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Parte de la indemnización de 370 millones de reales (unos 134 millones de dólares) a la que fueron condenados la firma de hidrocarburos anglo-holandesa Shell y el grupo químico alemán BASF por contaminación en Brasil, financiará investigaciones sobre el cáncer, informó la Fiscalía de Trabajo.
Un portavoz del Ministerio Público del Trabajo brasileño señaló a Efe que el organismo fiscalizador destinará a cinco proyectos de salud 95,8 millones de reales (unos 32,1 millones de dólares) de los 200 millones de reales (unos 67 millones de dólares) de multa que se acordó en concepto de daños morales colectivos.
Ambas empresas fueron también condenadas a pagar 170 millones de reales (unos 57 millones de dólares) más a los ex trabajadores, quienes sufrieron graves secuelas de salud debido a la exposición a sustancias tóxicas en una antigua fábrica de pesticidas en el estado de Sao Paulo.
La planta, que fue vendida por Shell en 1995 y comprada por BASF en el año 2000, dos años antes de clausurarla, operó en la localidad de Paulinia entre 1977 y el 2002.
Del volumen financiero dedicado a estos proyectos, el Hospital de Cáncer de Barretos recibirá 69,9 millones de reales (unos 23,4 millones de dólares) para construir una unidad centrada en el cáncer de mama en Campinas, la segunda mayor región metropolitana del estado de Sao Paulo.
Al Centro Infantil Boldrini, también en Campinas, se dedicarán 19,3 millones de reales (unos 6,4 millones de dólares) para edificar un centro de investigación oncológica y acompañar a 100.000 niños desde que nazcan hasta la mayoría de edad.
Los institutos Fiocruz de los estados de Río de Janeiro y Pernambuco, con dotaciones de 3,6 millones de reales (unos 1,2 millones de dólares) y 1,5 millones de reales (unos 500.000 dólares) respectivamente, analizarán la salud de los trabajadores que emplean agroquímicos en las cadenas de producción.
Por último, la Universidad Federal de Bahía y el instituto Fundacentro recibirán 1,5 millones de reales (500.000 dólares) para valorar la exposición de los trabajadores al amianto y los efectos sobre la salud, así como los registros de cáncer vinculados a dicha sustancia.
La Fiscalía del Trabajo tiene hasta abril de 2018 para invertir los casi 104 millones de reales (unos 34,8 millones de dólares) restantes en programas de prevención y cuidados a víctimas de intoxicación, que todavía están siendo analizados.
BASF y Shell fueron condenadas en agosto de 2010 al pago de indemnizaciones por uno de los mayores casos de contaminación ambiental de Brasil, que afectó también al suelo y la capa freática de la región.
A decenas de ex empleados les diagnosticaron distintos tipos de cáncer, especialmente de próstata o de tiroides, enfermedades del aparato circulatorio, hepáticas e intestinales, además de alteraciones en la fertilidad e impotencia sexual.
Fuente: EFE
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