La seguridad de los edificios afecta a la protección de inmuebles, edificios públicos, infraestructuras críticas, edificios industriales, viviendas privadas o valores reales contra el vandalismo, el robo, el terrorismo, las intrusiones o las fugas. Las medidas constructivas y la protección por personal de seguridad a menudo no son suficientes por eso la tecnología nos entrega una solución.

En este sentido, destacan las aplicaciones fijas y móviles que pueden ser compatibilizadas para generar un sistema que permite protección organizada de forma concéntrica: desde la protección del perímetro y la supervisión de las zonas perimetrales del edificio hasta la supervisión de los espacios interiores y los objetos. Podemos definir las necesidades de protección y seguridad en dos tipos de ámbitos: exteriores e interiores.

La supervisión exterior se enfoca a la protección de edificios e instalaciones públicas, así como construcciones industriales frente al vandalismo, el terrorismo, el robo, la intrusión o la fuga. A su vez, las casas particulares también se vigilan exteriormente con frecuencia.

Algunas de las posibilidades de protección son, por ejemplo, protección de perímetro, protección de objetos y control de acceso. Los sistemas electrónicos de detección y videovigilancia complementan a su vez los dispositivos de protección como cercados o muros. Dichos sistemas de vigilancia detectan y comunican automáticamente de forma temprana si, por ejemplo, alguna persona intenta entrar por la fuerza o escapar. A su vez, estos sistemas permiten al personal de seguridad valorar correctamente alarmas y responder de forma rápida y correcta a las mismas

• Protección del perímetro: La protección del perímetro mediante sensores comienza con el cercado de un edificio, por ejemplo una valla o un muro, y finaliza con el envolvente del edificio. Para proteger estas zonas, un software interno del sensor evalúa todos los campos de supervisión. Si alguien o algo penetra en un campo de supervisión, se activa una alarma. Para, por ejemplo, determinar la posición de una persona en el terreno, se utilizan los datos medidos de los sensores.

• Protección de objetos: La protección de objetos en zonas exteriores incluye la protección de tejados, fachadas, puertas, portales, ventanas y claraboyas. Los escáneres láser 2D registran cualquier mínimo movimiento dentro de los campos de protección. Su gran alcance y la comunicación día/noche permiten un concepto de seguridad flexible. Las falsas alarmas a causa de animales u hojas se reducen mediante la selección del tamaño de los objetos que se deben detectar.

• Protección de edificios para la seguridad de sus ocupantes: En el ámbito de la seguridad de edificios, los sensores no solo se utilizan para la protección contra el terrorismo, el vandalismo, la intrusión, la fuga y el robo. Si en el edificio o alrededor de este surgen peligros para personas, estas deben ser protegidas de manera fiable.

• Control de acceso: Los pasos como barreras de acceso, puertas, torniquetes y barreras permiten el acceso únicamente a personas autorizadas. A su vez, los sensores detectan si realmente hay una persona en el espacio. Estos detectan además el número exacto de personas dentro del espacio. Este aspecto puede ser relevante por motivos técnicos de seguridad o para controlar la climatización del espacio en función de la ocupación del mismo.

Para proteger de forma eficiente el edificio contra el terrorismo, el vandalismo, el robo, la intrusión o la fuga, la supervisión del espacio interior es tan importante como la protección exterior. En esta supervisión se vigilan techos, paredes y ventanas de espacios interiores, así como barreras y puertas.

• Supervisión de estancias: En los edificios, los techos, ventanas y, en parte, también las paredes son puntos débiles que unos sensores apropiados pueden proteger con fiabilidad. Con ello, los objetos en edificios están mejor protegidos. De este modo, la protección de espacios interiores de áreas logísticas ofrece más seguridad dentro de una cadena de suministro. En bancos, museos y otros edificios en los que se guardan objetos de valor, se detecta el acceso no autorizado y se dispara una alarma.

• Supervisión de objetos: Los objetos valiosos deben protegerse del vandalismo y del robo. En museos, el contacto no intencionado supone un reto para los sensores, ya que estos deben avisar del contacto sin molestar a otros visitantes del museo que disfrutan de las obras de arte expuestas. Cuanto más invisible, precisa y fiable sea la supervisión de los objetos, mejor se podrá satisfacer esta necesidad sin descuidar la protección.

• Protección de edificios para la seguridad de sus ocupantes: Dentro de edificios, las personas también deben estar adecuadamente protegidas frente a los peligros que pueden derivarse del edificio o de partes del edificio: desde la supervisión de la calidad del aire, pasando por la supervisión de la construcción, hasta la protección de partes móviles del edificio para que estas no causen lesiones personales.

• Control de acceso: Las entradas y salidas plantean exigencias muy diversas a los sensores, p. ej., en cuanto al número de personas que pasan y a las diferentes autorizaciones de acceso. Los dispositivos mecánicos como barreras de seguridad o puertas giratorias, en combinación con los sensores apropiados, organizan el acceso de personas autorizadas a determinadas zonas.