Carlos Cabrera.

¿Cómo se constituye el área de seguridad laboral en Atlas Copco?
El grupo Atlas Copco cuenta con una estructura fuerte en esta materia. A nivel de grupo, contamos con un “Safety Council” (consejo de seguridad), conformado por presidentes de las distintas divisiones de la compañía y que se ocupa de estudiar y transferir las buenas prácticas de los países a todo el grupo. También cada Business Area (áreas de negocio) cuenta con su gerencia global de IMS, que se encarga de verificar que todos los Customer Centers cumplan con las políticas que el grupo establece. Para el caso de Atlas Copco Chilena, se encuentra bajo la supervisión de ADS (Atlas DrillingSolutions), cuya presidencia está ubicada en EE.UU., a quien se reporta mensualmente la gestión de sustentabilidad.

A nivel nacional, estamos constituidos en una Gerencia de Seguridad y Salud Ocupacional, que tiene dependencia directa de la gerencia general. Asimismo,contamos con 32 profesionales de Prevención de Riesgos a nivel nacional, ubicados en sucursales (Iquique, Calama, Antofagasta, Copiapó y Concepción), y en nuestros contratos en las faenas de clientes.

¿En qué pilares se basa la gestión en seguridad laboral?
Como cada Customer Center dentro de Atlas Copco, Chile genera su propia estrategia de trabajo, la que se basa en tres pilares fundamentales.El primero es nuestro programa corporativo de Seguridad y Salud, que tiene 11 puntos, medibles y evaluables, que se aplican en cada una de las instalaciones en las que estamos presentes (sucursales o faenas de clientes).

En segundo lugar, nuestro Decálogo de Seguridad reúne las reglas más importantes que hemos creado en la compañía y que se basan en los riesgos potenciales de mayor magnitud. Por ejemplo, la primera regla hace hincapié en priorizar la seguridad ante todo, lo que da posibilidad a todo empleado de la compañía a evaluar las condiciones de seguridad, y si estas no son las adecuadas tiene la potestad de detener el trabajo. El tercer pilar son los estándares de Seguridad y Salud en el trabajo, que entregan un piso mínimo de las exigencias de seguridad con las que se puede llevar a cabo una actividad. Por ejemplo, para realizar trabajos con energía, tenemos un estándar de bloqueo que se aplica al mantenimiento de un equipo. Ahora bien, si en una faena se utiliza un estándar mayor al nuestro, se aplica el del cliente, pero nunca una normativa menor.

¿Cómo han funcionado estas medidas?
Los resultados que tuvimos entre 2012 y 2013, aplicando solo el Decálogo de Seguridad y en un 50% la implementación de los estándares de seguridad, significaron una disminución de 12 accidentes en 2012 a 2 accidentes leves en 2013, lo que fue nuestro cambio más significativo. Gracias a ello, comprendimos que necesitábamos fijar reglas que obligaran a ejecutar acciones más seguras.

¿De qué manera llegan a los trabajadores con este mensaje?
El mensaje bajo el slogan “Safety First: la seguridad es lo primero”, es parte de cada acción de la empresa, partiendo desde los directores y los cargos de jefatura; es repetido en ocasiones especiales, como en las presentaciones de resultados de los Gerentes Generales dos veces al año, visitas a las faenas y sucursales. También son importantes los liderazgos visibles; en cada reunión se analiza un tópico de seguridad y se realizan charlas periódicas de los riesgos asociados al trabajo.

Asimismo, hemos utilizado medios audiovisuales para llegar a toda la compañía, como videos cortos que ejemplifican cada uno de las reglas del Decálogo, demostrando los riesgos involucrados en esas tareas, videos de conducción segura, cuidado de las manos, concursos de dibujos, videos, etc. Estos videos son presentados a los trabajadores, en las inducciones y reinducciones del personal, lo que se complementa con afiches y envío de información a los correos electrónicos, entre otros. Con estas medidas hemos ido incorporado en la conciencia de los trabajadores que la seguridad es un tema primordial en su trabajo.

¿Cuáles son los principales riesgos en la compañía?
En 2014 la casuística de incidentes estuvo orientada en mayor medida a lesiones de las manos, en su mayoría ocasionadas en los trabajos de mantenimiento de los equipos. Nos dimos cuenta de ese aspecto, y durante el segundo semestre de 2014 lanzamos una campaña de prevención de lesiones de las manos. Esta la hicimos coincidir con la celebracióndel Día de la Seguridad (28 de octubre de 2014), en la que también involucramos a las familias de los trabajadores. Se trata de hacerles saber que un accidente tiene efecto, no solo en su integridad, sino también en su familia, amigos y empresa.

¿Qué dificultades han enfrentado durante el desarrollo del plan?
En todo proyecto de Seguridad siempre la mayor dificultad es la credibilidad y el involucramiento, pues sin estos aspectos se hace muy difícil llevar a cabo una gestión verdadera. Económicamente hablando, el retorno de la inversión en seguridad no es mayormente visible para la gerencia, y escasamente demostrable en números; por cuanto por ese lado, no es muy atractiva. Sin embargo, una vez que se consiguió la credibilidad y el compromiso de los altos cargos, la ejecución es mucho menos compleja. Es ahí donde debemos ser capaces de convencer de la importancia de invertir en la gestión de seguridad, pero también de explicar que su retorno no será en el corto plazo y que con estas medidas seremos una empresa más eficiente, responsable, creíble con sus clientes y, por sobre todo, sustentable en el tiempo. Si eres una empresa de alta accidentabilidad, significa que no tienes optimizado ni desarrollado tu negocio, porque los accidentes son demostraciones de que algo se hace mal en una organización.

Para nosotros, la gestión de seguridad forma parte integral del negocio y nuestros resultados son nuestra carta de presentación.

¿Ya está desarrollada una cultura de seguridad en la compañía?
En una encuesta mundial (Insight) que Atlas Copco efectuó en 2014, donde se evaluó la percepción de los trabajadores hacia la compañía, una de las preguntas fue: “¿Es importante la seguridad en tu trabajo?”. El 92% de las respuestas fue positiva. No obstante, ese alto porcentaje aún no se refleja enteramente en la práctica, ya que todavía vemos comportamientos alejados de la seguridad en los que el trabajador asume riesgos innecesarios. Es ahí donde está el gran desafío: en cambiar hábitos.

Si bien hemos trabajado en los cimientos de una cultura de seguridad, estamos en desarrollo y avanzando para conseguirla.