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Derrame de sustancias peligrosas a menor escala

Sin importar la magnitud de un derrame de sustancias peligrosas, sus consecuencias pueden ser desastrosas, por lo cual siempre es necesario realizar acciones preventivas y conocer qué decisiones tomar cuando se enfrenta un incidente de este tipo.

La actividad productiva y el desarrollo industrial implícito en las mejoras tecnológicas de la humanidad, ha traído consigo una serie de riesgos que nuestros antepasados no debieron enfrentar. El incidente de Bhopal (India) en 1984, que produjo una fuga de Isocianato de Metilo y la muerte de miles de personas; o la explosión de un barco y posterior destrucción de los edificios aledaños en el puerto de Texas City (EE.UU.) en 1947, son grandes eventos asociados a estas nuevas sustancias. Sin embargo, diariamente nos vemos expuestos a situaciones en escalas mucho menores, pero que pueden tener un alto potencial de riesgo para las personas y el medioambiente.

Internacionalmente, estas sustancias se han clasificado en nueve Clases de Riesgo, directamente vinculadas con su estado de materia, riesgos hacia las personas y medioambiente, y que condicionan diferentes medidas de manejo y control, así como guían una respuesta en caso de que este manejo y control se pierdan. En este contexto, cuando se produce una condición no operacional o accidental por la que cierta sustancia peligrosa (líquida o gaseosa) es liberada al medioambiente, esta podrá salir de su envase en, básicamente, dos formas: brusca y rápidamente, o lenta y gradualmente.

Las sustancias peligrosas, que al ser liberadas al medioambiente, adopten un estado líquido, tendrán un comportamiento completamente distinto a aquellas que adoptarán un estado gaseoso (sea gas o vapor), ya que mientras las primeras tendrán una distribución bidimensional, las segundas tendrán una distribución tridimensional.


Cómo actuar en cada caso

Contener una sustancia peligrosa gaseosa que ha sido liberada por una fuga accidental desde su envase, es prácticamente imposible sin los equipos y técnicas especializadas. Por otra parte, el control de una sustancia peligrosa en estado líquido liberada accidentalmente al medio es relativamente más simple, pero hay aspectos que nunca debemos dejar de lado:

1. Se trata de una sustancia peligrosa, por lo que su presencia y contacto tiene un potencial de riesgos para las personas y el medioambiente.

2. No es normal que esté libremente esparciéndose por la superficie. Incluso el agua está contenida en envases.

3. La manipulación requerirá de equipamiento apropiado.

4. El equipamiento por sí solo no solucionará el problema; se debe saber utilizar.

Frente a un derrame de sustancias peligrosas líquidas, debemos, por lo tanto, tener presente un proceso simple, pero que nos puede ayudar a solucionar la gran mayoría de los derrames:

1. Detener el derrame: No siempre tenemos la capacidad logística o técnica de realizarlo, pero siempre debe ser nuestra primera acción.

2. Contener la sustancia derramada: Es decir, evitar que la sustancia derramada siga aumentando la cobertura superficial (suelo vegetal, piso de la instalación industrial, superficie de un cuerpo de agua, etc.).

3. Recuperar la sustancia derramada.

4. Limpiar la superficie contaminada: Esto es factible incluso en derrames marítimos, ya que, si bien la sustancia peligrosa se distribuye por la superficie y columna del agua, puede tomar contacto con estructuras marítimas o la costa, las que necesitarán la remoción de estos contaminantes.

En el caso de sustancias líquidas, otro aspecto a considerar es que el producto derramado puede tener la capacidad de desprender vapores, situación que condicionará un ambiente de menor seguridad para aquellas personas que se encuentren en sus cercanías y que no cuenten con el adecuado nivel de protección personal, ya sean equipos o aislación del área del incidente. Esta condición se vuelve crítica en aquellos escenarios donde el derrame se produce dentro de instalaciones sin ventilación (o con una deficiente), con vapores potencialmente venenosos o inflamables.

Un derrame de una sustancia líquida al aire libre, con un potencial de desprendimiento de vapores venenosos, como ocurrió con la emergencia de Bhopal, puede generar una tremenda nube de vapor con una alta tasa de mortalidad si hay muchas personas expuestas.

Por lo tanto, cuando haya que controlar un derrame de un líquido, el procedimiento de los cuatro pasos indicados anteriormente, se debe condicionar a la primera consideración indicada en el texto: “¡Es una Sustancia Peligrosa!”. Se deberán tomar todas las medidas de seguridad, entendiendo el escenario como un todo, con elementos que se distribuirán en dos dimensiones (largo y ancho) y otros que se distribuirán en tres dimensiones (largo, ancho y alto).

Controlar un derrame puede ser simple si en nuestras actividades contamos con los equipos, insumos y procedimientos apropiados a la naturaleza química del producto que se ha derramado. Si no contamos como mínimo con esos elementos, la recomendación es dejar que los equipos especializados tomen el control de la situación, evitando poner en riesgo al personal.

Artículo gentileza de Esteban Cabrera Rebolledo, Coordinador Técnico de Suatrans.
Diciembre 2014
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