Por Rómulo Zúñiga Rojas, Ingeniero Civil Químico, ACHS.
Para evaluar la exposición ocupacional al calor, existen estándares técnicos y legales, cuya aplicación requiere la medición de una serie de parámetros; no obstante, también se puede hacer un diagnóstico a través de observaciones cualitativas, como el método que se presenta a continuación.
Exposición a calor y riesgo para la salud
El cuerpo humano no tolera cambios importantes en su temperatura interna, y cuando es sometido a cargas de calor tiende a mantenerla constante, primero, aumentando el flujo sanguíneo y, luego, eliminando sudor por evaporación. En la mayoría de los trabajos livianos, el organismo puede mantener su equilibrio térmico, sin mayor exigencia de su sistema termorregulador con temperaturas ambientales entre 18 y 26°C, condición en la que la mayoría de los trabajadores encuentra el ambiente confortable.
Por el contrario, si las cargas de calor son tales que la temperatura corporal puede aumentar sobre 38°C, se encuentra en un estado de estrés térmico, cuyas principales consecuencias pueden ser: fatiga con disminución del rendimiento motriz, mental y de atención al trabajo, agotamiento, acompañado de dolor de cabeza, náusea, mareos y vértigo, colapso o desmayo, y golpe de calor, que ocurre cuando falla el sistema termorregulador del organismo, lo que puede producir la muerte.
Caracterización de los factores determinantes de la exposición al calor
La exposición al calor está determinada por factores ambientales, principalmente la temperatura y humedad del aire, radiación sobre el trabajador y condiciones propias del trabajo, como el esfuerzo físico de las tareas realizadas y la ropa de trabajo.
En la Tabla 1, se presentan los factores ambientales junto a una descripción de la percepción que se asocia a distintos niveles de puntaje. Estos se multiplican para calcular el nivel de riesgo del factor ambiental, según la clasificación que se entrega en la Tabla 2. En la Tabla 3 se presentan las condiciones del trabajo con una calificación del riesgo en base a la condición observada. En este caso, no se utiliza un puntaje.
Evaluación o diagnóstico de la exposición
En la Tabla 4, se combinan los niveles de riesgo del factor ambiental y condiciones de trabajo, para entregar un diagnóstico o evaluación del riesgo de exposición al calor y las acciones que es necesario realizar.
Con esta evaluación se obtienen, al menos, dos resultados concluyentes: riesgo alto, es decir, puede existir estrés térmico para el trabajador y se deben tomar medidas de control de inmediato; por el contrario, riesgo bajo, que significa que solo pueden existir molestias para el trabajador. En casos intermedios, será necesario evaluar el riesgo mediante la medición del índice TGBH (Indice de Temperatura Globo Bulbo Termómetro) como establece el Decreto Supremo N° 594/1999.
Si el riesgo es alto, las medidas de control pueden incluir: restringir tiempos de exposición, mejorar ventilación, implementar aislación en las fuentes de calor e instalar salas de operación con aire acondicionado. En caso de que el riesgo sea bajo, se debe tener presente que la única medida efectiva para lograr que la temperatura resulte en el rango de confort es instalar un sistema de enfriamiento del aire.
Medidas como las descritas, además de un plan de salud laboral aplicado a las condiciones propias de los trabajadores y al espacio de trabajo, permitirán mitigar las posibles consecuencias de la exposición al excesivo calor.
Tabla 1. Percepción de los Factores Ambientales.
Tabla 2. Calificación del Factor Ambiental.
Tabla 3. Clasificación del Riesgo de las Condiciones de Trabajo.
Tabla 4. Evaluación del Riesgo y Acciones a Seguir.