Por Rolando Arredondo Moreno, Gerente General de Nuclear Control Chile S.A.
Rolando Arredondo Moreno.
Diariamente se usan miles de kiloelectron- Volt de energía para conocer la gravedad de lesiones óseas o verificar la correcta ejecución de procedimientos médicos en pabellón, y año tras año, la radiación proveniente de radioisótopos controla la extensión de tejido canceroso y ayuda a la eliminación de células alteradas que gatillan esta terrible enfermedad. Todos estos procedimientos colaboran con la mejor calidad de vida de los pacientes y dan una respuesta efectiva, que no sería posible sin el uso de la radiación ionizante.
Sin embargo, el personal de la salud que los pone en práctica y quienes les colaboran (médicos, enfermeras, tecnólogos médicos, auxiliares e incluso el personal de apoyo, como secretarias y trabajadores de mantención y aseo), se ven en mayor o menor grado expuestos a la radiación durante su período de trabajo, lo que evidentemente afecta su salud. Es más, la exposición a radiaciones ionizantes puede causar daños agudos e inmediatos, como quemaduras de la piel, caída del cabello, náuseas y hemorragias. Además, a largo plazo aumenta considerablemente el riesgo de malformaciones en la gestación y la posibilidad de desarrollar cáncer.
Pero también hay otros sectores que están incorporando el uso de radiación, como la medicina veterinaria (que cuenta con procedimientos similares a los de la medicina) y la Construcción. En esta última, se emplean dispositivos emisores de estas energías para tomar densidades de suelo, verificar la calidad de soldaduras en estructuras metálicas, tuberías y estanques de presión y mineroductos, o determinar volúmenes de transportes en cintas transportadoras, verificación de armaduras en pilares de hormigón armado, entre otros.
De igual modo, en el área Agroindustrial, también encontramos a la radiación en los procesos de producción de alimentos para verificar que el producto final no tenga elementos extraños y nocivos. Además, se suele irradiar frutas y verduras con el objetivo de prevenir la reproducción de microorganismos, bacterias y hongos que causan el deterioro de los alimentos.
Gestión del riesgo
Este tema es de tal relevancia a nivel global que se encuentra incluido desde hace ya varios años como un elemento a considerar en la gestión de los centros de salud. Hoy las enfermedades ocupacionales y los riesgos laborales se gestionan dentro de parámetros de mejora continua y estándares internacionales tan claros como el EC.02.02.01 de la Joint Commission International.
La utilización de sistemas de gestión apoyados en estándares claros, facilita enormemente la visión del actuar organizacional y su relación con los clientes externos. De esta manera, para medir la dosis recibida por el personal ocupacionalmente expuesto, es esencial el uso de un “Dosímetro Personal”, dispositivo que debe ser llevado por la persona durante todo el tiempo que desarrolla su trabajo. Estos dosímetros, después de un período determinado, deben ser enviados a los laboratorios especializados y debidamente autorizados por el Ministerio de Salud, para ser analizados y así obtener la dosis de radiación que el personal absorbió durante ese período, enviando posteriormente esta información al empleador y al Instituto de Salud Pública para el historial dosimétrico de cada persona.
Este análisis es sumamente crítico, por lo que se necesita que las dosis obtenidas sean precisas y entregadas en el menor tiempo posible, para llevar un control periódico y oportuno de cada persona expuesta.