Gilles Landry.

¿Cómo una cultura de seguridad puede remediar la accidentabilidad?
En materia de seguridad, se habla mucho del comportamiento de la gente. Esta forma de proceder de los individuos cambia de un país a otro, pero finalmente la psicología humana sigue siendo la misma. Una organización puede influir en el comportamiento de sus colaboradores, mostrando una total coherencia entre el discurso que sostiene la gerencia y las situaciones concretas con las cuales se enfrentan los colaboradores en su rutina diaria.

¿Cuáles son las claves para que una empresa mejore su cultura de seguridad?
En todos los sectores empresariales siempre se trata de lo mismo: a nivel de la gerencia, hay que tener una visión y objetivos claros en torno a la cultura de seguridad a implementar. Eso sí, resulta fundamental que tras esta visión exista un alto compromiso de la plana mayor para que esto sea una realidad. Solo así esta cultura se convertirá en el motor integral de la compañía y permitirá sustentar la búsqueda de un mejor rendimiento global. El liderazgo, entonces, es absolutamente vital.

¿Qué se necesita para construir una cultura de seguridad en la construcción?
Lo primero que se debe cumplir al interior de una empresa es asumir una voluntad proporcional al tipo de actividad que se desempeña. Hay que tener ideas muy claras en materia de seguridad, sobre todo en ciertos rubros sensibles, como la industria nuclear o la aviación, donde el mínimo error puede costar muy caro. No obstante, independientemente de cuál sea esta voluntad que se enuncie, todo es, al final, una cuestión de coherencia. Específicamente en lo que tiene que ver con el área de la construcción, resulta muy importante darle un sentido al proceso de seguridad, que es elemental para el desarrollo de su negocio. En concreto, tener la capacidad de lidiar con el factor humano y cómo poder influenciar dicho comportamiento es un desafío importante.

En seguridad laboral, ¿cómo debe operar la relación entre Empresa y Estado?
El Estado debe fijar un marco de referencia, que es lo mínimo que todos los actores deben respetar. Luego, la lógica indica que las propias empresas deben saber si sus objetivos son cumplir esos requisitos mínimos que ha exigido el Estado, que corresponde a lo que es socialmente aceptable en un país, o si su voluntad real es poder proyectarse más allá en una visión superior que se convertirá en un soporte de desempeño futuro de esa empresa.