisco, Perú (2007, 7,9 Richter), zona en donde la empresa recién había efectuado el montaje de un gran conjunto de estanterías en altura.

En virtud a las normas legales disponibles en nuestro país y las consecuencias penales de su eventual incumplimiento, resulta altamente necesario para todas las empresas usuarias de este tipo de estructuras de almacenaje, respetar y hacer respetar el cumplimiento de tales normas. Sin duda alguna, el costo que significa adquirir estanterías fabricadas bajo el respaldo de ingeniería calificada, resulta ser residual respecto de lo oneroso que podría demandar una catástrofe originada por un colapso de origen sísmico que, además de riesgos por pérdidas de vidas humanas, llevará inexorablemente asociado costos en los productos que éstas almacenan, indescriptible pérdidas por paralización de las operaciones y la eventual pérdida del propio edificio contenedor. Por tal razón, resultará prudente para quienes tienen la responsabilidad de adquirir estanterías, observar los protocolos establecidos, exigir las memorias de cálculo correspondientes, hacer revisar y aprobar éstas por oficinas de ingeniería competentes y calificados en diseño sismorresistente. Sólo así tendremos la certeza de contar con instalaciones de excelencia, profesionales y seguras, las que nos garantizarán continuidad en nuestro negocio y cuya ingeniería obviamente será validada luego por las compañías aseguradoras.