Para abordar la salud en el trabajo, resulta primordial entender que los espacios laborales (mobiliario, maquinarias, herramientas, etc.) afectan a los trabajadores. En esta concepción aparece la Ergonomía, disciplina que busca que las condiciones laborales no generen dolencias o enfermedades y que sea el lugar de trabajo el que se adapte al trabajador. No obstante, ¿se entiende y aplica correctamente este concepto en la industria actual?
En Chile, la Ergonomía se ha orientado principalmente hacia la identificación y control de los riesgos de accidentes y lesiones músculo-esqueléticas y, en ese contexto, la normativa nacional (Ley 20.001 y DS 594) ha impulsado y sensibilizado a las empresas de la importancia de incorporar la ergonomía. “Se hace relevante comprender y analizar la actividad a fin de identificar los determinantes que están en la base de los problemas de salud o de producción, para realizar las transformaciones que sean necesarias para subsanar estas dificultades”, explica Carlos Ibarra, Ergónomo Asesor del Departamento de Salud Ocupacional del Ministerio de Salud.
Según afirma Paulina Hernández Albrecht, experta en Ergonomía, esta disciplina no solo es aplicable a cualquier industria y puesto de trabajo, sino que debiera ser contemplada en los diseños de los procesos y puestos de trabajo, considerando todos los elementos del sistema (materiales, ambientales, organizacionales). En esa medida, comenta Luis Caroca, Jefe Sección Ergonomía, Departamento Salud Ocupacional del Instituto de Salud Pública de Chile (ISP), los resultados de un trabajo elaborado desde la visión de la Ergonomía, tienen directa relación con el bienestar laboral de sus trabajadores y, a su vez, con la productividad de una empresa u organización, realizando mejoras que permitan tener lugares de trabajo saludables y sustentables.
Identificación del riesgo
En este sentido, cualquier actividad que se realice en un entorno laboral “inapropiado”, representa consecuencias que afectarán al trabajador en su salud, por lo que la identificación de los riesgos juega un rol fundamental.
Para Ibarra, en una primera instancia, se debe reconocer que la actividad incluye elementos tanto físicos, como cognitivos y sociales. “En ese marco, se debe priorizar aquellos que son importantes para la organización en virtud de la salud de sus trabajadores/as y de sus necesidad productivas”, indica.
Por su parte, Hernández destaca que se debe contar con una estructura de organización de los puestos de trabajo a partir de los procesos hasta la desagregación en tareas. “Asimismo, para determinar la real dimensión de los riesgos, es necesario considerar la exposición, es decir, el tiempo que los trabajadores utilizan para la realización de cada tarea, así como el impacto de los riesgos”, agrega. La profesional también indica que una vez determinada esta dimensión, se debe evaluar con instrumentos de valoración que den cuenta de la potencialidad de estos factores de riesgo.
“La identificación de los factores de riesgos, puede ser abordada en forma práctica a través de la utilización de listas de chequeo, que tengan relación con el tipo de trabajo realizado, complementadas con la observación de la tarea realizada”, acota Caroca. Según el experto, es necesario poner el énfasis en la interacción con el trabajador, a quien se le debe hacer partícipe de su cuidado, mejorando así el proceso de identificación de riesgos.
En todo caso, se debe cuidar no cometer errores en la identificación de riesgos. “En ocasiones, se observan informes que no señalan la metodología utilizada o bien se extrapolan las conclusiones provenientes de otros puestos de trabajo, que pueden ser parecidos pero en ningún caso equivalentes”, manifiesta Ibarra.
Normativa TMERT
En el país, existen diversas normas que mandatan a los empleadores a evaluar los riesgos asociados a la manipulación manual de cargas, así como los factores de riesgos psicosociales en los lugares de trabajo. De hecho, en octubre pasado, se inició la fiscalización del Protocolo de Vigilancia TMERT (Trastornos Músculo Esqueléticos de Extremidades Superiores Relacionados con el Trabajo).
No obstante, a juicio del especialista del Minsal, la intervención ergonómica va más allá de la verificación del cumplimiento de un protocolo. “Apunta a los determinantes del trabajo, como son los medios ofrecidos por la empresa, las herramientas, los dispositivos técnicos, la organización del trabajo y la formación; la tarea prescrita y las exigencias de calidad, entre otros, que están condicionando cómo se realiza la actividad y los riesgos a los cuales se exponen los trabajadores y trabajadoras”, señala.
Acciones recomendables
Los entrevistados coinciden en que las empresas debieran idealmente contar con un sistema de Gestión de Seguridad y Salud Ocupacional, donde la Ergonomía sea un pilar fundamental, y así entendido por todos los integrantes de una organización, en especial las jefaturas.
“Los ingenieros de proyectos deben incorporar la ergonomía en sus diseños, así como en los procesos de recursos humanos, en la distribución de cargas de trabajo, sistemas de turno, entre otros. Jefaturas y supervisores de operaciones, deben conocer los impactos de una falta de ergonomía y conocer el camino hacia su corrección”, afirma Hernández.