Si bien algunas industrias pueden estar más expuestas que otras, un evento de rescate puede ocurrir en cualquier sector productivo. Por esta razón, es necesario estar siempre consciente de este riesgo y contar con equipos humanos y técnicos que puedan responder efectivamente ante una emergencia. En ese aspecto, se pueden considerar diversos tipos de accidentes que pueden ameritar acciones de rescate, como atrapamientos, aplastamientos, caídas de altura, deslizamientos de materiales, quemaduras por acción térmica o química, cortes de diversa profundidad, entre varias otras. También pueden ocasionarse por una condición de trabajo, como por ejemplo, las labores en altura, en espacios confinados, en socavones o pozos, con maquinaria pesada estática o en movimiento, con energías abiertas y manejo de carga pesada.
Al respecto, Jaime Matute Mendoza, Gestor de Riesgos SSO de la Mutual de Seguridad CChC, sostiene que las situaciones de rescate más frecuentes en la industria nacional son los rescates de atrapamientos en máquinas y aplastamientos. “Para actuar ante estos escenarios, las empresas deben tener personal capacitado y organizado, conformado por una brigada de emergencia, la que deberá actuar ante situaciones de alta complejidad. Ahora bien, esto no debe quedar solo en la conformación, pues la clave del éxito se encuentra en la preparación y capacitación constantes”, indica.
Capacitación de brigadas de emergencia
La creación de una brigada de emergencia industrial tiene su razón en el control del riesgo originado por el ejercicio de una determinada organización. “Lamentablemente no todas las empresas poseen este tipo de organización interna ni conocen los beneficios que estas pueden ofrecer. Asimismo, de las pocas empresas que sí tienen estas brigadas, una parte muy pequeña le da la importancia que debieran tener”, explica Javier Jaramillo López, Gestor de Riesgos SSO de la Mutual de Seguridad CChC.
En tanto, según Yerko Valencia, Especialista en Seguridad Industrial de ACHS, uno de los principales problemas que afectan a estos equipos son las dotaciones. “Debido a la segregación del personal que la compone en turnos, por vacaciones o licencias médicas, no siempre cuentan con la cantidad necesaria de brigadistas para organizar e implementar una operación de rescate”, explica. “De presentarse esa situación, es probable que el personal con mayor entrenamiento y competencias no se encuentre disponible para liderar las operaciones, y que el rescate sea realizado por operarios sin experiencia o entrenamiento adecuado, resultando en un riesgo mayor”.
Según comenta Sergio Albornoz Godoy, Jefe de Desarrollo Técnico de Bomberos, muchas empresas llevan a cabo capacitaciones (principalmente cumpliendo el requerimiento estipulado en el DS 40, art 21). “No obstante, muchas veces no logran abarcar el 100% de los riesgos propios asociados a las condiciones anteriores. A esto se suma el hecho de que el equipamiento disponible frecuentemente es inadecuado o que sus características no logran el estándar requerido”, critica.
Para Valencia, la gran dificultad es la falta de modelos técnicos normados para realizar un rescate. “La forma de evaluar, planificar y realizar una operación de rescate depende de la escuela o norma de referencia, lo que es muy complejo de establecer incluso a nivel internacional, resultando las brigadas industriales entrenadas con los métodos preferidos por el relator de turno”, comenta.
¿Qué exige la ley?
En nuestro país, no existe una normativa obligatoria para organizar y operar brigadas de emergencia. La excepción es la industria de los combustibles que cuenta con los DS 160/2009 (para los combustibles líquidos) y el DS 108/2014 (para el gas licuado de petróleo), en los que se establece el requerimiento de que las brigadas contra incendios sean organizadas y operen de acuerdo al modelo técnico NFPA600 “Fire Industrial Brigades”. De igual modo, el Reglamento de Seguridad Minera (DS 132) también establece requerimientos básicos para las brigadas contra incendio y de rescate minero, aunque no se establece modelos técnicos de referencia.
No obstante, las empresas debieran ver en la formación de las brigadas de emergencia un aporte sustancial en la seguridad y protección de la integridad empresarial, reduciendo de esta forma la posibilidad de perder el patrimonio laboral y las fuentes de trabajo, según comenta Frank Fernández Gómez, Consultor de Riesgos SSO de Mutual de Seguridad CChC, ya que intervenciones de este tipo “reducen sustancialmente la criticidad de las lesiones al actuar y ejecutar rescates desde la base de conocimientos íntegros y acabados y no desde la improvisación”, sentencia.
