Mauricio Sánchez.
¿Por qué aplicar un protocolo como el Prexor?
Si bien desde 1999 el DS 594 establece límites máximos tanto a la exposición ambiental a agentes químicos y físicos, como a la tolerancia biológica, generados por los distintos tipos de actividades industriales, esos límites no son preventivos. Eso quiere decir que, aunque se apliquen correctamente, no se tiene una certeza completa que los trabajadores están protegidos. Por esta razón, y en el caso particular del ruido, se hizo necesario generar y aplicar el protocolo Prexor. Este, además de decretar límites preventivos ante el ruido, permite una homogenización del trabajo que deben hacer los organismos administrativos de la ley y las propias empresas para controlar y prevenir las consecuencias de la exposición a este agente, de manera de tener certeza que los trabajadores realmente están protegidos y no sufrirán algún grado de pérdida auditiva por trabajar.
¿Es posible hacer algún balance de su impacto en las empresas nacionales?
Aún no existe un balance oficial respecto a la cobertura de vigilancia, por ejemplo, pero en general se puede apreciar un cambio importante, porque el Prexor impacta a distintas instituciones públicas y privadas. En este sentido, su exigencia obligatoria ha generado que se mejore la acción fiscalizadora de los Seremis que no solo están fiscalizando a las empresas, sino que también a los organismos administradores de ley, donde hemos notado un mejoramiento de su calidad técnica. Asimismo, hemos visto un cambio en la preocupación de empresas de distintos rubros, lo que en definitiva es una señal que muestra que, aún faltando mucho por hacer, el Prexor ha marcado un camino que se debería haber tomado hace muchos años.
¿Qué tan compleja puede ser su aplicación?
El ruido ocupacional es un tema de alta especificidad, entonces puede resultar complejo para algunas empresas aplicar algunos aspectos del Prexor. Es importante considerar que cada empresa tiene una realidad propia en cuanto a la prevención de riesgos, y ciertos tópicos nuevos que exige el protocolo pueden ser desconocidos por ellos, como, por ejemplo, realizar un mapa de riesgos cuantitativo. Situaciones como esas han alentado su avance, por lo que todavía falta homogenizar la forma para su aplicación. Por eso, desde el ISP en coordinación con el Ministerio de Salud, hemos ido avanzando en un trabajo de cómo suplir estas exigencias, abarcando una serie de temas que apuntan a facilitar la aplicación del Prexor.
¿Es necesario que las empresas tengan personal capacitado para su aplicación?
En realidad, se parte de la base de que las empresas tienen la asesoría desde los organismos administradores de la ley. Además, las empresas de cierto tamaño deben contar con un prevencionista de riesgos, aunque en la práctica siempre hay algunas carencias respecto del nivel técnico para aplicar el Prexor en su totalidad. Sería recomendable que las compañías tengan profesionales internos instruidos en el tema, que les permitan dilucidar de manera rápida las acciones más dificultosas de aplicar porque en el intertanto, son los trabajadores los que se ven perjudicados al no recibir las acciones preventivas.
¿Se han destinado sanciones a quienes lo aplican de forma incorrecta?
Hasta el momento las Seremis de Salud no han mantenido una actitud punitiva, sino que se ha buscado generar las posibilidades para que el protocolo se cumpla, lo que va a favor de los trabajadores. Un punto importante es que el Prexor viene a romper la inercia de solo preocuparse de una indemnización a un operario por consecuencias de exposición al ruido, y pone a la prevención como pilar.
En este sentido, ¿qué rol juegan las mutuales?
Su rol es fundamental, pues gran parte de las acciones contenidas en el programa son de responsabilidad del organismo administrador de la ley. Son las mutuales las que deben ver al Prexor como una herramienta que no solo homogeniza sus acciones preventivas, sino que también unifica criterios y establece las acciones correctas. Por esto, es relevante que estas entidades difundan el protocolo entre sus afiliados, y generar el empoderamiento de las organizaciones de los objetivos que tiene que lograr.
¿Cuáles son los principales objetivos en esta materia?
Los tiempos en Salud Ocupacional son relativamente largos, y la implementación del Prexor es un proceso que además lleva consigo cambios de mentalidad y de generación de hábitos. Lo que pretendemos es que en un plazo de dos o tres años, podamos contar con una línea de base en términos de saber qué es lo que está pasando en la exposición ruido, cuál es el número nacional de hipoacúsicos, cuáles son los trabajos más expuestos a ruidos, cuáles son los niveles representativos de exposición, rubros más críticos, etc.
Esta información servirá para comparar resultados y saber si estamos avanzando en la línea correcta -que es lo que creemos-, e incluso poder establecer metas a futuro, como por ejemplo porcentaje de hipoacusia a disminuir y en qué rubros.