En el mundo industrial, uno de los temas pendientes es generar una mayor conciencia de los riesgos inherentes al uso de materiales y equipamientos eléctricos, así como de la electricidad misma, lo que tendría relación con desarrollar una cultura de seguridad, tanto en empresas y trabajadores, como en la sociedad en general. Esa fue una de las conclusiones derivadas del Encuentro Eléctrico AIE 2014, titulado “Desafíos en Seguridad Eléctrica”, donde participaron miembros del Comité Eléctrico de la Asociación de la Industria Eléctrica-Electrónica, AIE.

“Es importante educar a las personas en cuanto a la seguridad eléctrica, ya que actualmente existe un desconocimiento en muchos instaladores de cómo se debiese llevar a cabo una instalación eléctrica segura”, explica Mónica Brevis, Presidenta del Comité Eléctrico de AIE. A su juicio, todos los actores relacionados con el sector, deben tener a la seguridad como uno de sus focos de trabajo principales y desarrollarla “con ética, convicción y responsabilidad”, lo que también asume como desafío desde el comité que preside.

Mónica Brevis, Presidenta del Comité Eléctrico de AIE.

Norma Oteiza, Experto Sectorial de ACHS.

Mario Betancourt, Coordinador del CIECH.

Vicente Gálvez, docente Universidad Santo Tomás.

Ricardo Vicencio, Inacap.

Por su parte, Norma Oteiza, Experto Sectorial de la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS), plantea abordar la materia desde una perspectiva más amplia. “Cuando hablamos de seguridad, tenemos que considerar distintos aspectos, con una visión integrada y sistémica, porque no se logra nada teniendo instalaciones seguras si los trabajadores no cuentan con los procedimientos o elementos de protección personal necesarios. Si queremos generar cultura de seguridad, es necesario hacer este análisis en forma integral”, indica.

Para lograr un mayor nivel de conciencia en seguridad, es necesario que los mensajes sean claros y directos, como lo afirma Mario Betancourt, Coordinador Nacional de los Colegios de Instaladores de Chile (CIECH). “El propósito es que se tome conciencia de la importancia de adoptar medidas responsables, ya que hoy no se dan las indicaciones pertinentes, existiendo una real carencia de preocupación. De lo contrario, seguiremos cometiendo vicios que se transforman inevitablemente en un círculo vicioso”, señala.

Otra mirada entrega Vicente Gálvez, docente de la Universidad Santo Tomás, quien cree que la seguridad eléctrica debe ser abordada desde un ángulo social, ya que “es una responsabilidad que tenemos como profesionales del área eléctrica”. Explica que, desde la academia, se debe implantar en los alumnos “una suerte de filosofía de la seguridad”, con el fin de que, una vez en sus puestos de trabajo futuros, “la seguridad esté presente en sus acciones, a través de protocolos de trabajo seguro, y privilegiando esta temática a pesar de las múltiples restricciones presentes hoy en la industria en general”.

Coincidiendo con esta visión, Ricardo Vicencio, docente de Inacap, añade que “los alumnos deben tener la capacidad de reconocer inseguridades en todo proceso eléctrico, lo que significa protección no solo para las empresas, sino también para la comunidad”.

Javier Hernández, Jefe de Proyecto Unidad Inspección Especialidades Idiem.

Alejandra Iturrieta, Subgerente Ventas Eléctricas en PPE.

En lo referente a acciones preventivas y de seguridad, las normativas son la base, por lo que su conocimiento y entendimiento resultan ser claves en la práctica. De acuerdo a Javier Hernández, Jefe de Proyecto Unidad Inspección Especialidades de Idiem, la importancia de su conocimiento radica en que “su aplicación evita errores en el diseño de los proyectos, así como también en la ejecución de las instalaciones eléctricas”. Asimismo, sugiere que adicionalmente al conocimiento normativo, siempre se debe tener presente que las instalaciones “no son eternas, requiriendo de un mantenimiento adecuado, el que ayudará a que tengan un grado mayor de seguridad”.

En la misma línea, Alejandra Iturrieta, Subgerente Ventas Eléctricas en PPE, sostiene que aún falta por desarrollar las normas actuales e indicar acciones más específicas. Por esta razón, es positivo enfocar los esfuerzos en generar modificaciones a las normativas actuales, ya que han detectado que “en Chile, existe carencia de estándares internacionales. Esto se visualiza, por ejemplo, en que es común ver en viviendas nuevas el uso de diferenciales -cuya función es proteger a las personas en caso de una falla eléctrica-, los que deben ir acompañados de un sistema de tierra; pero si esto no va de la mano con un tema normativo, no se realizará. Un primer paso sería la obligatoriedad de instalaciones de estos sistemas”.

De la misma forma, incorporar visiones y buenas prácticas de normativas internacionales -y aprovechar el conocimiento que entregan otras latitudes- es visto como una buena forma de reforzar la normativa, sin embargo la aplicación a la realidad nacional siempre debe ser un punto a considerar.

Finalmente, los profesionales consultados concuerdan en que la seguridad eléctrica es un tema que va por buen camino en cuanto a la atención que la industria debe tener, aunque falta mucho trabajo por realizar. En estas instancias, se debe contemplar a actores como empresas, entidades de educación, instituciones públicas y profesionales, donde lo importante es generar valor a través de una cultura.