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La importancia de la comunicación
en un Supervisor de Prevención de Riesgos
Por Ricardo Vásquez, Director de Carreras de Prevención de Riesgos Duoc UC sede Puente Alto.

Cuando se trata de transmitir información referente a la prevención en el entorno laboral, no hay que dejar espacio para las dudas o la interpretación, por lo que la efectividad al momento de comunicar cobra especial relevancia.

En empresas públicas y privadas el supervisor de Seguridad debe ser capaz de visualizar el trabajo o parte de un proceso productivo desde un punto de vista objetivo, orientando los recursos de la institución hacia el logro de las metas que esta se ha propuesto. Su responsabilidad es ayudar a los integrantes del equipo a desarrollar un trabajo que agregue valor al proceso productivo. Por lo tanto, tiene múltiples roles:

Asesor: debe apoyar, enseñar y dirigir las acciones de los equipos.

Proveedor: debe proporcionar información y recursos a los miembros del equipo.

Solucionador: debe estar presto y preparado para solucionar problemas.

Evasor: debe establecer procedimientos para minimizar, e incluso prevenir problemas.

Líder: debe influir en otros para que aporten su mejor esfuerzo.

Empático: debe lograr una identificación mental y afectiva con otro sujeto.

Y aunque cada supervisor es distinto de acuerdo a su personalidad, criterios y percepción, todos deben cultivar ciertas habilidades como la comprensión; saber escuchar y comunicar; inspirar autoconfianza y motivar a los demás; ser justo y leal, tanto con compañeros de trabajo de igual posición, como con empleados de nivel inferior; mostrar una buena disposición y optimismo.

Los supervisores deben conocer los equipos, sus operaciones, al igual que los asuntos y medidas de seguridad para garantizar la protección de las personas que trabajan con ellos. Cotidianamente, su rol es transmitir a los trabajadores los conocimientos básicos de la prevención de riesgos en el mundo laboral. Bajo este marco, debe ser capaz de comunicarse con todas las personas que interactúan con él, haciéndose entender en el día a día.


Habilidades de comunicación en la prevención de accidentes

La comunicación es el acto por el cual un individuo establece con otro un contacto que le permite transmitir una información. En la comunicación intervienen diversos elementos que pueden facilitar o dificultar el proceso. Este proceso en la industria, y para los que trabajamos en el área de la seguridad industrial, puede ser determinante en que un trabajador sufra un accidente laboral o que, en cambio, llegue a su hogar sin ningún tipo de lesión.

En consecuencia, el supervisor debe identificar de manera clara los factores que afectan la comunicación efectiva, principalmente en los siguientes niveles:

Supervisor = Emisor: La persona que emite un mensaje.

Personal a cargo = Receptor: La persona que recibe el mensaje.

Mensaje: Contenido de la información que se envía.

Cabe mencionar que el mensaje es muy importante en la comunicación, por lo que el supervisor debe contextualizar la información que desea transmitir. En el caso de la información referente a la prevención de riesgos al interior de la industria, no hay que dejar espacio para las dudas o la interpretación; cuando el mensaje o instrucción permite la interpretación, se generan situaciones de riesgo para la integridad de los trabajadores.

Para tener una buena recepción del mensaje, el supervisor debe considerar lo siguiente al comunicarse con el personal a cargo:

Al criticar a un trabajador, hablar de lo que este hizo, no de lo que es como persona. Las etiquetas no ayudan a que cambiemos comportamientos, sino que refuerzan nuestras defensas.

Evitar las generalizaciones. Los términos “siempre” y “nunca” rara vez son ciertos y tienden a formar etiquetas.

Discutir los temas de uno en uno, no en público.

No ir acumulando emociones negativas sin comunicarlas, ya que producirían un estallido que conduciría a una hostilidad destructiva.

No hablar del pasado. Rememorar antiguas ventajas o sacar a relucir los “trapos sucios”, no aporta nada provechoso, sino que despierta malos sentimientos. El pasado solo debe sacarse a colación constructivamente.

Ser específico, concreto y preciso, es una de las normas principales de la comunicación. Tras una comunicación específica, hay cambios, es una forma concreta de avanzar. Cuando somos inespecíficos, rara vez se moviliza algo.

Ser breve. Repetir varias veces lo mismo con distintas palabras, o alargar el planteamiento, no es agradable para quien escucha.

Además, se debe cuidar la comunicación no verbal y velar por que esta sea concordante con la verbal. Decir: “Ya sabes que valoro tu trabajo” con cara de enojo y los brazos cruzados, dejará a la persona peor que si no le hubieran dicho nada. El contacto visual es clave, debe ser frecuente pero no exagerado, mientras que el volumen de voz, no debe ser ni muy alto ni muy bajo.

Es importante cuidar el ambiente que elegimos para comunicar y considerar factores psicológicos para ser más efectivos: si vamos a criticar o pedir explicaciones, debemos esperar a estar a solas con nuestro interlocutor. Por el contrario, si vamos a elogiarlo, será bueno que esté con su grupo u otras personas significativas. Sin duda requiere de un trabajo sistemático, pero que aportará de manera importante a la disminución de accidentes laborales.

Mayo 2014
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Comentarios acerca de este artículo
Dixon Vera SENAPRO (24/11/2015)

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