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La canciller alemana, Angela Merkel, anunció que se duplicará el volumen del fondo de Movilidad, instrumento para ayudar a estados federados y municipios alemanes a combatir la contaminación atmosférica del transporte, hasta los 1.000 millones de euros.
Berlín va a añadir otros 500 millones de euros a este fondo, que hasta el momento contaba en total con esa cantidad de dinero, que había sido aportada a partes iguales por el Gobierno federal y la industria de la automoción alemana.
Merkel agregó que el Ejecutivo hablará con la industria automovilística para ver “en qué medida pueden ellos también contribuir” y, sin citar cifras concretas, habló de una “contribución sustancial” del sector.
La canciller indicó que podrán solicitar fondos de este instrumento, además de las 28 ciudades alemanas a las que Bruselas ha abierto un procedimiento por su elevada contaminación, todos los municipios cuyos niveles de emisiones estén por encima de los límites establecidos.
Los estados federados y municipios podrán emplear este dinero, por ejemplo, para implementar conceptos ecológicos de movilidad, reforzar el transporte público, fomentar los vehículos eléctricos y extender la red de repostaje para automóviles eléctricos.
La canciller ha criticado en las últimas semanas a la importante industria del motor -principal exportador del país- por el “fraude” de los motores diésel y por haber dañado la “confianza” puesta en ellos, pero ha recordado que se ha de proteger a este sector industrial, del que dependen 800.000 puestos de trabajo directos en Alemania.
La oposición y muchos activistas han criticado que el Ejecutivo alemán no haya presionado más a la industria automovilística y le haya forzado a cambiar componentes de los motores de forma gratuita, una modificación que reduciría más las emisiones contaminantes, pero sería mucho más costosa para los fabricantes.
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