En la actualidad, mejorar la calidad de vida laboral y cultivar un buen ambiente de trabajo es un desafío que deben enfrentar día a día las organizaciones. Extensas jornadas de trabajo, mala alimentación, sobre exigencias autoimpuestas, entre otros, son factores que influyen en el rendimiento de las personas al momento de cumplir sus labores.

Es conocido que durante la jornada laboral existan momentos de somnolencia, causados por factores como depresión, ansiedad, aburrimiento, estrés y, principalmente, las comidas cuando se consume una dieta poco equilibrada.

En este sentido, existen alimentos que contienen diferentes compuestos que generan decaimiento, como por ejemplo el triptófano, aminoácido esencial que es considerado un hipnótico natural porque contribuye a la reducción de la latencia del sueño. Está presente en el pavo, carne de vacuno, pollo, jamón, leche, queso, pescado azul, huevos, tofu, soja, semillas de sésamo y de calabaza, nueces, maní, anchoas saladas, plátano, piña, palta, quesos suizos, parmesanos, almendras y cereales integrales.

Sin embargo, una alimentación equilibrada en nutrientes, inclusive cuando uno de ellos produzca un efecto no deseado en el organismo, no se debe eliminar de la dieta, ya que su falta puede alterar otro proceso. Por ejemplo, algunos alimentos que contienen triptófano son positivos para combatir el estrés.

En este sentido, nuestra empresa ha llevado a cabo investigaciones en torno a esta problemática, las que nos permiten generar las siguientes recomendaciones:

• Estimular el consumo de preparaciones livianas, evitando las grasas saturadas y azúcares simples.

• Aumentar el consumo de agua (se recomienda consumir 2 litros diarios).

• El gramaje de las carnes no debe ser excesivo (se considera un peso normal entre 120 y 140 gramos).

• Consumir preparaciones vegetarianas a diario y/o ensaladas, que consideren verduras bajas en triptófano y aporte proteico inferior al plato de fondo principal.

• Organizar y respetar tiempos de comida.

• Evitar la cafeína (2 tazas máximo).

• Evitar los azúcares procesados, que son fácilmente absorbidos por el organismo y son almacenados transformándose en tejido graso.

Junto con mantener una alimentación equilibrada, también se recomienda:

• Realizar actividad física al menos 3 veces por semana, 45 minutos por sesión.

• En el trabajo, dedicar unos minutos diarios para pausa activa, con ejercicios y aplicaciones prácticas que ayuden a mejorar el estado psicofísico, renovar la energía, relajarse y disminuir el estrés.

• Hacer ejercicios ligeros, como usar las escaleras en vez del elevador y caminar cuando se trate de distancias cortas. De este modo, la sangre fluye más rápido y mantiene más activa a la persona.