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El Síndrome de Fatiga Crónica (SFC)
Por Dr. Pablo González, Jefe Departamento de Salud Mental, Hospital del Trabajador ACHS.
Muchos síntomas pueden referirse a la fatiga crónica, un estado en que se produce un agotamiento mental y físico que afecta el desempeño laboral. Este estado estaría asociado a la carga laboral, más que a un rubro o tarea en especial.
Dr. Pablo González.

La fatiga es un concepto que tiene un mismo significado, independientemente del área del conocimiento en el que lo estemos utilizando. En mecánica, es común hablar de la “fatiga de materiales”, cuando una pieza es incapaz de continuar el ritmo de trabajo y se termina por destruir. En salud, el término también apunta a situaciones en que un organismo es incapaz de continuar la tarea que estaba realizando y debe detenerse, lo que puede ocurrir por distintas razones.


Sintomatología

El síntoma “fatiga” se relaciona con cansancio crónico, principalmente referido como agotamiento físico; de esta forma, puede estar presente como parte de la sintomatología en varias enfermedades.

En el Síndrome (conjunto de síntomas) de Fatiga Crónica, estamos hablando de un cansancio que permanece en el tiempo, es decir, toma más de un día recuperarse de un esfuerzo moderado y, en algunas ocasiones, no llega a experimentarse la sensación de descanso. Además, se asocia el agotamiento mental y otros síntomas musculares, neurológicos y articulares.

En la mayoría de los pacientes con SFC, los síntomas se instalan insidiosamente después de una infección viral, como puede ser una gripe, y muchos pacientes relatan que nunca se sintieron recuperados del todo. Este vínculo entre infecciones y momento de aparición del síndrome es, además, una de las razones por las que se ha buscado la relación causal entre algún virus y la enfermedad, pero sin resultados del todo concluyentes a la fecha. Influye en esta indefinición el que muchos pacientes son diagnosticados con otras enfermedades que presentan síndromes similares.


Trabajo y fatiga

Desde la perspectiva del trabajador, esta no es una enfermedad que pueda ser atribuible a una determinada labor o a un puesto de trabajo específico, pues en esencia estamos hablando de un problema que radica en el individuo. Al estar sus manifestaciones principales asociadas al esfuerzo físico, es muy común que estos pacientes relacionen la aparición de la enfermedad con un determinado trabajo o actividad, pues es ahí cuando sus síntomas adquieren notoriedad y relevancia para la persona.

No se ha demostrado que el ritmo de trabajo elevado pueda generar fatiga crónica. Lo usual es que estados de mayor carga laboral generen enfermedad transitoria, mejorando en un plazo de algunos meses.

Un punto que tiende a acrecentar lo anterior es el grado de especialización en el que se encuentra el diagnóstico. No es raro que estos pacientes sean diagnosticados con muchas enfermedades antes de llegar al diagnóstico de SFC, por lo que se tiende a crear un estado de incertidumbre en que el entorno laboral viene a ser el “responsable por descarte”. Así, no es extraño que entre los distintos diagnósticos por los que estos pacientes pasan antes de llegar a una opinión definitiva aparezca el estrés laboral, con lo que, además de perder tiempo, se puede deteriorar la relación laboral si no se conduce de forma adecuada.

Un enfermo de SFC puede presentar sintomatología que puede afectar significativamente su desempeño. Lo importante es mantener una adecuada supervisión clínica y abordar en la forma correcta los síntomas que se puedan manejar. Una persona con Síndrome de Fatiga Crónica debe tener al menos los dos primeros síntomas abajo listados, pudiendo presentarse alguno de los otros con distinta variabilidad:

Cansancio y agotamiento extremo.

Malestar y cansancio post esfuerzo.

Trastornos del sueño.

Dolores musculares y/o articulares.

Manifestaciones neurocognitivas (desconcentración, desorientación, angustia).

El grupo de síntomas anteriores debe estar presente por al menos seis meses para plantear el diagnóstico. Además, se deben haber excluido otros cuadros clínicos que pueden dar sintomatología similar, tales como la depresión, hipotiroidismo, apnea del sueño, entre otros.

Lo central del Síndrome de Fatiga Crónica es el diagnóstico, que debe ser realizado por un especialista, quien debe descartar patología tratable que puede dar similar sintomatología.

Una vez realizado el diagnóstico, el tratamiento es de largo aliento, con un curso crónico en el que se logra mejoría parcial, pero requiriendo apoyo clínico por largos períodos.

A nivel laboral, el conocimiento del puesto de trabajo permite estimar el tiempo adecuado de descanso y recuperación para una tarea. Si en un trabajador ese tiempo comienza a prolongarse significativamente, sumando otros síntomas, es importante plantear una enfermedad como causa del problema. En este caso, el abordaje del cuadro debe ser fuera del ámbito de competencia de la Ley 16.744 de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales.

Septiembre 2015
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