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Un grupo de investigadores de la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC) y la Universidad Nacional de Villa María (UNVM), en Argentina, lograron producir biocombustible a partir del lactosuero, residuo contaminante producto de la elaboración de queso.
Como resultado de la investigación pudieron producir bioetanol, cuya purificación lo hace apto para ser utilizado en las gasolinas para automóviles. Para ello aislaron microorganismos que tienen la capacidad de utilizar la lactosa presente en el suero del queso.
Por cada kilogramo de queso producido, sobran, en promedio, nueve litros de suero, líquido de color claro compuesto por un 95% de agua, un 4% de lactosa y un 1% de proteína.
El bioetanol es un alcohol producido a partir de diversos productos agrícolas. Entre los más utilizados están el maíz, sorgo, papas, trigo, caña de azúcar, e incluso la biomasa. Es una fuente de energía ecológica que va ganando adeptos cada año en todo el mundo, presentándose como una alternativa al petróleo o al gas natural.
Este producto es un oxigenante de la gasolina. Cuando es usado como aditivo, el combustible mejora su octanaje y reduce la emisión de gases causantes del llamado “efecto invernadero”. Además, reduce la proporción de plomo y de otros aditivos nocivos para la salud humana.
Quienes defienden su uso argumentan que las ventajas medioambientales y económicas son amplias. Aseguran que reduce la dependencia de los combustibles fósiles y disminuye la contaminación ambiental. Agregan que su uso mejora la combustión de los motores y puede ser usado teóricamente en todos los vehículos, destaca Energía16.
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