Inicio
Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter
top2.jpg (395 bytes)
Viernes 19 de Abril de 2024         •         Dólar= $953,80         •         UF=$37.207,48         •         UTM=$65.182

SEGURIDAD EN LA AGROINDUSTRIA
El desafío de consolidar la cultura de la prevención

Con un alto grado de heterogeneidad, el sector agroindustrial enfrenta grandes desafíos en el tema de seguridad. La falta de conocimientos y capacitación, sobre todo en las pequeñas empresas, son factores que dificultan la existencia de una cultura preventiva, tanto en empresarios como en trabajadores. Para conocer más de esta realidad, nos reunimos en el desayuno organizado por la revista HSEC.
Paola Espejo, Analista de Marketing DercoMaq; Pamela Reyes, Analista de Marketing, DercoMaq; Cecilia Gutiérrez, Marketing Manufacturing Leader de Kimberly Clark; Jaime Uribe, Jefe Zonal Centro Sur Seguridad, Salud y Ambiente de Finning; María Soledad Muñoz, Key Account Manager de MSA; Sylvie Altman, Gerente de Maquinaria Agrícola de Maquinarias Gildemeister; Francisco Barraza, Experto Sector Agrícola de la ACHS.

La falta de una cultura preventiva relacionada con la seguridad y la salud, muchas veces lleva a los empleadores y sus trabajadores a ignorar medidas básicas que pueden evitar la ocurrencia de accidentes y fatalidades. En este sentido, la agroindustria es un claro ejemplo; la falta de conocimientos técnicos, unido al peso de la experiencia, hábitos y prácticas arraigadas en los trabajadores, son algunos de los elementos que dificultan el establecimiento de una cultura preventiva, donde los tractores, cosechadoras y demás maquinarias pesadas provocan la mayor parte de los accidentes y fallecimientos en el sector, pero también la exposición a sustancias químicas que pueden afectar seriamente la salud de los trabajadores.

Como señala David González, Jefe de la Unidad de Medicina del Trabajo de la Superintendencia de Seguridad Social (SUSESO), “cuando uno se acerca a este tema, se pregunta qué diferencia al sector agroindustrial de otras industrias, y desde el punto de vista médico, nos preocupamos por el uso de productos químicos. Sin embargo, si observamos las cifras, nos damos cuenta de que los trabajadores fallecen o se accidentan por el uso de maquinarias, ya sea por tránsito o por operaciones en las faenas”.

David González, SUSESO.
Francisco Barraza, ACHS.
Sylvie Altman, Maquinarias Gildemeister.
Jaime Uribe, Finning.
Cecilia Gutiérrez, Kimberly-Clark.
Rodrigo Allende, IST Quillota.
María Soledad Muñoz, Key Account Manager de MSA.

Francisco Barraza, Experto Sector Agrícola de la ACHS, indica que cerca del 70% de los trabajadores del rubro está inscrito en esta mutualidad, y que en los últimos años han observado varios cambios. “Si bien antiguamente se hablaba solo de los incidentes graves, hoy contamos con personas que trabajan específicamente en este rubro, lo que nos han ayudado a disminuir la tasa de accidentabilidad, llegando al 4%, con cerca de 200.000 trabajadores”, explicó. “No obstante, sigue siendo uno de los cuatro rubros generadores de accidentes: además de los golpes de pies y manos (que son los más frecuentes), se están incrementado los problemas relacionados con movimientos repetitivos de extremidades superiores, derivados del uso de la tijera de podar y de la selección de fruta”.


La necesidad del Autocuidado

Aunque se han registrado importantes avances en el sector, impulsados por nuevas tecnologías y las exportaciones hacia exigentes mercados internacionales, la agroindustria sigue siendo uno de los sectores más riesgosos de la economía local, donde además de los peligros derivados del uso de maquinaria, se encuentran aquellos relacionados con sustancias químicas y movimientos repetitivos, que pueden afectar gravemente la salud del trabajador.

Para Sylvie Altman, Gerente de Maquinaria Agrícola de Maquinarias Gildemeister, “el problema de fondo es la falta de una conciencia de autocuidado; no existe educación en ese aspecto y la mayoría de los accidentes ocurre porque el trabajador hizo algo que no tenía que hacer”.

En ese sentido, Jaime Uribe, Jefe Zonal Centro Sur Seguridad, Salud y Ambiente de Finning, hizo hincapié en las pocas instancias de capacitación que existen para estos trabajadores. “Es una necesidad de mercado que hasta ahora se encuentra insatisfecha, por lo que el aprendizaje se genera de la experiencia ‘heredada’; por ejemplo, de alguien que operaba una máquina, y con muy buenas intenciones, traspasa tanto las buenas como las malas prácticas a un nuevo operador”, comentó.

Según la ejecutiva de Gildemeister, en general, la situación del sector se debería a la gran heterogeneidad y extensión geográfica de nuestro país.“Desde Arica a Punta Arenas existen distintos tipos de agricultura, de cultivo y máquinas, por lo que no existe una estructura de mercado que soporte la actividad, y muchas veces somos los vendedores de equipos los que entregamos instrucciones a los operadores”, acotó.

Ejemplos concretos son los señalados por Cecilia Gutiérrez, Marketing Manufacturing Leader de Kimberly Clark, quien afirma que en el ámbito de la protección de manos, todavía tenemos mucho camino que recorrer. “Hasta hoy vemos que muchos simplemente no ocupan o utilizan elementos inadecuados para protegerse y no tienen mayor conocimiento de las nuevas tecnologías. Por esa razón, tenemos un importante rol en ir culturizando tanto a los trabajadores como a los empresarios para que puedan comparar productos y elegir aquellos más adecuados a sus condiciones de trabajo”, añadió.


Fiscalización y control para la seguridad

Además de los accidentes provocados por las maquinarias, existen los riesgos derivados del uso de plaguicidas y otras sustancias químicas con distintos niveles de toxicidad, los que, sin embargo, se encuentran mucho más controlados debido al aumento de fiscalizaciones.

Al respecto, Rodrigo Allende, Agente Zonal del IST Quillota, destacó, a modo de ejemplo, el buen funcionamiento de la Mesa Regional de Plaguicidas en la Región de Valparaíso. “En esta, participan todos los organismos técnicos de control estatales con quienes nos hemos puesto de acuerdo para trabajar en conjunto en el tema de fiscalizaciones, con muy buenos resultados; pero el problema principal siguen siendo los pequeños agricultores, donde es mucho más difícil llegar y crear conciencia”, afirmó.

En este sentido, desde el punto de vista médico, está generándose la necesidad de un mayor control de los trabajadores del sector. “Aparte de todas las acciones y medidas tendientes a cambiar las conductas y a incentivar el uso de productos más seguros, también está el seguimiento que evalúa las condiciones de los trabajadores, para detectar los daños antes de que sean demasiado evidentes y sean responsabilidad exclusiva de la empresa donde se produce el evento”, enfatizó González, de la SUSESO. “En esta industria, los trabajadores se mueven con mucha rapidez, lo que dificulta su seguimiento para que la empresa a la que llega, pueda conocer su condición anterior, siendo fundamental,entonces, contar con más y mejor información”.


El rol de los proveedores

Sin estructuras formales que entreguen capacitación y conocimientos, ese rol lo han asumido los proveedores, quienes buscan tanto la seguridad del trabajador como el uso eficiente de sus productos. En este sentido, la ejecutiva de Gildemeister declaró que “los proveedores están cumpliendo con su rol. Nosotros realmente hacemos una capacitación técnica cuando vendemos un equipo; el gran problema es la rotación de personal que existe en el sector”.

Rotación que, según el experto de la ACHS, tiene que ver con una característica del sector agroindustrial: la migración de sus trabajadores hacia otras áreas productivas. “El Agro es el proveedor de mano de obra para el resto de las actividades económicas. Cuando estas se encuentran en un ciclo positivo, la agricultura empieza a tener problemas de personal, ya que muchos prefieren otras actividades. Además, estamos condicionados por sus temporalidades, ya que durante los períodos peak, no podemos pensar en realizar capacitaciones u otras acciones formativas”, señaló.

También es el caso de MSA, afirma María Soledad Muñoz, Key Account Manager de la firma: “Como compañía, estamos permanentemente preocupados de realizar capacitaciones para generar una conciencia respecto a la utilización de los EPP. En el área agrícola, todos nuestros equipos los vendemos con capacitación y servicio post-venta, porque nos interesa que estos sean utilizados de la mejor forma posible, sacándoles el máximo provecho. No vendemos productos, sino soluciones seguras para el cliente”. En este aspecto, un paso importante para la industria ha sido por ejemplo la exigencia de que los equipos de protección personal deba estar certificados e inscritos en el ISP.

Por su parte, el ejecutivo de Finning señala que hay evoluciones que se tienen que dar normalmente para poder llegar al autocuidado y que requieren que el entorno sea el más adecuado posible.“Por ejemplo, respecto a la problemática de trabajar al aire libre, sucederá algo similar a lo que ocurre en el sector forestal, donde la evolución de su actividad lo ha especializado y ha introducido más maquinaria. La productividad ha crecido y el trabajador como individuo va adquiriendo mucho más valor en el proceso productivo, por lo que es necesario cuidarlo cada vez más”, agregó.

Haciendo una comparación con los mercados internacionales de referencia para nuestro país, Barraza comenta que “si tomamos como base la cantidad de tractores por número de personas, hay estadísticas que establecen que nos falta incorporar más tecnología al sector, aunque sea uno de los tres que mayor productividad ha generado en los últimos 20 años”.

Con esta situación, llena de matices, uno de los mayores desafíos es cómo generar estándares más estrictos en las empresas. “Especialmente en las más pequeñas, en las familiares con economías de subsistencia, que es donde se presentan los mayores problemas, porque las que logran conectarse al mercado global serán obligadas a mejorar constantemente”, acota González.

Sin duda, para hacer de la agroindustria un sector seguro y productivo, se requiere un trabajo conjunto entre los diversos actores, que potencie las fortalezas y minimice las debilidades, sobre todo en las empresas más pequeñas y atrasadas.

Noviembre 2015
Comenta este artículo
Nombre:
Empresa:
Email:
Comentario:
Ingresa los caracteres de la imagen:
Comentarios acerca de este artículo
No hay comentarios publicados
GRUPO EDITORIAL EMB
Sucre 2235 Ñuñoa
Santiago
Chile
Fono: (56.2) 433 5500
info@emb.cl
www.channelnews.clwww.electroindustria.clwww.gerencia.clwww.ng.clwww.embconstruccion.cl
Resolución mínima: 1024 x 768

© Copyright 201
8 Editora Microbyte Ltda.