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INDUSTRIA Y COMUNIDAD:
Buscando el equilibrio entre desarrollo, sustentabilidad
y medioambiente

Las empresas se levantan sobre un suelo distinto hoy. Saben que deben responder a expectativas altas, porque el mercado, los vecinos y las autoridades las evalúan no sólo por cuánto venden, sino también por cómo retribuyen a su entorno los beneficios que obtienen en él. De no hacerlo, podrían ver remecidos sus cimientos.

En el Gran Santiago, existen sectores que por su cercanía a importantes nudos viales y su extensa superficie disponible, se han transformado en polos industriales. Las comunas que los albergan -Quilicura, Cerrillos y Pudahuel- buscan permanentemente el equilibrio entre darles la bienvenida para mejorar sus índices de progreso y fiscalizar atentamente su operación.

Cerrillos es, desde hace décadas, una comuna con un fuerte acento industrial. Mataderos, industrias químicas, metalmecánicas y manufactureras son sólo algunos de los rubros a los que pertenecen las empresas que operan en este sector.

Asimismo, el Aeropuerto de Santiago y parques como Puerto Santiago y Lo Boza, son polos industriales importantes dentro de la comuna de Pudahuel, pero sin duda el más relevante es el Parque Industrial ENEA, que como señala Robinson Vega, Geólogo del Departamento del Medio Ambiente de la Municipalidad de Pudahuel, cobija industrias petroquímicas, manufactureras, de comercio, metalúrgicas y de logística y almacenamiento.

Con cerca de 3 mil empresas instaladas, Quilicura emerge como uno de las áreas industriales más grandes del país, cuyos sectores más característicos son Cordillera, Lo Echevers y, sin duda, San Ignacio. “En ellos es posible encontrar empresas de todos los sectores productivos: manufactura, comercio, alimentos, construcción, bodegaje e insumos para la minería, entre muchos otros”, sostiene Rodrigo García, Encargado de Medio Ambiente de dicha municipalidad.


Normas que cumplir


La primera prueba que deben pasar las empresas cuando comienzan a operar es someterse al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA) -vigente desde 1997- si el rubro al que pertenece lo amerita. De no ser así, la ventanilla siguiente es cumplir con el procedimiento habitual de obtención de permisos y patentes.

Uno de los primeros requisitos con que deben cumplir es el de zonificación, fiscalizado por el Departamento de Obras Municipales de la comuna. Este exige que el emplazamiento propuesto esté de acuerdo con los usos del suelo establecidos en el Plan Regulador Intercomunal y el Plan Regulador Comunal.

En cuanto a la infraestructura, deben acatar la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones, y contar con la aprobación de la Superintendencia de Servicios Sanitarios respecto a su plan de manejo de residuos industriales líquidos -cuando correspondan al rubro industrial- que define la norma NCh 2.280/96.

Otro aspecto importante es la calificación técnica de la actividad, emitida por el Servicio de Salud, encargado de determinar si las actividades de una empresa son peligrosas, insalubres o contaminantes, molestas e inofensivas.

Una vez en funcionamiento, las industrias deben cumplir con el mantenimiento de sistemas de saneamiento básico, seguridad e higiene industrial, control del ruido, vibraciones y emisiones atmosféricas de acuerdo a los niveles establecidos por ley. También deben contar con métodos eficientes de tratamiento para sus residuos industriales.


Con permiso


Para su adecuado funcionamiento dentro de comunas urbanas, las industrias también deben ajustarse a la normativa definida en las ordenanzas municipales, que pueden ser distintas en cada municipalidad.

En el caso de Cerrillos, Jaime Quezada, Director de Gestión Ambiental de la comuna, indica que éstas deben respetar la “Ordenanza sobre la actividad comercial, industrial y de servicios”, que rige aspectos como manejo de residuos, disposición de áreas verdes y uso y aseo de frontis de las empresas, entre otros. “Todas las condiciones son impuestas a fin de lograr un ordenamiento territorial armónico entre las distintas actividades de una ciudad y las características propias de los territorios comunales”, explica el profesional.

En Quilicura, el énfasis del trabajo de la municipalidad está en hacer fiscalizaciones exigentes al cumplimiento de las leyes requeridas para obtener las patentes y en el cumplimiento de su “Ordenanza Municipal de Medio Ambiente y de Higiene Ambiental”. En ella, como señala García, se hace hincapié en el control de emisiones contaminantes, ruidos molestos y la responsabilidad sobre las áreas verdes de las empresas y la limpieza de su frontis y perímetro.

En el caso de las industrias que emiten CO2 a la atmósfera, el Ministerio del Medio Ambiente está facultado para exigir la realización de obras de mitigación que compensen el daño causado, aunque no necesariamente debe ser en la misma comuna en la que operan. “En Quilicura, por ejemplo, algunas empresas realizan sus proyectos de mitigación en otros sectores de la Región Metropolitana, pero igualmente hacen una contribución directa a la comuna. Eso es muy bien evaluado por la gente, que reconoce en la empresa una muestra de agradecimiento y preocupación por la comunidad en la que está inserta”, señala el Encargado de Medio Ambiente de la Municipalidad de Quilicura.

En Pudahuel, están en camino a operar de igual manera. Antonio Abarca, Jefe del Departamento del Medio Ambiente de la Municipalidad de Pudahuel, ha trabajado intensamente junto a la Secretaría de Planificación de la comuna en la elaboración de la Ordenanza Local de Medioambiente, que está ad-portas de ser aprobada por el Consejo Comunal. En tanto, el funcionamiento de las empresas comerciales e industriales se rige por el Plan Regulador Metropolitano de Santiago.

La nueva ordenanza con la que operará la Municipalidad de Pudahuel, según sostiene Robinson Vega, apunta a mejorar la regulación de servicios de higiene, salud y medioambiente. La normativa permitirá, como señala el profesional, dar respuesta a las inquietudes y al malestar de la comunidad en torno a ruidos molestos y al manejo de residuos industriales y comerciales.


Impacto y progreso: las dos caras de la moneda


La actividad industrial es definitivamente una moneda de dos caras bien definidas. Por una parte -señala Jaime Quezada- representan progreso económico, empleo y desarrollo, mientras que por otra puede ser focos de contaminación y daño al medioambiente, con el perjuicio que eso implica para el entorno en que operan.

Sin embargo, la tendencia que observan en la Municipalidad de Quilicura es que el número de empresas comprometidas con el desarrollo de la comuna en la que están insertas está creciendo. “Mitigan y compensan el impacto que producen. Lo hacen a través de áreas verdes, pavimentación de calles, construcción parques y entrega de contenedores de reciclaje en los colegios. En general la población está notando eso, por lo tanto, su percepción respecto a las empresas está mejorando”, comenta Rodrigo García.

El compromiso de las empresas en Pudahuel, también queda de manifiesto. Por ejemplo, ENEA contribuyó al mejoramiento del entorno urbano a través de equipamiento e infraestructura, y mediante la construcción de un parque inundable, calificado como un bien nacional de uso público.

Pudahuel, Cerrillos y Quilicura son un buen ejemplo del acuerdo implícito que existe entre las empresas industriales y las comunas que las albergan, donde está claro que además de cumplir con las leyes generales y ordenanzas específicas, es necesario dar más para proyectar un desarrollo sustentable en el largo plazo.

Noviembre 2012
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