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Noruega ha encontrado una fórmula para eliminar la basura plástica de los océanos. El esquema para reciclar botellas en el país nórdico es el mejor del mundo: en 2016, reciclaron 600 millones, es decir, que el índice de reciclaje fue del 97%, destaca La Nación.
En la mayoría de los lugares, una botella vacía acaba en la basura o tirada en la calle. Pues bien, en Noruega las tiendas tienen máquinas que premian a los usuarios cuando llevan una botella.
Al comprar una bebida, se paga una corona (moneda noruega) extra por el recipiente; cuando se deposita el mismo u otro en la máquina, se recupera ese dinero invertido. Se trata de un sistema similar al de los envases retornables.
Una botella puede reciclarse más de una vez. De hecho se puede reciclar doce veces. En Noruega se separan las botellas por colores: las transparentes sirven para hacer botellas nuevas mientras que las de colores se utilizan para crear nuevos plásticos.
Las compañías de bebidas pagan el proceso de forma voluntaria, pero si lo hacen pagan menos impuestos.
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