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Vapores y gases durante
trabajo de soldaduras en la Construcción
Por Grace Montecinos Fredes, Coordinadora Nacional, Programa Vigilancia de Accidentes, Instituto de Seguridad Laboral (ISL).
Uno de los riesgos de la soldadura es la inhalación de gases y vapores que pueden llegar a provocar desórdenes neurológicos y/o daños pulmonares.

Hoy en día, la soldadura se utiliza cada vez más, ya sea por su método preciso y de bajo costo o por la confiabilidad que genera para la unión de materiales, por lo que constituye una práctica común dentro del rubro de la construcción. La exposición a humos de soldadura tiende a ser altamente variable por muchos factores, sin embargo, es necesario destacar que los humos y gases que genera esta actividad pueden ser peligrosos para la salud. Los riesgos para la salud y sus efectos asociados con los gases y humos son determinados por:

El tiempo de exposición.

El tipo de soldadura que se realiza.

La protección que se esté usando.

El ambiente de trabajo.


Humos de soldadura

Los humos de soldadura son pequeñas partículas que se forman cuando el metal vaporizado se condensa rápidamente en el aire, manteniéndose en suspensión. Típicamente son muy pequeñas para ser vistas por el ojo humano, midiendo cerca de un micrómetro (un quinto del diámetro de un cabello humano), pero colectivamente forman a menudo una nube visible. No obstante, incluso si el humo no puede ser visto, sus partículas pueden estar presentes.

Sus efectos asociados a la salud dependen del metal específico presente en el humo, y pueden ir desde enfermedades de corto plazo a otras de más largo plazo, que involucran desórdenes neurológicos y/o daño pulmonar.

Entre otros gases que también puede generar la soldadura, sobresalen el Monóxido de Carbono (CO), el Ozono, el Ácido Fluorhídrico y los Óxidos Nitrosos. El Monóxido de Carbono es un gas incoloro e inodoro, que se forma por la combustión incompleta del revestimiento del electrodo o del flujo así como también por el uso de Dióxido de Carbono (CO2) como gas inerte. La sobreexposición a CO inhibe a los glóbulos rojos de llevar suficiente oxígeno a otros órganos del cuerpo, lo cual consecuentemente resulta en asfixia. Existe también el potencial de generar una atmósfera con deficiencia de oxígeno, si la soldadura se realiza en espacios confinados o cerrados con gas inerte (como el Argón).

Por su parte, los gases Ozono, Dióxido de Nitrógeno y el Óxido Nítrico son producidos por la interacción de la luz ultravioleta (proveniente del arco eléctrico) con el aire que lo rodea. Estos compuestos son irritantes para los ojos, nariz y garganta, y altas exposiciones también pueden causar fluidos en los pulmones, hemorragias y otras enfermedades pulmonares de largo plazo.

Si el metal ha sido desgrasado con un solvente clorado, otros gases podrían ser liberados (tales como Fosgeno, Ácido Clorhídrico, Gas Cloro, etc.). Estos gases generalmente causan irritación a los ojos, nariz y sistema respiratorio y los síntomas pueden aparecer posteriormente.

En ese contexto, la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA) recomienda:

Eliminar en su totalidad pintura y los disolventes antes de comenzar a soldar u oxicortar. Asegúrese de haber eliminado todos los residuos.

Usar el método de soldadura más seguro para el trabajo. La soldadura con varilla produce mucho menos vapores que la soldadura con varilla de núcleo fundente.

Usar varillas de soldar que produzcan vapor reducido. El 90% del vapor proviene de la varilla. Las pistolas para soldar que extraen vapores pueden captar el 95% del vapor.

En un espacio cerrado, asegurar ventilación. No almacenar sopletes en el mismo lugar.

Mantener una buena y adecuada ventilación.

Usar ventilación local a través de escapes para eliminar los vapores y los gases desde su raíz, ya que estos se acumulan cuando no corre aire. Mantener la boca de la capucha de escape entre 10-15 cm de la fuente de origen del vapor, incluso cuando no esté dentro de un lugar cerrado.

Usar sopladores de aire para alejar los vapores de usted cuando se encuentre al aire libre y haga viento.

Mantener la cara alejada de la pluma de soldar.

Si no se está seguro de que la ventilación es buena, utilizar un respirador. En este caso, OSHA estipula que el empleador debe ofrecer un programa completo de protección respiratoria. Esto quiere decir que los respiradores deben seleccionarse bien y quedar a la medida. Además, se debe someter al trabajador a una evaluación médica para asegurarse de que está apto para usar el respirador y brindarle capacitación adecuada para aprender a usarlo. Asimismo, el respirador deberá almacenarse y limpiarse correctamente y el programa deberá evaluarse.

Si fuma, deje de fumar.

Es importante destacar que OSHA establece límites de exposición a los metales, gases y el total de vapores durante la soldadura, los que deben respetarse en pos de cuidar la salud y seguridad de los trabajadores y trabajadoras.

Junio 2015
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