Por Dr. Christian Jiménez Schyke. Coordinador Nacional Escuela de Kinesiología, Facultad de Salud, Universidad Santo Tomás.

Actualmente una gran cantidad de trabajadores pasa más de 40 horas a la semana, sentado en el escritorio frente a una pantalla de computador. La falta de movilidad corporal en el trabajo contribuye a tener una vida sedentaria y puede afectar nuestra salud mucho más allá de lo que imaginamos. Según la Organización Mundial de la Salud, una vida sin mucha actividad física, constituye el cuarto factor de riesgo de mortalidad más importante en todo el mundo, solo superado por la hipertensión, el consumo de tabaco y el exceso de azúcar en la sangre.

El sedentarismo conlleva una serie de riesgos asociados; el uso de medios tecnológicos como el computador, está directamente relacionado con el sobrepeso y la obesidad. Estudios sobre el tema, revelan que las personas que pasan mucho tiempo sentadas, en trabajos de escritorio, son propensas a sufrir estos problemas de salud. De hecho, investigaciones recientes han demostrado que las personas menos activas físicamente tienen mayor probabilidad de presentar factores de riesgo para sufrir enfermedades cardiovasculares y diabetes de tipo 2, ambas asociadas al síndrome metabólico.

Además, se ha comprobado la relación entre la inactividad física con la ansiedad, la depresión, la baja autoestima, el estrés y la angustia emocional, demostrando que las conductas sedentarias conllevan un incremento de dichos desordenes psicológicos. Además de estos, se ha confirmado que la depresión mantiene una relación inversa con la práctica de actividad física.

Sin duda, la actividad física es fundamental para una vida saludable. Por ejemplo, las enfermedades cardiovasculares, la hipertensión y la dislipidemia tienen su origen en la obesidad infantil. Por ello, realizar ejercicio provoca una reducción del riesgo a padecer enfermedades de este tipo, por conllevar un menor riesgo de padecer obesidad.

Los organismos e instituciones dedicados a la gestión de la sanidad pública, se encargan de elaborar informes en los que incluyen recomendaciones sobre la realización de actividad física, incluyendo indicaciones para evitar el sedentarismo, con el fin de mejorar la salud de la sociedad. Algunos de los ejemplos más recientes de estos reportes son las “Directrices sobre actividad física para estadounidenses: ser activo, saludable y feliz”; la guía “Recomendaciones mundiales sobre actividad física para la salud”, de la OMS, y el manual “Comenzar activo, Mantenerse activo”, del Reino Unido.

Pero, ¿qué hacer para no dejarse llevar por las comodidades de la vida actual? ¿Qué acciones preventivas tomar cuando pasamos más de 8 horas frente a un escritorio? En la actualidad, existe consenso en la recomendación de un mínimo diario de 60 minutos de actividad física y en la limitación de conductas sedentarias, tales como la televisión y uso del computador, a dos horas diarias. En Chile, a pesar de ello, la actividad física mínima para no ser sedentario, es de 30 minutos tres veces a la semana.

El sedentarismo se puede combatir fomentando la práctica de actividad física, tanto dentro de las empresas como de forma personal, intentando evitar las conductas sedentarias. Es importante aprovechar cada momento del día para practicar ejercicio; podemos, por ejemplo, preferir subir escaleras en vez de tomar el ascensor, utilizar la bicicleta para ir a trabajar o caminar, dar un paseo en familia, en vez de ocupar el tiempo de ocio utilizando medios tecnológicos que impliquen el aumento de las conductas sedentarias, como la televisión o el computador.

Lo ideal sería realizar algún tipo de deporte o actividad física tres días por semana, pero en su defecto, se pueden reducir los niveles de sedentarismo realizando las tareas cotidianas de forma que impliquen movimiento, como las anteriormente citadas.

En tanto, mientras estemos en la oficina, se recomienda hacer una pausa durante la jornada, levantarse del puesto de trabajo y caminar un poco; mandar menos e-mails a los compañeros; aprovechar la hora del almuerzo para dar un paseo; evitar los ascensores y usar las escaleras; mantenerse activo realizando ejercicios de elongación de manos y piernas. La idea es no pasar más de dos horas seguidas sentado.