Elisabeth Rosales

¿Qué metas tiene el programa de prevención de riesgos que aplica actualmente Fanaloza?
Los planes incorporan metas a corto, mediano y largo plazo, dependiendo de la envergadura del caso. Desde el año 2004 (cuando se creó el actual programa de prevención de riesgos), hemos logrado cumplir con estas metas con la constancia y el compromiso de todos, ya que sin esos ingredientes ningún plan puede ser exitoso. Es un verdadero trabajo en equipo, que parte con el directorio de la empresa, que mensualmente es informado acerca de los índices de accidentabilidad y siniestralidad. Todo este trabajo es apoyado por el área de Prevención de Riesgos, Salud Ocupacional y Medio Ambiente, que está conformada por profesionales calificados y que cuenta con el apoyo de Ingrid Neira Sanhueza, en el cargo de Paramédico.

¿Cuáles son los pilares del programa?
Nuestro programa de prevención de riesgos y salud ocupacional se basa principalmente en la continua identificación de peligros y evaluaciones de riesgos, en conjunto con las jefaturas y personal de cada área que nos permite la elaboración de matrices de riesgo. Del control y seguimiento de estas matrices, van surgiendo las actividades que debe incluir un plan de prevención de riesgos, ya que son capaces de entregar las prioridades en base a una tabla de interpretación de criticidad. Esta identificación de peligros y evaluación de riesgo se realiza a las 14 áreas productivas que conforman nuestra empresa, desde las áreas técnicas (donde se fabrica la pasta y esmalte de nuestros productos) y de Colaje (donde se forma la pieza de loza); hasta las de inspección y esmaltadores; y de control de calidad, entre otras. El programa se apoya, además, en un plan de capacitación, el que trabaja fuertemente para mejorar y entregar competencias a las líneas de supervisión. Con esto se logra un empoderamiento en todos los temas relacionados con la prevención de riesgos, asumiendo que fabricar un producto no es solo cantidad, sino también seguridad y calidad. Este programa se hace con capacitaciones internas y externas; estas últimas con el apoyo de la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS).

¿Qué otras acciones realizan?
Mensualmente se efectúan auditorías a cada área liderada por el Departamento de Prevención de Riesgos en conjunto con los jefes de área, en donde se auditan seis ítems: actividades del jefe de planta; orden y aseo-housekeeping; máquinas y herramientas; elementos de protección personal; extintores y contaminación. Para el caso de las enfermedades profesionales, se está trabajando fuertemente en las evaluaciones cualitativa y cuantitativa de los agentes ruido y polvo sílice, tomando como pilar y referencia para el desarrollo de estos programas el manual sobre normas mínimas para el desarrollo de programas de vigilancia de la silicosis, elaborado por el Minsal, el ISP y el Protocolo sobre Normas Mínimas para el Desarrollo de Programas de Vigilancia de la Pérdida Auditiva por Exposición a Ruido en los Lugares de Trabajo.

Conjuntamente, se desarrolla el plan de gestión de riesgos por exposición a factores de riesgo de trastornos músculoesqueléticos de extremidades superiores asociadas al manejo manual de cargas -que es uno de los principales riesgos, seguido por heridas contusas leves en las manos y cuerpos extraños en los ojos, asociados a la movilización de productos-, el cual toma como referencia la norma técnica de identificación y evaluación de factores de riesgo de trastornos músculo- esqueléticos relacionados al trabajo, del Ministerio de Salud. Este último se encuentra en la etapa de diagnóstico de situación actual.

¿Cuáles han sido las principales dificultades que han enfrentado?
Al comenzar a aplicar esta metodología de trabajo, el principal problema fue cambiar el paradigma de que la prevención de riesgos es una responsabilidad exclusiva del área, y pasar a una cultura en que la prevención es responsabilidad de todos. Para esto, el tema se abordó principalmente creando instancias de conversación y capacitación, en las que primero se les ha concientizado en que, desde el punto de vista productivo, un accidente impacta negativamente en la productividad. En tanto, desde el punto de vista legal se les ha capacitado en las responsabilidades civiles y penales que les afectan.

¿Cómo han evolucionado las tasas de accidentabilidad y siniestralidad?
En un tramo del período 2014-2015, se vio un aumento de la tasa de siniestralidad, lo que sin duda encendió las alarmas para mejorar lo que se había hecho hasta ahora. Esto, junto con la llegada de nuestro nuevo Gerente de Operaciones, nos ha planteado un nuevo desafío para revertir este indicador. Ya se desarrolló una matriz de riesgos de cada una de las áreas y se ha estado trabajando para eliminar los riesgos intolerables. Nuestro objetivo es que, a fin de año, comiencen a bajar los riesgos de “clase dos”, que son los de alto impacto.