Por Eduardo González, docente de carreras de Prevención de Riesgos DuocUC sede Puente Alto.
La minería subterránea es la técnica utilizada para recuperar minerales de los yacimientos situados por debajo de la superficie terrestre y requiere un sistema de excavaciones que permita llegar a las zonas de minerales contenidos en la roca. Esta labor implica un alto riesgo, especialmente las labores de perforación. Por lo tanto, la prevención y seguridad son objetivos primordiales, cobrando relevancia las medidas de seguridad para evitar accidentes que pongan en peligro la salud de los trabajadores.
Un riesgo se define como una característica física o química de un material, proceso o instalación que tiene el potencial de causar daños a las personas, a la comunidad o al medioambiente. Los riesgos de operación se presentan cuando se perforan rocas, ya sea en producción como perforación secundaria; en las tronaduras, cuando es el carguío de tiros y la quemada; en el carguío de mineral, cuando se opera el equipo cargador (pala y cargador frontal); en el transporte (sobre todo en los camiones de bajo perfil); y en los servicios, como huinches, cables, baldes y plataformas.
El rol del prevencionista
La construcción de túneles requiere de la supervisión de personas competentes y con experiencia, que planifiquen con anticipación un programa de seguridad efectivo y fácil de poner en práctica durante las operaciones. También tienen la responsabilidad de enseñar a los trabajadores las reglas de seguridad y de exigirlas a diario, así como de realizar inspecciones en los lugares de trabajo en cada turno y, al menos una vez por semana, inspecciones detenidas de la maquinaria, equipos, armazones, ventilación, vías de circulación, medios de salida, almacenes, instalaciones de asistencia médica y sanitaria.
Parte fundamental de esta labor preventiva son los Elementos de Protección Personal (EPP). Idealmente, las mineras tienen que efectuar estudios de las reales necesidades de EPP para cada puesto de trabajo, en relación a los riesgos efectivos a que estén expuestos los operarios. No obstante, de no existir este estudio, se debe exigir que cuando trabajen en túneles, usen casco y zapatos de seguridad, botas y ropas impermeables (en aquellas obras subterráneas donde haya mucha humedad), y protectores para la vista, respiratorios y auditivos (en aquellas faenas con proyección de partículas, emanaciones de polvo y ruido ambiental).
Ahora bien, otro de los roles del prevencionista es decretar la evacuación obligatoria de los trabajadores en caso de falla en la ventilación, de peligro inminente de derrumbes, inundaciones, explosiones, incendio, emanaciones de gas, o de otro riesgo grave que exponga seriamente la integridad física.
Por lo anterior, se deben garantizar las comunicaciones sin interrupción entre el frente de trabajo y/o la galería de avance y la boca del túnel, con extensiones junto a los aparatos ventiladores y a otros sitios donde se esté trabajando. Esto se hace mediante un teléfono u otro sistema de comunicaciones, y el personal en su totalidad tiene que estar capacitado en cómo afrontar una emergencia, conociendo a cabalidad las instrucciones y planos.
Y es que en la prevención, un factor importantísimo es la educación en el autocuidado, pues solo creando conciencia para que el trabajador tome un rol protagónico, se pueden evitar lesiones a personas y daños a equipos e instalaciones.
Metodología
Los estudios de Evaluación de Riesgos (ER), ofrecen a las organizaciones una serie de datos que contribuyen a mejorar la seguridad y la gestión de los riesgos, con la finalidad de reducir o eliminar los riesgos inherentes a los diversos tipos de actividades y procesos, especialmente para el trabajo en minería subterránea.
Estos estudios son esfuerzos organizados para la identificación y el análisis de las situaciones de riesgo asociadas a las actividades de los procesos y se utilizan para detectar aquellos puntos débiles en el diseño y el funcionamiento de las instalaciones que pueden ocasionar vertidos accidentales de productos químicos, incendios, explosiones y otros daños con consecuencias adversas.
Los estudios de ER son una poderosa herramienta preventiva, ya que consideran potenciales consecuencias y entorno en cuanto a efectos en las personas, como lesiones de los trabajadores, daños a la comunidad, pérdida del empleo y secuelas psíquicas; efectos medioambientales en la atmósfera, el agua y el suelo; y efectos económicos, como daños a la propiedad, cese de las actividades productivas, responsabilidades legales y mala imagen corporativa.
Si bien las empresas aplican estos estudios, en la mina subterránea siempre existen riesgos en la operación, que todo prevencionista debe considerar. Generalmente, se usan explosivos y maquinaria pesada, y un gran número de operarios debe trabajar en espacios reducidos, con pisos mojados y resbaladizos, con luz artificial, expuestos a riesgos de accidentes por desprendimientos de rocas, inhalación de aire impuro, gases tóxicos, polvos, ruidos, entre otros elementos que pueden representar un riesgo para la seguridad.