Alrededor de 500 venezolanos que llegaron desde su país a Perú en busca de una mejor vida encontraron un empleo en los campos de cultivo de Casma. Sin embargo, denunciaron estar siendo maltratados tanto física como laboralmente.
Según reveló Reporte Semanal, los capataces los hacen trabajar en condiciones infrahumanas durante 10 horas, labor por la que reciben 30 soles o 40 como máximo. Los venezolanos fueron contratados para cosechas los ajíes, limpiarlos y colocarlos en sacos, pero se encuentran expuestos a químicos, insecticidas sin contar con las medidas de seguridad necesarias como guantes o máscaras de protección.
Los venezolanos denunciaron ser esclavos y explotados por los capataces. "Llevo una semana aquí y ya no aguanto", fueron las palabras de un venezolano quien mostró sus dedos con una gran suciedad, producto de no contar con las medidas necesarias para su protección. El extranjero también reveló que no les dan agua, indica La República.
Otra denuncia de los venezolanos que residen en el norte de Perú es que los capataces les están pidiendo una cuenta bancaria para que puedan pagarles, pero ellos no pueden contar con ella mientras no tengan pasaporte, pues ingresaron con Carta Andina.
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