Un informe publicado por el Centro de Información sobre Empresas y Derechos Humanos indica que varias fábricas de cadenas europeas en Turquía no respetarían las condiciones laborales de los refugiados sirios en ese país, consigna Euronews.
Los principales problemas son los salarios bajos, discriminación, pobreza e incluso explotación infantil. Entre las compañías afectadas se sindica a la cadena de supermercados alemana Aldi o la británica Topshop, especializada en moda.
Unos 650.000 sirios trabajan en territorio turco, sobre todo en la industria textil, pero la mayoría sin permiso de trabajo, lo que favorecería la explotación laboral.
Cabe destacar que más de 3 millones de sirios llegaron a Turquía huyendo de la guerra civil iniciada en 2011.
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