Un estudio del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (CREAL) de Barcelona, España, analizó los niveles de contaminación en 39 escuelas primarias de dicha ciudad, y posteriormente examinaron el desarrollo cognitivo de 3 mil alumnos para medir los efectos de la polución en el cerebro.
El estudio determinó que los niveles de contaminación en los salones de clase y pasillos estaban relacionados con el desarrollo de las funciones cerebrales y con los síntomas clínicos de problemas de conducta, según informó Jordi Sunyer, director científico adjunto e investigador de CREAL.
A algunos de los niños les escanearon el cerebro usando imagen por resonancia magnética funcional (IRMf), y los resultados preliminares mostraron que los cerebros de los niños que están en áreas de polución alta responden más lentamente a los estímulos visuales y auditivos.
"La conclusión general de nuestro estudio es que la contaminación del aire está ralentizando la actividad de nuestras neuronas", agregó Sunyer Deu, quien además mencionó que en los adultos, la decadencia cognitiva se acelera debido a la polución atmosférica.
El experto explicó que una de las posibilidades es que al aspirar las partículas, estas lleguen a los pulmones y muchas de ellas son lo suficientemente pequeñas como para pasar directamente a nuestra sangre y circular hasta el cerebro.
Recientemente, los científicos han planteado también la posibilidad de que los contaminantes viajen directamente a través de la nariz al cerebro, por la vía del nervio olfativo, sin pasar del todo por el torrente sanguíneo, consigna www.aztecanoticias.com.mx
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