| Grafología: Una forma de selección de personal | | | Por Carla Godoy Valle, Jefe de Selección y Analista Grafológico de BP Consulting | | | | |  | | Hace dos siglos, ya lo anticipaba Johann Wolfgang von Goethe: “Hay una íntima relación entre el carácter, la inteligencia, el alma, las sensaciones emocionales del ser humano y su escritura”, haciendo referencia que todo acto de comunicación presenta un mensaje consciente del interlocutor y otro inconsciente. En este último aspecto, la escritura y los grafismos son extraordinariamente locuaces, pues además del contenido del mensaje escrito (parte consciente), se expresan toda una gama de gestos gráficos, como un conjunto único en cada persona, que debido a la integralidad de la misma, está reflejando otro tipo de mensaje que debe ser descifrado. De ahí surge el estudio de la escritura o Grafología. En el ámbito de la selección de personal, el fin último de cada proceso consiste en identificar a aquel candidato idóneo tanto para el perfil de la posición que se busca como para la cultura del equipo y la organización en la cual se insertará. Muchos son los métodos para llevar a cabo este propósito, desde los “tradicionales” tests psicométricos y proyectivos, la participación en centros de evaluación o assessments, hasta las entrevistas por competencias.
No obstante, basta con ingresar algunos de estos términos en un buscador de Internet y rápidamente nos encontraremos con la descripción, las características del instrumento, y hasta las respuestas esperadas para cada una de estas pruebas, dejando en evidencia la facilidad con que es posible acceder a esta información. Entonces, la asertividad de la búsqueda mayoritariamente depende de la expertise y seniority del entrevistador. En este sentido, la Grafología se nos presenta como una técnica altamente veraz, en la medida en que parte de la premisa de que falsear nuestra propia escritura es prácticamente imposible. El cerebro registra en la memoria todos los acontecimientos pasados que la persona fue aprendiendo desde el principio de su vida; estos registros acumulados difícilmente logran ser borrados. De esta manera, los hábitos se automatizan y se van incorporando constantemente, persistiendo de manera latente en el inconsciente. La escritura también forma parte de estos procesos de transformación; las letras, los números, la firma, los trazados se van automatizando y quedarán plasmados en el inconsciente del individuo, reflejando los distintos aspectos de la psique humana (emotividad, intelecto, traumas, vocación, inclinaciones virtuosas, inclinaciones patológicas, entre otras). En este sentido, si tuviéramos que definir la Grafología, podríamos decir que la escritura es la representación gráfica de la personalidad del ser humano.
Reflejo de la personalidad
La grafología visualiza y analiza cómo se ve la persona a sí misma, cuál es su estado interno, cómo le afecta el pasado, cuáles son sus potencialidades y debilidades, cómo nos ve el entorno y cómo nos relacionamos con éste. El análisis de la escritura describe con abundancia de detalles sobre lo que piensa, siente y cree el escribiente. Así, por ejemplo, si nos proponen la búsqueda de un profesional en el área de la Minería o de la Construcción que reúna competencias tales como capacidad de organización y planificación, orientación a resultados, rigurosidad, capacidad para trabajar en equipo y que, además, se rija por altos estándares en términos de prevención, la grafología es capaz de proporcionarnos indicadores específicos que dan cuenta de la existencia (o no) de estas competencias en el sujeto.  Si nos centramos en la capacidad del individuo para regirse por procedimientos de prevención de riesgos, deberemos poner énfasis al momento de analizar su registro gráfico, en características tales como la inclinación de la letra, ya que un estilo de inclinación dextrógira tumbada, vale decir, con un ángulo inferior o igual a 45°, estaría dando cuenta de un alto nivel de precipitación o atolondramiento al momento de ejecutar una tarea. Del mismo modo, sería necesario observar también cómo hace uso de los márgenes, en la media en que existe una relación directa con la autorregulación del propio sujeto. De esta manera, si presenta un margen izquierdo excesivo, es decir, mayor o igual a 2.5 cm. de anchura, se caracterizaría por asignar su propio cariz a los códigos normativos, valores y/o principios. Asimismo, deberíamos considerar indicadores como la puntuación de la “i” como un elemento que da cuenta de la atención al detalle, así como la velocidad con que se ejecuta la firma, pues si ésta es más rápida, podría también ir en desmedro de la preocupación por los detalles.
Le invito a continuación a escribir su firma en una hoja en blanco. Obsérvela y trate de reconocer qué tipo de trazos predominan. Los trazos curvos, por ejemplo, están relacionados con características como empatía, flexibilidad, extraversión y cordialidad, entre otras. En cambio, los angulosos se relacionan con la presencia de características como disciplina, perseverancia y, en ocasiones, actitudes más inflexibles e irritables ante la resolución de conflictos y/o contingencias. Lo anterior, es sólo una muestra de los aspectos susceptibles de ser identificados a través de los grafemas. No obstante, es necesario que esta técnica sea aplicada con rigurosidad por un experto grafológico, capaz de ceñirse fielmente a la correcta aplicación e interpretación de lo escriturado. | |
