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ILUMINACIÓN DE EMERGENCIA
Evacuación segura y eficiente

Estrechamente vinculada a la seguridad de las personas, la iluminación de emergencia es un elemento imprescindible y primordial en oficinas, centros comerciales, edificios y plantas industriales. Aunque la NCh. 4/2003 regula su instalación y uso, aún existen en el país algunos vacíos que deben solucionarse para alcanzar niveles internacionales. En este desayuno de HSEC Magazine, importantes actores de la industria nos comentan las tendencias y desafíos de este mercado.
Joacín Ramírez, ACHS.
Julio Maragaño, KOLFF.
César Jeria, ESEMA.
Samuel Palma, ECO ENERGY PQM.
Nicolás Moreno, Universidad del Pacífico.

En el caso de un evento inesperado, los sistemas de iluminación de emergencia deben permitir la segura y eficiente evacuación de las personas, por lo que su correcto funcionamiento es fundamental. Para ello, es necesaria no solo la instalación de los equipos adecuados a las características y actividades que se desarrollar en el lugar, sino también una mantención constante y, cuando se requiera, su sustitución.


Las falencias del sistema

A pesar de su importancia, aún existen algunos vacíos en la normativa chilena referente a iluminación de emergencia, lo que puede repercutir en la eficiencia del sistema al momento de enfrentar una situación excepcional. Como señala Joacín Ramírez, Ingeniero Experto en Prevención y Protección contra Incendios de la ACHS, “en importantes sectores como el retail, la minería o la industria, donde los requerimientos corporativos son más exigentes, la norma se aplica a cabalidad. Sin embargo, la NCH 4/2003 tiene algunas falencias que, en nuestro caso, hemos suplido adoptando las indicaciones de normas como la NFPA 101 (Código de Seguridad Humana), ya que, por ejemplo, la norma local no exige que las canalizaciones tengan las características de protección contra el fuego”.

Uno de los puntos de inflexión en este mercado fue el terremoto del 2010, donde salieron a la luz los puntos débiles de muchos inmuebles y de estos sistemas de emergencia, siendo uno de ellos la falta de mantención de los equipos. En ese contexto, Julio Maragaño, Jefe Departamento I+d+i de KOLFF, afirma que “ese momento fue el gran examen de la iluminación de emergencia, y pudimos ver la falta de mantenimiento que sufrían muchos equipos. Había luminarias, cuyas baterías deberían haber sido cambiadas cinco o seis años antes, por lo que la autonomía que pudieron entregar en esa situación fue mínima”. En este sentido, el profesional agrega que en nuestro país, la norma no exige la mantención de estos sistemas, a diferencia de la NFPA 101, que establece claramente la obligatoriedad de llevar a cabo inspecciones para determinar su correcto funcionamiento.

Coincidiendo con lo anterior, César Jeria, Gerente Comercial de Esema, acota que “después del 27-F, hay muchos más expertos en prevención de riesgos, e incluso se han creado dentro de las empresas, brigadas capacitadas para reaccionar en casos de emergencia a modo de liderar y evacuar a las personas”.

No obstante, Samuel Palma, Product Manager de EcoEnergy PQM, advierte que “muchas veces los especialistas tienen claro el tema y su importancia, pero no así otras gerencias dentro de sus organizaciones. Por ende, lo importante es entender que los sistemas de iluminación de emergencia no son un costo, sino que una inversión”.


Cambios en la norma

Frente a estas falencias, es natural que se debata sobre los aspectos que debería incluir la legislación, como, por ejemplo, las especificaciones técnicas que deberían cumplir estos equipamientos. En ese sentido, Maragaño afirma que “en el caso de la iluminación de emergencia, no creo que sea necesario, pues ya existe un enfoque claro con la NPFA 101, que considera aspectos de rendimiento, como cantidad de lúmenes a nivel de suelo que deben proveer. Además, se está estudiando la respuesta de diversas tecnologías de iluminación frente a situaciones como incendios, humo o neblina”.

Al respecto, Nicolás Moreno, Director Escuela Ingeniería en Prevención de Riesgos de la Universidad del Pacífico, sostiene que “las especificaciones técnicas deberían ser más una respuesta a las necesidades del cliente o de quien esté desarrollando el proyecto, por lo tanto deben cumplir un rol importante en términos de autonomía y eficiencia, considerando elementos como el tipo de producción que se realiza en un establecimiento específico”.

Por su parte, el ejecutivo de la ACHS comenta que “en inmuebles que reciben sobre mil personas deberían establecerse exigencias particulares, así como también cuando se trata de sectores económicos específicos o edificios en altura donde el punto crítico son los planes de evacuación, en los cuales la iluminación es fundamental. Existen falencias en la norma, como aquellas relacionadas con el diseño e ingeniería de esta clase de proyectos, pero se pueden solucionar empleando normativas internacionalmente reconocidas”.

Según el Gerente de Esema, “la iluminación de emergencia debe estar involucrada desde la raíz de los proyectos, a los planes de evacuación que se establecen, porque los proyectos pueden evolucionar en el tiempo y los planes deben modificarse de acuerdo a los cambios que se hayan hecho”.

Actualmente, la NCH 4/2003 está en pleno proceso de revisión y, a juicio de nuestros entrevistados, algunos temas que deberían ser incluidos en ella son la mantención y fiscalización de los equipos. Para el ejecutivo de KOLFF, “uno de los aspectos más significativos es la mantención preventiva de los equipos, la que se debería realizar al menos una vez al año, teniendo en mente que hay alrededor de un corte de luz al año y las baterías pueden durar de 3 a 5 años”.

En tanto, Ramírez indica que “hemos percibido que no están incluidos temas que también son relevantes, como las canalizaciones de la red de suministro eléctrico de emergencia (que conecta las luminarias a un grupo generador) o los tableros de distribución (que pueden verse afectados por inundación). Creo que es importante aprovechar normas como las NPFA para llenar algunos vacíos, generando un documento que sea aplicable a nuestra realidad”.

En ese aspecto, Jeria agrega que “el problema es que la normativa sugiere mucho dejando espacios abiertos a la interpretación; es necesario que sea clara y precisa”.


Mantención preventiva

Según el ejecutivo de la ACHS, “el tema de la mantención es un punto fundamental, ya que cuando se encomienda un trabajo de iluminación de emergencia, muchas instalaciones quedan prácticamente abandonadas después de las pruebas iniciales”. “No hay una conciencia relacionada con las emergencias, que es un tema que debe ser visto de forma integral. En muchas ocasiones, los planes de emergencia no son conocidos por los trabajadores o se concentran solo en la evacuación sin contemplar elementos como la iluminación y la mantención de los equipos. Es necesario que quienes participan de este mercado eduquen a los clientes en modo de crear una cultura adecuada”, comenta Moreno.

En opinión del ejecutivo de Esema, “una de nuestras misiones es establecer una estrecha relación con nuestros clientes para instaurar en su accionar la mantención preventiva de los equipos. En ese sentido, tratamos de entregar las herramientas necesarias para conseguirlo. Por ejemplo, cuando vendemos un producto, realizamos un plan de mantención, buscando instalar esa necesidad en el cliente”.


Nuevas tendencias en iluminación de emergencia

Como en otros sectores, las nuevas tendencias en iluminación de emergencia, buscan sobre todo aumentar la eficiencia y durabilidad de los productos. Para el ejecutivo de KOLFF, “la tecnología está cambiando, dirigiéndose especialmente hacia el LED, que es cada vez más eficiente, con un menor consumo de energía”. Sin embargo, como aprecia Ramírez, “en general, muchas empresas solo quieren cumplir con las exigencias que les imponen y, en este mercado, la variedad de equipos es enorme, por lo que en ocasiones adquieren soluciones que no son las adecuadas a sus necesidades”.

Sin duda, la iluminación de emergencia es un elemento fundamental dentro de cualquier sistema de seguridad y de prevención de riesgos, y su implementación representa tan solo un paso en la dirección apropiada, pues, como hemos visto, el mantenimiento es fundamental para permitirles llevar a cabo su función cuando surja el requerimiento.

Actualización de la normativa

De acuerdo a información de la SEC, los principales cambios sobre la iluminación de emergencia que se evalúan en la actualización reglamentaria, son la incorporación de nuevos tipos de instalaciones que deben contar con estos sistemas. También se definirán, claramente, los lugares en donde deben instalarse los sistemas de iluminación y los requisitos que estos deben cumplir, tanto en el nivel de iluminación, como en los tiempos de operación y respaldo Los cambios principales están orientados a establecer exigencias tanto a la instalación como el equipamiento de iluminación de emergencia. Para ello, se han analizado distintos estándares internacionales, tales como las Normas IEC y NEC. El foco de esta actualización sería ver a la iluminación de emergencia como un sistema y no como un equipo particular, por ende, debe tener especificaciones y requerimientos tanto en su instalación, equipamiento y el mantenimiento del sistema.
Septiembre 2014
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