Las funciones y la intervención de la organización sindical en las cuestiones de la Seguridad y Salud de los trabajadores están establecidas en la legislación laboral chilena, en el artículo 220 del Código del Trabajo, siendo su objetivo hacer que la normativa que regula la seguridad y la salud sea cumplida. Un síntoma claro de la dificultad que los representantes de los trabajadores enfrentan para asumir este rol, es que fue necesario que la Dirección del Trabajo, mediante un dictamen, haya tenido que interpretar uno de los fines de la organización, aunque para muchos, la norma es explícita. Es por ello que este artículo se explayará principalmente en el deber ser, y en relevar el rol que tienen los sindicatos en obtener mejores condiciones laborales y de hacer de sus lugares de trabajo un lugar seguro y saludable.

Sin duda, uno de los objetivos más importantes del sindicato es fomentar la participación y la sensibilización de los trabajadores en materias de Seguridad y Salud en el Trabajo. Pero no cualquier participación, sino una participación informada, ya que los sindicatos pueden y deben jugar un papel valioso en la comunicación de información independiente y, de esta manera, transformarse en un colaborador activo con las empresas en la búsqueda de soluciones a los problemas que se presentan a diario en los lugares de trabajo.

La participación debe ir acompañada del conocimiento y la información, por lo que los representantes de los trabajadores deben gestionar que dicha capacitación sea entregada a todos los trabajadores de la empresa, convirtiéndose en interlocutores válidos ante los empleadores y el personal especializado en materias de prevención de riesgos.

Asimismo, al momento de tomar decisiones, el empleador debe considerar el conocimiento que tienen los trabajadores de sus puestos de trabajo, de los peligros y de las posibles soluciones para prevenir los riesgos. Debe también convencerse de que involucrar a los trabajadores desde la fase de planificación ayudará a encontrar soluciones prácticas, a la vez que logrará mayor adhesión a las medidas tomadas, asumiendo un compromiso con la solución.

Las normas que regulan las condiciones de trabajo son generales y en ellas están establecidas las condiciones mínimas que deben cumplirse en los lugares de trabajo, dejando amplio espacio para mejorar y adecuar estas condiciones. Es allí donde los trabajadores y sus representantes pueden y deben intervenir con propuestas que deben ser discutidas en conjunto con los empleadores.

En este contexto, los trabajadores deben realizar acciones coordinadas con los Comités Paritarios, solicitándoles acciones específicas, tales como visitas a los puestos de trabajo para conocer los peligros y evaluar los riesgos, la valoración de determinados contaminantes, capacitación, etc.

Deben, además, involucrarse en el desarrollo y puesta en marcha de los sistemas de gestión, principalmente en la etapa de diagnóstico de las áreas de trabajo, en la identificación de los peligros y valoración de los riesgos y en el diseño de las medidas preventivas.

También pueden participar en las acciones de cumplimiento voluntarias de las empresas, tales como certificaciones nacionales o internacionales, programas de Buenas Prácticas Laborales, entre otros. Éste es un espacio que bien aprovechado por los sindicatos podría dar buenos frutos, ya que es de máximo interés de parte de los empleadores (a requerimiento de las empresas certificadoras) que los trabajadores y sindicatos colaboren en la implementación, como asimismo sirvan de aval o garantía para que las medidas implementadas lleguen a los trabajadores. Entonces, allí se abre un espacio de negociación para lograr mejoras sustantivas de las condiciones de trabajo.

Las empresas en que los trabajadores pueden negociar colectivamente o suscribir contratos colectivos son una oportunidad propicia para que estos puedan obtener mejoras de las condiciones de trabajo y avanzar en los espacios en que las normas son generales y no abordan problemas de seguridad particulares. Y, lo más importante, se abre el espacio para negociar participación en materias de Seguridad y Salud.

Una especial importancia tiene igualmente la participación de los representantes de los trabajadores para exigir y participar activamente en la investigación de los accidentes del trabajo, con el objetivo de garantizar que dicha investigación sea independiente y logre su objetivo de identificar las causas que lo provocaron. De este modo, la empresa podrá emprender acciones de corrección y prevención, evitando que los hechos se repitan.

Finalmente, las acciones de denuncias que le asisten a la organización sindical ante el incumplimiento de las normas, son una herramienta que no debe dejar de utilizarse, aun cuando implique dificultades para la organización, ya que uno de sus roles ineludibles es lograr mejores condiciones de trabajo para todos los trabajadores.

Cuando no es posible conseguir los objetivos en las formas precedentemente señaladas, la organización de los trabajadores puede obtener mejoría de sus condiciones de trabajo a través de otras instancias, tales como la vía administrativa o la judicial.