Por Juan Carlos Pérez, Gerente Seguridad y Salud Ocupacional de GrupoExpro.
Juan Carlos Pérez.
La subcontratación y los trabajos transitorios imponen una serie de desafíos en el área de Seguridad y Salud Ocupacional, propios de esta modalidad productiva; pero estas labores no deben ser desprotegidas ni precarias. Todo lo contrario: las compañías que externalizan deben exigir a sus contratistas programas, gestión y capacitaciones en Prevención de Riesgos para sus trabajadores que contribuirán a realizar un proceso continuo, sin interrupciones y con mayor productividad.
Desafíos en Prevención de Riesgos
Uno de los principales desafíos es la consideración de costos por parte de las compañías. Aunque cada vez menos, todavía hay empresas mandantes que seleccionan al contratista guiándose por la oferta más económica. Al hacerlo, no evalúan, por ejemplo, si el contratista tendrá un prevencionista asignado al proceso, o si cuenta con plan y acciones programadas de capacitación e inducción en Seguridad y Salud Ocupacional, arriesgando de este modo la interrupción del proceso por accidentes laborales, así como fiscalizaciones y multas.
Otro desafío en este aspecto, es que muchas compañías buscan poner en marcha el proceso delegado con rapidez, sin considerar que hay que dedicar un tiempo -especialmente al inicio- para capacitar a los trabajadores en medidas de seguridad. Esto ocurre especialmente en servicios transitorios con contratos por pocos días o reemplazos, donde buscan salir rápidamente de una urgencia productiva o la sustitución de un trabajador enfermo.
Asimismo, el contratista se establece en las instalaciones de la empresa principal que le ha delegado el proceso, espacio que a veces carece de un orden y diseño orientados a la seguridad. Otro desafío de seguridad viene de los propios trabajadores, pues en ocasiones, y por pensar que tienen un contrato laboral por tiempo acotado, son menos receptivos a la educación en medidas preventivas.
Afortunadamente, estos comportamientos gradualmente van en retroceso. Cada vez más empresas tienen conciencia de que cuando externalizan procesos en una compañía contratista o cuando incorporan a un trabajador de manera transitoria, deben alinear su gestión de productividad y seguridad.
Cuando una empresa externaliza un proceso debe solicitar indicadores de accidentabilidad que muestren el real compromiso del contratista con la seguridad ocupacional de sus trabajadores y exigir que se cumpla la ley sobre Accidentes de Trabajo y Enfermedades Profesionales.
Qué se debe exigir
La empresa principal debe requerir a su contratista un plan de Seguridad y Salud Ocupacional, así como un cronograma de acciones de capacitación a los trabajadores en diversos aspectos, como por ejemplo, tránsito en el espacio laboral, uso de maquinaria crítica, manejo de carga, procedimiento en caso de incendio, inundaciones y heridos, entre otros. De igual modo, debe solicitar la aplicación de las encuestas y protocolos emitidos recientemente por la autoridad de Salud, como el TMERT (sobre trastornos musculo-esqueléticos relacionados con el trabajo.
La empresa mandante o principal debe considerar el tiempo necesario para que la compañía de outsourcing realice la inducción a los trabajadores, y asegurarse del establecimiento de Comités Paritarios de Higiene y Seguridad de supervisores y trabajadores que evalúen accidentes y planes de seguridad.
En otras palabras, cuando una empresa delega sus procesos, lo tiene que hacer de manera responsable con la seguridad y salud de los trabajadores y con el cumplimiento estricto de la ley, lo que permitirá minimizar accidentes que interrumpan la cadena operacional. En la medida que se preocupe de escoger contratistas responsables, garantizará la continuidad de las operaciones que externaliza y la productividad de su proceso.
En la contraparte, el contratista tiene que cumplir estrictamente con la ley, contar con un plan de seguridad acorde a las especificidades de cada proceso productivo o de servicios, asignar un prevencionista de riesgos a cada cliente, y capacitar a los trabajadores. En este sentido, el contratista puede transformarse en un aliado de la empresa principal, evaluando si las instalaciones de trabajo cuentan con seguridad en tránsito, pasos de cebra peatonales, planos de extintores, vías de evacuación, acopio de productos peligrosos, para que la empresa principal realice las mejoras necesarias, quedando estas inversiones más allá del término del proceso. De esta manera, la contratista puede convertirse en un asesor de seguridad para la empresa principal. Incluso, ha ocurrido que empresas contratistas han aplicado los protocolos TMERT y Factor Psicosocial, enseñando a sus mandantes a implementarlo con su personal de planta.
La empresa contratista debe persuadir al cliente que es necesario el tiempo destinado a capacitación en Seguridad y Salud Ocupacional de los trabajadores. Esto será fundamental para evitar accidentes, demandas civiles y multas; garantizar la continuidad operativa del proceso; y cuidar la salud del capital humano.
Al evaluar un cliente, es recomendable que la empresa contratista involucre a su área de Prevención de Riesgos para validar la conveniencia del negocio, y eventualmente desechar contratos que no otorguen garantías de seguridad. En resumen, el trabajo subcontratado o transitorio no es una labor secundaria en la escala ocupacional. Mientras los trabajadores sean capacitados y la empresa cumpla normas y planes de seguridad, en mayor medida garantizaremos la continuidad y productividad.