Inicio
Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter
top2.jpg (395 bytes)
Martes 16 de Abril de 2024         •         Dólar= $986,50         •         UF=$37.192,63         •         UTM=$65.182

HIGIENE INDUSTRIAL
La necesidad de un cambio cultural en la empresa
Por Jaime Becerra, Docente Prevención de Riesgos Duoc UC sede Puente Alto

El año pasado, me llamó la atención durante una conferencia un dato estadístico: en Chile hay más de dos millones de días no trabajados al año por concepto de licencias, consultas médicas y maquinarias dañadas, entre otras cosas. Ante este panorama, es importante preguntar el porcentaje que corresponderá a accidentes por descuido en la protección contra agentes de riesgo higiénicos.

La Higiene Industrial es una rama de la Prevención de Riesgos, fundamental en el cumplimiento de los temas abordados en las normativas vigentes DS 594 y Ley 16.744. Una de las misiones de los prevencionistas es detectar, medir y buscar soluciones para los agentes de riesgos higiénicos existentes y, de esta forma, mantener al trabajador en condiciones saludables, disminuyendo la probabilidad de contraer enfermedades laborales como consecuencia de la exposición a los agentes higiénicos.

Estos agentes se dividen en químicos, físicos, biológicos y podemos incluir los ergonómicos. Todos éstos están presentes en la empresa. Por ejemplo, en la minería subterránea, un trabajador está expuesto a partículas de polvo de mineral (químico), sometido a una temperatura y humedad anormales (físico), y recibiendo vibraciones, ruido e iluminación artificial (físico). Cada uno de estos agentes tiene valores umbrales y tiempos de exposición permitidos ante los que un trabajador, su empleador y/o jefe, deben considerar respetando la normativa vigente.


Reacción oportuna


Como nos indica la experiencia, la mayoría de las personas no toman conciencia del cuidado de su salud hasta que los síntomas propios de estar sometidos de manera repetida y prolongada a un agente se manifiestan.

Por ejemplo, el operario expuesto a ruidos dañinos y que no se protege, acumulará en su organismo el daño recibido, hasta que lenta e irreversiblemente la sordera profesional irá ganando terreno. Asimismo, una temporera que no emplea protección respiratoria y corporal adecuada frente a los agentes químicos de los pesticidas, lamentablemente sufrirá las consecuencias en su próximo embarazo. En el rubro de la construcción, un trabajador que está en contacto permanente con la radiación solar y no se protege, tendrá que resignarse a ver el deterioro que aparecerá en su piel luego de algunos años de trabajo.

El cambio en la conducta de los trabajadores no es inmediato, pues muchas veces los años de trabajo mal cuidados son considerados por ellos mismos como situaciones de rudeza normales. El cambio sólo ocurre cuando se entabla una relación de confianza, cuando se realizan charlas y reuniones, junto con conversaciones de pasillo, transmitiéndole a los trabajadores que el cuidado es primordial. Corresponde dar el ejemplo y realizar una supervisión del uso de los elementos de protección personal, verificando con rigurosidad que estén en buen estado.

En este sentido, es menester que los encargados de una obra tengan conciencia que se requiere un cambio cultural tanto en ellos como en los trabajadores. Además, desde el punto de vista de la empresa, esto siempre será ventajoso. Considere lo siguiente: evaluar regularmente a un trabajador expuesto a ruido con exámenes audiométricos y proporcionarle elementos de protección como orejeras (o “fonos”), será siempre más rentable que el costo de una sordera profesional ya declarada. Incluso, si consideramos aquellas personas que realizan movimientos repetitivos dentro de un proceso productivo, la Pausa Activa será siempre más económica que licencias por lesiones y dolores de músculos o articulaciones.

Es relevante entender que la Higiene Industrial no se limita solamente al cuidado del trabajador. Para un prevencionista académicamente bien formado, lo correcto pasa por respetar un orden. En primer lugar, se debe buscar la atenuación o eliminación del foco causante de la generación, lo que se puede lograr a través de mejoras, mantenciones, modernización y recambio de los procesos. Luego, se debe buscar que el agente no se propague por el recinto, acondicionando el lugar o buscando los elementos necesarios para evitar dicha propagación. Si con lo anterior no se ha logrado reducir el agente, como punto final se provee de cuidado y elementos de protección al trabajador, indicándole el uso correcto junto con las acciones que debe seguir.

En cada una de estas fases, el prevencionista debe recordarle al trabajador en todo momento el respeto por la persona en sí misma. Un cambio cultural es una tarea mancomunada en la empresa. Por esta razón, siempre “prevenir será mejor que lamentar”.

Diciembre 2012
Comenta este artículo
Nombre:
Empresa:
Email:
Comentario:
Ingresa los caracteres de la imagen:
Comentarios acerca de este artículo
No hay comentarios publicados
GRUPO EDITORIAL EMB
Sucre 2235 Ñuñoa
Santiago
Chile
Fono: (56.2) 433 5500
info@emb.cl
www.channelnews.clwww.electroindustria.clwww.gerencia.clwww.ng.clwww.embconstruccion.cl
Resolución mínima: 1024 x 768

© Copyright 201
8 Editora Microbyte Ltda.