Existe un desconocimiento por parte de los empresarios sobre los beneficios económicos que genera invertir en ergonomía, mediante el logro de objetivos centrados tanto en la empresa como en las personas. Resulta fácil asimilar cuáles serían los beneficios de una intervención ergonómica al aumentar las ventas, disminuir costos de mantenimiento y optimizar los ciclos de vida de máquinas y herramientas. No obstante, no es tan simple comprender la ventaja económica de centrarse en las personas.
Un grupo de investigadores del Institute of Work & Health, de Toronto (Canadá) publicó el año 2011 los resultados de una revisión sistemática en la que se fundamenta con evidencia científica la idea de la rentabilidad empresarial de la inversión en ergonomía, a partir de 35 artículos seleccionados, presentando los mejores estándares de calidad correspondientes a sectores de Administración, Sanidad, Información-Cultura, Manufactura-Almacenamiento, Comercio y Transporte.
El incremento de la producción es el objetivo clásico de las empresas, pero conseguirlo sin afectar la salud del trabajador sólo es posible mediante intervenciones ergonómicas, realizando mejoras tanto a nivel de puesto como a nivel de sistema y organización del trabajo. Los resultados de estas intervenciones son un aumento en el rendimiento y una disminución en el número de errores. En otras palabras, las personas trabajan más y se equivocan menos.
De la mano de la reducción en el número de errores va la disminución en la tasa de incidentes y accidentes generados en la empresa, siendo uno de los principales logros de la ergonomía la disminución de accidentes y enfermedades laborales.
En este sentido, es bastante conocido el costo económico a nivel país que generan las patologías musculo-esqueléticas, lo que también repercute a nivel empresa, al generar tiempos perdidos, ausentismo y rotación de personal, así como también un aumento en los pagos a las mutualidades.
Según la ENETS (Encuesta Nacional sobre Empleo, Salud y Calidad de Vida de los Trabajadores y Trabajadoras de Chile 2009-2010), el 95% de los trabajadores chilenos, tanto hombres como mujeres, están expuestos a riesgos ergonómicos. Al tener carácter preventivo, la ergonomía aporta mediante un enfoque directo en la disminución de los factores de riesgo de patologías musculo-esqueléticas y mentales asociadas al ambiente laboral, consiguiendo disminuir ya sea la fuente generadora de esos factores de riesgo o el tiempo de exposición de los trabajadores a ellos.
La disminución del tiempo perdido debido a ausentismo por causas distintas a accidentes o enfermedades profesionales, también es un beneficio conocido de la ergonomía, probablemente asociado al mejoramiento de la calidad de vida laboral que se logra con las intervenciones efectivas.
Además, es importante tener en consideración que cuanto más temprana sea la intervención en ergonomía, menores serán los costos y mayores los beneficios. Las labores correctivas generalmente son de alto costo y no permiten soluciones completamente satisfactorias.
Actualmente, gracias a los avances tecnológicos y a la masificación gradual de la ergonomía, debemos ser capaces de diseñar puestos y sistemas de trabajo seguros y sanos que permitan un máximo rendimiento con un mínimo esfuerzo. Podemos lograr de esta manera que el trabajo sea interesante, agradable y confortable, permitiendo al individuo desarrollar sus capacidades, a la vez que conseguimos una ventaja económica competitiva en la empresa, lo que se ha denominado rendimiento humanamente sustentable.