Previamente al análisis que podamos realizar frente al impacto que generan las horas extraordinarias en la salud y vida de los trabajadores, debemos tener claridad respecto a la disposición e interpretación legal que actualmente rige en el país. Se entiende por jornada laboral, al número de horas que el trabajador se encuentra a disposición del empleador, desempeñando una cantidad determinada de tareas encomendadas. Dicho concepto no debe ser confundido con la jornada ordinaria de trabajo o la jornada extraordinaria de trabajo, las cuales se encuentran claramente definidas en los estamentos legales vigentes (artículo N° 22 y 30 Código del Trabajo respectivamente).

La jornada extraordinaria de trabajo, es aquel tiempo que excede de la jornada ordinaria máxima pactada entre un trabajador y un empleador, cuyo límite máximo semanal corresponde a 45 horas semanales distribuidas en cinco o seis días a la semana. Para los efectos de jornada extraordinaria, se han establecido las siguientes condiciones que permiten la realización de horas extraordinarias en los lugares de trabajo:

1) Solo en las faenas que por su naturaleza no perjudiquen la salud del trabajador podrán pactarse horas extraordinarias hasta una máximo de dos por día.

2) Solo se pueden realizar para atender necesidades o situaciones temporales de la empresa, debiendo existir un pacto por escrito entre el trabajador y el empleador.

3) Las horas extraordinarias se pagarán con un recargo mínimo del 50% sobre el sueldo convenido para la jornada ordinaria.

En materia de Seguridad y Salud en el Trabajo, definimos como riesgo ocupacional a la “combinación de la probabilidad de que ocurra un suceso o exposición peligrosa y la severidad del daño o deterioro de la salud que puede causar el suceso o exposición”, según los estándares internacionales de Seguridad y Salud en el Trabajo, definidos por la Norma OHSAS 18001 Occupational Health and Safety Assessment Series.

Cuando nos referimos a la probabilidad, hacemos referencia a la utilización de un determinado modelo probabilístico, en el que la variable tiempo adquiere una relevancia significativa. Entenderemos por tiempo de exposición, al tiempo total en que un individuo permanece expuesto a un determinado peligro, ya sea físico, químico, biológico y/o psicosocial. En conclusión, el tiempo de exposición es considerado como una de las variables transversales más relevantes, que incide en la evaluación de los distintos factores de riesgos ocupacionales, tales como:

• Factores Físicos (radiación, vibración, iluminación, ruido, estrés térmico, presiones).

• Factores Químicos (gases, polvos, humos y vapores).

• Factores Biológicos (virus, hongos, bacterias, etc.).

• Factores Biomecánicos (fuerza, repetición, posturas, movimientos, demanda calórica).

• Factores Productivos (carga de trabajo, incentivos, etc.).

• Factores Psicosociales (condiciones laborales, inestabilidad, violencia, acoso, etc.).

Hoy en día, no existen datos duros respecto al número de accidentes laborales que se hayan generado a causa del exceso de jornada ordinaria de trabajo. A diferencia de las enfermedades profesionales, sin embargo, está científicamente comprobado que a mayor tiempo de exposición, mayor es el riesgo de contraer una patología de origen laboral.

Se presume que el aumento permanente sobre las jornadas ordinarias de trabajo, influyen directamente en el comportamiento de las personas, lo que a su vez repercute en el logro de los objetivos organizacionales. A nivel individual, existe una alteración significativa en las variables dependientes como la motivación, actitud y personalidad, resultando un impacto negativo en las variables independientes definidas como la moral, productividad, calidad, ausentismo, rotación y estrés laboral.