La silicosis, enfermedad profesional que afecta a un número importante de trabajadores en todo el mundo, se genera por inhalación de polvo con contenido de sílice libre cristalizada en la fracción respirable. Esta enfermedad es inhabilitante, progresiva e irreversible, pudiendo causar invalidez física y la muerte. Para enfrentar esta situación, se debe hacer un gran esfuerzo en la identificación, evaluación y control de la exposición a este agente químico, en todos los rubros en los cuales esté presente. Uno de los ámbitos que requiere un importante desarrollo es la evaluación, ya que de ella se derivan controles ingenieriles, administrativos y de protección eficientes y seguros. Considerando que los Ministerios de Salud y del Trabajo y Previsión Social, suscribieron una declaración conjunta el año 2007, en la cual se comprometían a desarrollar e implementar un Plan Intersectorial Tripartito para erradicar la silicosis en Chile al año 2030, en el marco del Programa Global OMS/OIT de 1995, resultaba necesario contar con una metodología sencilla y accesible para evaluar cualitativamente la exposición de los trabajadores a la sílice libre cristalizada.

En el año 2007, y con el fin de evitar esta enfermedad, el Instituto de Salud Pública de Chile (ISP), a través de su Departamento de Salud Ocupacional, creó un innovador sistema que entrega medidas simples de control. Se desarrolló una metodología cualitativa para evaluar la exposición a sílice, que facilita esta actividad, y que puede ser utilizada por todos los sectores involucrados en la erradicación de la silicosis. Con la denominación de ECRES (Evaluación Cualitativa del Riesgo de Exposición a Sílice), este método es una herramienta que facilita la evaluación de la exposición a sílice cristalina y que puede complementarse con la evaluación cuantitativa. Permite atacar la raíz del problema por parte de las empresas y, a través de una autoevaluación, detectar los puntos más conflictivos dentro de sus procesos, así como entregar métodos de control por cada etapa. De acuerdo a esto, las empresas obtienen un puntaje. A medida que van mejorando, suben de nivel y escalan en el ranking, lo que sin duda tiene un carácter motivacional. Además, contempla el concepto de mejora continua y puede ser utilizado en todo tipo de empresas, incluso en grandes compañías, las que pueden incorporar solamente una parte de todo el proceso.

de todo el proceso. En este sentido, la metodología ECRES considera los mismos objetivos de la higiene industrial, que son: identificar, evaluar y controlar la exposición a sílice de las personas en los lugares de trabajo, que corresponde a la estrategia más relevante para prevenir la silicosis.

Aunque la evaluación cuantitativa es lo ideal, al requerir conocimientos técnicos, tiempo, especialización de quienes la llevan a cabo y sumas de dinero elevadas asociadas a su correcta implementación, se hace difícil que las empresas puedan aplicarla. De esta forma, a través de una autoevaluación, las empresas pueden detectar los puntos más conflictivos dentro de sus procesos y, al mismo tiempo, contar con métodos de control por cada etapa.

Actualmente, está disponible para cuatro industrias (fábrica de baldosas, fábrica de cerámicas, laboratorios dentales y plantas de áridos y estabilizados), y se espera que durante el presente año esté disponible la aplicable a Trabajo en Piedra.

Por lo general, el Método ECRES se aplica a través de una ficha específica para los rubros económicos antes comentados. Esta ficha mide 11 áreas: aspectos legales, aspectos que contribuyen a una mejor gestión, proceso de excavación o retiro de material, transporte, chancado primario, harnero, chancado secundario, transferencia, apilado del material, mantención, orden y limpieza y misceláneos, que incluye temas como caseta de control de la planta, uso de elementos de protección respiratoria, procedimientos de trabajo, entre otros.

Al evaluar cada una de estas temáticas y sus respectivas subdivisiones, se debe otorgar puntajes que determinarán el nivel de riesgo que existe en el lugar y, con ello, las acciones a realizar, que pueden ir desde correcciones menores a acciones inmediatas.

Esta metodología se ha difundido también a través de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en algunos países de Latinoamérica y Sudamérica, como Perú, donde ya se ha utilizado en algunos estudios y por profesionales de la Sociedad Peruana de Salud Ocupacional (SOPESO).