Por César Muñoz Chacón, Subgerente Técnico de UFEL.
César Muñoz Chacón.
A finales de mayo, una madre y su hijo fallecieron electrocutados en el patio de su casa, en el sector de Villa Dulce, Viña del Mar, al intentar salvar a su mascota que recibió una fuerte descarga eléctrica. Para evitar tragedias como esta, los pilares fundamentales son: Prevención y Capacitación; y actuar con precauciones adicionales en caso de emergencia (por ejemplo, considerar que una porción de madera puede de todas formas conducir la energía eléctrica).
¿Cómo puede darse esa situación?
El accidente eléctrico se define como el contacto con una fuente de tensión o voltaje, donde la corriente circula por el cuerpo humano, pudiendo provocar desde espasmos, paro cardíaco, quemaduras hasta una fibrilación ventricular. Dentro de los factores que inciden son: el calzado que se utilizaba en el momento del contacto eléctrico; el voltaje, ya sea un equipo o conductor eléctrico de Baja Tensión (220 V) o un conductor de Media Tensión (12 o 23 kV); el estado de la instalación eléctrica; entre otros.
Si sumamos a estos, las circunstancias particulares de ese día (condiciones del terreno, humedad, pisos mojados, condiciones ambientales de niebla), así como otras que favorecen la circulación de la corriente por el cuerpo humano, tenemos el escenario perfecto para una tragedia, tanto en un ambiente laboral como en el hogar.
¿Cómo puedo prevenir este riesgo?
Existen aspectos fundamentales para la prevención del contacto eléctrico: condiciones de seguridad de la propia instalación y prácticas de seguridad frente a instalaciones de potencia (Media y Alta Tensión).
Imagen 1: Distancia de seguridad a
líneas eléctricas con equipos mecanizados.
A. Condiciones de seguridad de la propia instalación
Concebir un proyecto eléctrico con apego a la norma de manera irrestricta (NCh Eléc. 4/2003, Instalaciones de consumo en baja tensión).
Identificar condiciones de peligro, tanto de manera cualitativa como de forma cuantitativa. La primera puede entenderse como “sentido común”: cables mal canalizados, equipos eléctricos defectuosos, cordones sin aislación (o con aislación dañada), falta de canalizaciones (bandejas, conduits, escalerillas, entre otras). En tanto, el análisis cuantitativo tiene que ver con una mirada un tanto más técnica: existencia de protecciones diferenciales en circuitos; niveles adecuados de impedancia en tierra de protección; aislación adecuada de los equipos y conductores eléctricos; adecuados automáticos (disyuntores termomagnéticos); equipotencialidad (unión de todas las carcasas a tierra de protección), entre otros factores. Para verificar lo anterior, en el ámbito industrial, lo ideal es que se conformen equipos de inspección multidisciplinarios (prevencionistas, técnicos de mantención eléctrica, instaladores autorizados, etc.), lo que disminuirá la probabilidad de fallas que pueden provocar accidentes eléctricos e incendios.
Realizar mantenimientos periódicos, cualquiera sea la potencia o equipamiento de la instalación, en base a NFPA 70B (Prácticas recomendadas para mantenimiento de equipos eléctricos). Otros estándares (como los de IEC, NEMA y NETA) entregan pautas aceptadas en la industria eléctrica, de acuerdo a las necesidades particulares de cada proceso.
B. Condiciones de seguridad de instalaciones de potencia
Tenemos riesgos adicionales en las instalaciones de potencia, ya sea por los voltajes involucrados o por el tipo de actividad que se debe realizar en estas. Entre las principales medidas de prevención se encuentran:
Trabajo energizado estándar con el uso de EPP AR (resistente a Arco eléctrico). El segundo operario cuenta con una pértiga de rescate para socorrer en caso de falla.
Mantener una distancia mínima de 5 metros de conductores energizados, especialmente si estos corresponden a un sistema eléctrico aéreo sobre postes (por ejemplo, cables caídos). Debemos considerar que en determinados sectores, existen conductores sin aislación de 220 V y otros de hasta 23.000 V e incluso más! Por lo tanto, se recomienda siempre pensar “¡CONDUCTORES DE ALTA TENSIÓN NO AISLADOS!”.
En el ámbito industrial, respetar la tabla de distancia indicada en NFPA 70E (distancia mínima de 3 metros para personal no calificado). Aumentar esta distancia para elementos mecanizados a un mínimo de 5 metros (en la peor proyección de caída o extensión, por ejemplo en caso de camión pluma) (ver Imagen 1).
Implementar métodos adecuados de aislación del personal electricista para separar y mantener las partes expuestas aisladas (guantes aislantes, según clase y nivel de tensión; zapatos, banquetas y pisos aislantes; herramientas aisladas, gomas y otros elementos).
Idealmente, trabajar sin tensión, mediante la aplicación de 5 reglas de oro (apertura, bloqueo, señalización, verificar sin tensión, aterrizar, delimitar). Si esto no es posible, establecer procedimientos, permisos de trabajo y EPP especiales para trabajos energizados: protección contra arco eléctrico (estándar NFPA 70E e IEC).
Implementar Programas de Seguridad Eléctrica, alineados con los Programas de Prevención de Riesgos de la propia empresa.
Capacitar al personal y en general a la ciudadanía sobre peligros eléctricos, los riesgos y las medidas de control. ¡Todo el mundo se encuentra en algún momento expuesto a un contacto eléctrico! Por lo tanto, el conocimiento y las adecuadas técnicas nos permitirán actuar con seguridad.
Por César Muñoz Chacón, Especialista en Seguridad Eléctrica e Ingeniero Eléctrico USACH. Subgerente Técnico de UFEL, empresa perteneciente al Grupo COMULSA. www.ufel.cl