Fernando Bellver, Vicepresidente de la Unión Europea de Empleo con Apoyo "Las oportunidades laborales para discapacitados sí existen"

La inclusión de personas con discapacidad en el mundo laboral ha sido un tema que diversas organizaciones han logrado trabajar con exitosos resultados en diferentes países. Para conocer las características y beneficios de este sistema, conocido bajo el nombre de “Empleo con Apoyo”, conversamos con Fernando Bellver Silván, Presidente honorario de la Asociación Española de Empleo con Apoyo (AESE) y Vicepresidente de la Unión Europea de Empleo con Apoyo.

Al entrar al mundo laboral, ¿qué dificultades deben enfrentar las personas con discapacidad? Existen algunas dificultades, pero contrario a lo que se pueda pensar, la dificultad mayor no está en el empresariado. Las dificultades radican en vencer los miedos, aquellos sentimientos que puedan tener los padres por temor a la adaptación de sus hijos discapacitados en el mundo real. Entonces, ¿las oportunidades existen? Las oportunidades de trabajo para discapacitados sí existen. En España, hace más de 20 años que venimos desarrollando el sistema de “empleo con apoyo” y hemos obtenido buenos resultados, generando trabajos en diversos sectores económicos. Al principio, preguntábamos a los empresarios con los que trabajamos el porqué no habían contratado antes una persona con discapacidad, y nos respondían que se debía a que nadie se lo había pedido. Esto refleja que es necesario demostrar a los empresarios que es posible generar alianzas, abrirnos a las oportunidades y estar atento a las necesidades del mercado. Por ejemplo, aquí en Chile, falta mano de obra en la construcción, el comercio, la agricultura… todos sectores donde se pueden generar interesantes oportunidades para personas con discapacidad. ¿Son las mismas oportunidades para aquellos con discapacidad física y mental? El “empleo con apoyo” parte del principio de que cada ser humano es capaz de contribuir a la sociedad, y hay que apoyarlo en las tareas que sus habilidades le permitan realizar. Ahora bien, no todos pueden contribuir en la misma medida, pero siempre pueden hacerlo de alguna forma. Un ejemplo de esto son los casos de personas con autismo o enfermedad mental. Para ellas, se puede buscar una jornada de dos horas diarias en un trabajo muy específico que se ajuste a sus habilidades. En este sentido, tenemos que hacer real el principio de contribución parcial, que cada uno entregue lo que pueda entregar. ¿Cómo ha sido la respuesta de las empresas? Los empresarios responden muy bien siempre que el sistema les genere una seguridad. En este sentido, como organismo promovedor del empleo con apoyo, debemos generar confianza de que abordaremos de buena manera la formación y capacitación de los trabajadores, y que entregaremos asesoramiento también a los compañeros de trabajo de las personas con discapacidad respecto a cómo relacionarse con éstos. Existen incluso empresas que han incluido el empleo con apoyo en su plan de Responsabilidad Social Empresarial. Cuando encontramos una compañía así, nos podemos dar cuenta que se considera a la diversidad como un elemento innovador y que lo promueve como una consigna. ¿De dónde deben provenir las acciones que potencien estos programas? La Convención de las Naciones Unidas sobre los derechos de las personas con discapacidad, en su artículo 27, expresa que los estados deben establecer medidas destinadas a que las personas con discapacidad puedan ser incluidos en el mercado abierto y que sea accesible para todos sin discriminación, lo que los obliga a establecer acciones que resguarden el principio. Es así como el empleo con apoyo entrega una solución a los estados, donde lo único que queda por hacer es definir un marco legislativo que ampare esta práctica y que facilite la defensa del derecho de las personas para estar en igualdad de condiciones en el mercado ordinario. Para los estados que han ratificado esta convención es una obligación, como es el caso de España y Chile. ¿Cómo visualiza a Chile referente al empleo con apoyo? Chile es pionero en Latinoamérica al generar programas de inserción laboral para discapacitados, los que han conseguido muy buenos resultados, tal como lo logrado por la fundación Arando Esperanza y otras entidades. Considerando el desarrollo que han alcanzado, es muy probable que en poco tiempo se pueda crear una asociación chilena de empleo con apoyo, lo que sería muy fructífero, al ser un primer paso para generar una red internacional de apoyo mutuo, donde se podrían compartir experiencias e iniciativas exitosas y, de a poco, ir avanzando entre todos. La realidad de Chile Según un estudio encargado por el Senadi (Servicio Nacional de Discapacidad) a la Organización Internacional del Trabajo (OIT), publicado en mayo pasado, un 24,1% de un total de 1.179.000 personas con discapacidad, en edad de trabajar, se encuentra ocupado en Chile y sólo un 10,7% de la población inactiva con discapacidad aceptaría una oferta de trabajo remunerada. Para Oscar Mellado, Director del Senadis, la poca inserción de personas con discapacidad al mercado laboral se debe, entre otros factores, a la ausencia de mejores puestos de trabajo, en comparación a las capacidades de estas personas, “ya que sólo pueden optar a puestos como repartidores, aseo, recepcionistas, entre otros”. En este sentido, el ejecutivo puntualiza la necesidad de adaptar las condiciones laborales, para evidenciar de manera concreta mejoras y sinergias positivas, y hablar de buenas experiencias que pueden motivar también a estos trabajadores y su entorno laboral.