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Alineada con los principios de la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor y Fomento al Reciclaje (Ley REP), que reconoce y formaliza la labor de los Recicladores de Base, nace este trabajo asociativo que permite hacer realidad la gestión y valorización de residuos, con un enfoque inclusivo.
Grupo Disal es una empresa con más de 40 años de experiencia en servicios ambientales, con presencia de Arica a Punta Arenas. Su primera experiencia con el Movimiento Nacional de Recicladores de Chile ocurrió durante la visita del Papa Francisco a Chile, cuando ambos actores aunaron esfuerzos para la gestión de los residuos generados por las más de 400 mil personas que asistieron a la misa oficiada por el Santo Padre en el Parque O´Higgins, en enero de este año.
Un contingente importante del Movimiento Nacional de Recicladores de Chile se encargó de la segregación y clasificación de los residuos recolectados, mientras que Disal se encargó de la infraestructura, almacenamiento y transporte de los residuos a su lugar de valorización. “La experiencia conjunta fue muy positiva. En pocas horas el Parque O’Higgins quedó limpio y comprobamos el profesionalismo con que trabajan los Recicladores de Base”, explica Andrés Jensen, Gerente de Sostenibilidad de Grupo Disal.
Para Grupo Disal, extender y profundizar este modelo de gestión con el Movimiento Nacional de Recicladores de Chile fue un camino natural. El proyecto fue bautizado como GIR (Gestión Inclusiva de Residuos). La alianza funciona con Disal como encargado del diagnóstico, logística y gestión comercial con las empresas o eventos generadores de residuos; mientras que los recicladores de base se hacen responsables del manejo de los puntos limpios y centros de acopio, lo que incluye la segregación y clasificación de los residuos en base a criterios de valorización.
Las ganancias derivadas de la valorización son exclusivas para los Recicladores de Base. “Esta alianza con Disal nos pone de igual a igual en la cadena de gestión integral de residuos y visibiliza la contribución que hacemos al medio ambiente y recuperación de recursos naturales”, sostiene Soledad Mella, una de las dirigentes del Movimiento.
Exequiel Estay, Secretario General del Movimiento, reconoce que siguen luchando por el reconocimiento de su aporte social y ambiental, “además de ser considerados a la hora de diseñar y debatir las políticas públicas. Porque siempre hemos estado ahí, somos un eslabón muy importante y nos estamos profesionalizando cada vez más, gracias a las certificaciones”, explica.
La nueva Ley REP fomenta la certificación de los Recicladores de Base como gestores de residuos, requisito que les permitirá consolidar su rol en el futuro cumplimiento de la Ley a nivel nacional. Este proceso de certificación, para muchos recicladores aún informales, es un esfuerzo económico que no pueden abordar. Con el fin de apoyar a su nuevo socio estratégico, Grupo Disal ha comprometido este año 30 becas para que miembros del Movimiento Nacional de Recicladores de Chile en Antofagasta, Valparaíso y Santiago puedan certificar sus capacidades y acceder a esta oportunidad.
“Estamos favoreciendo, a través de la incorporación de una dimensión social a un modelo de negocios concreto, los esfuerzos que hace años han hecho los recicladores para certificarse. Creemos firmemente que su labor es clave para maximizar la valorización y reducir de esta forma los residuos que van a eliminación, mejorando los indicadores de sostenibilidad de las empresas que nos contratan, de manera eficiente y a costos razonables”, concluye el Gerente de Sostenibilidad de Grupo Disal.
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