El estrés de la vuelta al trabajo

Por Thierry Guihard, Director General Sodexo Servicios de Beneficios e Incentivos.

Así como los días previos a salir de vacaciones generan ansiedad, la vuelta al trabajo y a la rutina también debe ser vista con cuidado, ya que puede generar trastornos psicológicos que afectan el ánimo y desempeño de los trabajadores.

En muchos casos, volver al trabajo después de las vacaciones genera angustia, decaimiento, e incluso se puede llegar hasta la depresión o síndrome post vacacional. Según estudios realizados en EE.UU. y Europa, los niveles de depresión por esta causa llegan al 65% de los encuestados. En nuestro país, este fenómeno también se da: un estudio realizado en 2013 por trabajando.com reveló que el 35% de los trabajadores chilenos dice sufrir este síndrome. Entre aquellos que dijeron sentirse con depresión, el 33% siente tristeza y falta de interés por lo que realizan; un 15% afirma que le cuesta concentrarse; un 12% asegura tener dolores físicos, musculares o jaquecas frecuentes, mientras que un 9% señala estar más irritable y/o nervioso. Es un síndrome o tipo de depresión que, aunque es cuestionado por algunos médicos, todos coinciden en que es normal que durante los primeros días de vuelta de las vacaciones cueste retomar el ritmo y ponerse al día. Lo importante es que esto no se prolongue, porque ahí sí se puede caer en esta depresión. ¿Qué acciones tomar? Si bien afecta directamente al empleado, es importante que las empresas tomen conciencia de este síndrome, resultando clave generar iniciativas que apunten a facilitar la vuelta al trabajo. En primer lugar, los departamentos de Recursos Humanos deben reconocer la existencia de este síndrome. En la medida que se acepta, se puede trabajar para evitarlo. Por otro lado, es sumamente importante que tanto empleador como empleado se pongan de acuerdo, llegando de las vacaciones, en una fecha y hora para reorganizarse. Así como el trabajador debe retomar la rutina, la compañía tiene que traspasarle la información de lo que ocurrió durante su ausencia. Es aconsejable que aprovechando el inicio de un nuevo año laboral, se fijen metas y desafíos anuales. En este caso el colaborador no debe sentir que lo están presionando con más trabajo; la idea es que en conjunto (jefe y empleado) conversen y determinen estas metas y desafíos. Un cuarto punto es que, así como se conversa con el trabajador sobre sus metas y desafíos, la firma debe ser transparente en comunicar los planes que tiene la empresa y cuáles son las oportunidades de crecimiento, de sus trabajadores, para el futuro. El “soft landing” o aterrizaje suave, es otra práctica que nace desde la empresa y que ayuda a sus colaboradores a reincorporarse. El sistema consiste en que el empleado que salió dos semanas seguidas de vacaciones, a su regreso, pueda trabajar dos horas menos el primer día y, una hora menos el segundo. Finalmente, las compañías deben incentivar a sus funcionarios en que si hicieron actividades al aire libre durante las vacaciones, estas no tienen por qué acabar. Hacer deporte o actividades que los saquen de la rutina los mantiene activos y comprometidos. Las empresas deben ver esto como algo positivo, porque empleados más felices son trabajadores más comprometidos con su organización. Ahora, nada es mágico y estas ayudas que nacen desde la empresa, deben ir acompañadas con iniciativas de los colaboradores. Acciones como ajustar el horario de sueño una semana antes de volver al trabajo, volver a las labores un miércoles o jueves y no un lunes, o controlar las expectativas sobre el regreso, harán que el proceso de retomar la rutina no sea tan traumático.