| Intoxicaciones por productos químicos y de uso industrial | | | | |  | | Las intoxicaciones laborales por productos químicos y de uso industrial corresponden a un 63,1% de los afectados a nivel local, seguida por los plaguicidas (31,6%) y por agentes de riesgo biológico (4,3%). Esto, de acuerdo a datos recopilados entre 2006 y 2009 por el Centro de Información Toxicológica de la Universidad Católica (CITUC) y que corresponde a una muestra total de 1.774 casos.
Cabe consignar que, dentro de los productos químicos y de uso industrial, se encuentra un subgrupo denominado “humos, gases, vapores y polvo” que corresponde al tercer mayor agente toxicológico de la muestra, con un 12,6% de los casos (equivalentes a 223 personas). Por su parte, el gas clorina, que corresponde a vapores de cloro y que cuenta con un amplio uso en el área de aseo industrial y doméstico, lidera las cifras con un 37,66% de este subgrupo, seguido con un 13,45% por el monóxido de carbono, un gas altamente letal.
El problema del gas clorina radica en que su inhalación produce irritación de la vía respiratoria, tos disnea e incluso puede generar neumonitis química. “La clorina puede llegar a ser letal dependiendo del tiempo de exposición, el nivel de concentración y el grado de ventilación del lugar”, asegura Patricia Cerda, enfermera y especialista en intoxicaciones.
De acuerdo a la profesional, quien utilizó estos antecedentes para preparar su tesis de grado en el Magíster en Epidemiología de la UC, la exposición no sólo afecta la salud del trabajador, sino que provoca ausentismo laboral, disminución de productividad, consultas médicas y tratamiento que genera el manejo de estos incidentes. “Existe muy poca información al respecto, por lo que mi idea es publicar pronto los resultados de esta tesis en alguna revista científica internacional para que se conozca más sobre esta temática”, señala.
Poca investigación
En nuestro país, existe escasa investigación relativa a intoxicaciones laborales y además, se genera un importante grado de subnotificación. Las razones son variadas: muchas enfermedades profesionales son consideradas como comunes; hay dificultad científica para catalogar estos padecimientos; existe desconocimiento de los profesionales de la salud, y se observa desinterés en el tema de la prevención, entre otras.
En general, los estudios a nivel local se concentran principalmente a nivel de plaguicidas y el principal organismo que realiza seguimiento es la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica en Plaguicidas (REVEP), dependiente del Ministerio  de Salud. Además del CITUC, la ACHS también realiza estudios no oficiales.
A juicio de Patricia Cerda, no existe una razón clara que justifique o explique la ausencia de registros más allá de las relacionadas a los plaguicidas. “En realidad, es una tontería que habiendo otros agentes que tienen igual o mayor efecto que los plaguicidas y generan alarma pública, no haya ningún tipo de antecedentes”. En su opinión, la causa pasa en gran medida por un tema de “desconocimiento general y poca investigación”.
En el caso de las empresas, asegura la especialista, la información es relativa, ya que algunas tienen convenio con CITUC y la entidad cuenta con sus fichas técnicas y son capaces de desarrollar métodos de acción concretos y directos frente a situaciones determinadas. “En el resto de los casos, no conocemos mayores detalles”, afirma.
La especialista afirma que, durante la recopilación de datos, no logró tener acceso a las compañías. “Lo que pude descubrir es que las intoxicaciones laborales tienen un componente cualitativo muy importante y desconocido. Por ejemplo, no pude investigar u obtener información sobre el uso de equipos de protección o de la preparación y conocimiento de los trabajadores”, declara.
Mayor compromiso
En el caso del rubro o sector económico donde se produce la intoxicación, también existen escasos resultados, ya que el documento estándar de la OMS que se emplea para recopilar los datos no incluye dicho ítem. “De acuerdo a nuestros estudios, el mayor nivel se concentraría en la industria agrícola y en segmentos industriales como las empresas salmoneras, el rubro químico, del calzado o maderero, por ejemplo”, señala. Respecto al grupo etario más expuesto a las intoxicaciones, se observa el predominio de trabajadores relativamente jóvenes (entre 21 y 39 años) con más del 50%, de los casos los que podrían exponerse crónicamente a tóxicos, aumentando el riesgo de desarrollar enfermedades profesionales de largos períodos de latencia. Por su parte, los factores de riesgo más frecuentes son el desconocimiento del tóxico y de sus efectos sobre la salud; la mezcla de productos o la exposición simultánea a más de un agente; la manipulación de elementos sin emplear las medidas de protección adecuadas, y la susceptibilidad individual. Para generar una prevención efectiva, asegura Patricia Cerda, debe existir un claro compromiso de parte del empleador, de los trabajadores y del Estado. “Hay que partir por un tema de legalidad, ya que muchas veces las prácticas laborales no son las adecuadas”, señala la especialista. “Hay que aumentar la capacitación y el autocuidado, y promover los equipos de protección y su uso”, concluye. | |
