El trabajo con radiación ionizante

Las fuentes de radiación ionizante representan un riesgo para los operadores de los equipamientos que las incorporan. En este artículo, revisamos algunos consejos y pautas para desarrollar seguramente esta actividad.

Desde el descubrimiento de los rayos X por Roentgen, en 1895, y de la radiactividad por Becquerel, en 1896, los conocimientos sobre los efectos de las radiaciones han ido avanzando a la par con los estudios sobre ellas y sobre la esencia de la materia. En este sentido, sabemos que, por su propia naturaleza, las radiaciones ionizantes producen daños en los seres vivos, pero son muy utilizadas en diversas industrias y sectores. Por ejemplo, en la minería se emplean equipamientos que contienen fuentes permanentes de radiación, siendo algunas de las más utilizadas Cesio 137 y Americio 241. Por su parte, en el área de la Salud, la mayoría de las fuentes de radiación corresponde a tubos de rayos X y fluoroscopía, empleados en la investigación médica, en los procedimientos de imagenología y en el tratamiento del cáncer, entre otras aplicaciones. En la actualidad, existen en Chile más de 3.278 equipos generadores de rayos X en el área de Salud (catastro MINSAL-SEREMI), y las aplicaciones en Medicina comprenden exposiciones directas con disparos de radiación controlada, en donde el individuo recibe una cantidad de dosis determinada de radiación de, por lo general, 1 segundo en promedio en equipos osteopulmonares, y por períodos más extensos en el caso de scanners médicos o similares. Reglas para su uso Para la utilización de fuentes de radiación, la aplicación de las normas de seguridad y protección radiológica nacionales e internacionales constituyen un requisito ineludible. Las autoridades reguladoras competentes (ISP, CCHEN y Seremis) establecen las reglas y protocolos necesarios aplicables a las prácticas, instalaciones, fuentes y equipos generadores de radiación ionizante, siguiendo las recomendaciones del Organismo Internacional de Energía Atómica (IAEA) y el Comité Internacional de Protección Radiológica (ICRP). En este sentido, se recomienda que toda utilización de estas fuentes de radiación (y de equipos que las empleen) debe ser llevada a cabo obligatoriamente por personal idóneo, y buscará restringir la magnitud y la probabilidad de la exposición de los trabajadores y del público a los niveles más bajos que puedan razonablemente alcanzarse. En el área de la Salud, el operador de radiodiagnóstico (quien cuenta con competencias de Imagen y Radioprotección) es el encargado de obtener los resultados imagenológicos correspondientes. El uso obligatorio del dosímetro y sus permisos correspondientes son de carácter obligatorio. Si consideramos irradiación a cuerpo entero y gónadas, el límite de dosis equivalente para personas ocupacionalmente expuestas a radiaciones ionizantes corresponde a 5 Rem/año (50 mSv/año). Para el caso de las personas no ocupacionalmente expuestas (público en general), no existe límite establecido en nuestra legislación, pero se adoptará el criterio recomendado por la International Commission on Radiological Protection (ICRP) de considerar un 10% del límite establecido para el personal ocupacionalmente expuesto. Otro criterio importante a tomar en cuenta, es el que establece normalmente la Autoridad Regulatoria (Seremi de Salud), para licenciar las instalaciones de segunda categoría, consistente en lo siguiente: el límite de dosis equivalente para personas ocupacionalmente expuestas a radiaciones ionizantes corresponde a 5 Rem/año (50 mSv); considerando 2.000 horas de trabajo al año, se obtiene una tasa de dosis de 2,5 mRem/hr como límite establecido para evaluar puestos de trabajo, donde se desempeñen personas ocupacionalmente expuestas a radiaciones. También se adopta como criterio de uso frecuente la relación Rem/Roentgen = 1. Por lo tanto, en términos de tasa de exposición, el límite será de 2,5 mR/h, lo que equivaldría a 2,5 mRem/h (límite de dosis equivalente). Para el público, el límite corrientemente adoptado es la décima parte, es decir, un 0,25 mR/h. Para analizar adecuadamente el grado de exposición, no solo se debe tener en cuenta la Tasa de Dosis Horaria o Instantánea (mili Sievert/h), sino que además la dosis integrada en la semana, la que se determina en función del número de radiografías o disparos efectuados en ese período. Esto nos da el tiempo efectivo de emisión del equipo de rayos X en la semana, el que debe compararse con el Límite de Dosis Derivado semanal de 1,0 mili Sievert para trabajadores ocupacionalmente expuestos (y de 0,1 mili Sievert, para público en general). Es importante tener en cuenta que, en algunos casos, se puede superar el Límite de Dosis Instantáneo Medido (mili Sievert/hora), pero no el Límite Derivado Semanal, por lo que, desde esa perspectiva, el riesgo estaría controlado. Es de gran importancia que, frente a una duda de exposición, busque personal idóneo que pueda detectar el tipo de unidad, medirla con los instrumentos necesarios y realizar un estudio acabado de dosis, a las que probabilísticamente podría estar expuesto algún trabajador o individuo. Medidas de control Dentro de las medidas de control más conocidas, podemos mencionar: • Mantener tiempo determinado de permanencia, distancia prudente y un blindaje apropiado. • Contar con elementos de protección radiológica, como delantales plomados, guantes, protectores tiroideos, entre otros. • Conocer el equipo o fuente a intervenir y el tipo de radiación emitida. • Contar en todo momento con dosímetro fílmico o equivalente que permita un control trimestral, como es estipulado. • Establezca un Procedimiento de Trabajo Seguro en conjunto con Prevención de Riesgos. • Realice el curso de protección radiológica y obtenga su licencia de operación ante la Seremi correspondiente. Articulo gentileza de Mauricio Jiménez Latorre, Ingeniero Experto en Protección Radiológica Photomat Chile.