Artículo gentileza Siemens.
En Chile se declaran muchos incendios al año, que arrojan un balance nefasto: numerosos muertos y heridos, así como miles de millones de pesos en daños materiales. Más de un cuarto de estos incidentes, pueden atribuirse a defectos en la instalación eléctrica, causados en su mayoría por fallos de arco peligrosos. Estos fallos pueden aparecer en caso de contactos sueltos en la instalación eléctrica y en los aparatos enchufados. Muchos de estos riesgos de incendios pueden detectarse con antelación desde los cables eléctricos hasta el aparato terminal, gracias a la utilización de los dispositivos de detección de fallo de arco eléctrico, cerrando la brecha de seguridad y protegiendo la vida de las personas, los edificios y los bienes insustituibles.
Un vacío en la protección
Normalmente, y por defecto, los circuitos de una instalación eléctrica se protegen mediante interruptores automáticos e interruptores diferenciales de corriente. Sin embargo, estos elementos no han sido diseñados para detectar con antelación los fallos de arco y, por lo tanto, no pueden ofrecer la protección necesaria. Es precisamente aquí donde los dispositivos de detección de fallo de arco cubren la brecha de protección existente hasta el momento. Los dispositivos de detección de fallo de arco ofrecen la máxima seguridad, protegiéndole frente a los daños que pueden originarse debido a un incendio. Su uso está recomendado en viviendas, edificios públicos, bibliotecas, museos y talleres con peligro de incendio.
Posibles causas eléctricas de incendio y focos de peligro
Hablamos de un fallo de arco si, debido a un fallo, se genera un arco voltaico anómalo en una instalación eléctrica o cable. En la Figura 1, podemos ver ejemplos de los tres tipos de arco eléctrico que se pueden generar en una instalación eléctrica.
Figura 1.
Figura 2. Si el origen del fallo de arco se debe a contactos sueltos o a un fallo en el aislamiento, el fallo de arco no necesariamente debe tener consecuencias serias, pero puede iniciar un incendio y, como tal, tener consecuencias graves para las personas, la instalación y el edificio.