Mónica Reyne H.

Asipla ha tenido un rol fundamental como instrumento de apoyo y gestión para sus asociados, promoviendo entre sus miembros la adopción de altos estándares éticos y de calidad en la conducción de sus negocios, basándose en la importancia que tienen las personas como pilares para sus negocios.

Al levantar un diagnóstico en 2012 sobre las condiciones de seguridad de la industria, detectamos que las tasas de accidentabilidad se habían mantenido en el sector manufacturero en torno al 6%. Esta es una tasa histórica que generaba alrededor de 21.600 accidentes al año y donde el sector plástico tenía gran incidencia en la cifra. Si bien desde sus inicios la asociación fijó como foco estratégico el mejorar las condiciones de seguridad y los indicadores que la rigen, las cifras de accidentes más recurrentes encendieron la luz de alerta y fuimos proactivos.

En específico, desde 2013, se formó una alianza con la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS), para trabajar de manera focalizada en el sector de la industria del plástico y mejorar las tasas de accidentabilidad y siniestralidad que entonces fluctuaban sobre el 9% y los 170 días perdidos respectivamente y que, en el detalle, correspondía a una preocupante realidad de 1.314 accidentes, 25.259 días perdidos para un total de 290 empresas de nuestro sector.

Según este diagnóstico, entre los accidentes más habituales se hallaban golpes por y con objetos, cortes con objetos cortopunzantes, sobreesfuerzos, atrapamientos en maquinarias o por objetos, proyección de partículas y caídas de distinto nivel. Por el lado de las enfermedades profesionales, nuestro rubro del plástico mostraba 54 casos, los que se dividían en trastornos musculoesqueléticos, con una mayoría del 52%; hipoacusias por ruido, con un 30%; salud mental, con 13%; seguidos por dermatitis (2%) y asma y otras enfermedades respiratorias (1%).

A través de la alianza con ACHS, se elaboró un programa de reducción de siniestralidad o accidente por cada establecimiento, basado en el Nuevo Modelo de Gestión Preventiva que propuso la mutualidad. Este consiste en implementar en la industria una “Cultura de Seguridad”, que se crea comprometiendo a la Alta Dirección de las empresas y promoviendo el autocuidado de las personas, como pilar fundamental de la prevención. En cuanto a la metodología, se implementaron Sistemas de Gestión Preventiva de Seguridad de las personas en conjunto con las empresas, donde Asipla juega un rol fundamental de articulador para el acercamiento con la Alta Dirección y el comienzo de la ejecución de los planes a medida.

El programa incluye difusión, diagnóstico individual, fijación de metas de seguridad, generación de actividades de capacitación, sensibilización y trabajo en conjunto, para lograr un levantamiento de los cargos. Se analizan los riesgos a los que están expuestos todos los trabajadores, incluyendo al empleador, de tal manera que se genera un diagnóstico de las causales de accidentes por cada empresa y trabajador, con la descripción de sus riesgos potenciales, las recomendaciones sobre las medidas a implementar, y la fijación de plazos para la realización de dichas medidas

La meta final que persigue Asipla y ACHS, es implementar la gestión de seguridad a través de la generación de las matrices de riesgos por cargos, de manera que los riesgos se encuentren identificados, las medidas de protección se implementen y se logre el control de los accidentes e incidentes que afectan a nuestros trabajadores. Esta herramienta es utilizada en distintas industrias a nivel mundial, ya que se ha comprobado que su implementación lleva a reducir al mínimo las tasas de accidentabilidad, meta que toda industria debiese seguir con prioridad.

De esta forma, dos años de trabajo conjunto con la mutualidad resultó en una reducción de las tasas de accidentabilidad en la industria del plástico desde 9,22% a 7,24%, producto de la sensibilización, control y seguimiento de la gestión en la seguridad de las personas, que Asipla ha conseguido establecer con sus miembros, partiendo por el involucramiento de las gerencias y jefaturas. No deja de sorprender que esta disminución de tasas, significó evitar que cerca de 32.000 trabajadores afiliados se accidentaran con días perdidos durante el último año.

Las mutuales de seguridad se dieron cuenta de que el foco para lograr una baja tasa de accidentabilidad estaba en tener una meta común con la industria, una estrategia clave para lograr revertir la tendencia al alza de estas cifras. Por esto, vemos en forma satisfactoria que el mediano y largo plazo se ve alentador; sin embargo, el llamado de nuestro gremio sigue siendo a mantener una alta prioridad en una cultura preventiva de la gestión de la seguridad de las personas y las condiciones seguras en el ambiente y espacio de trabajo.