GESTIÓN DE RESIDUOS SÓLIDOS En busca de la sustentabilidad

Para lograr la sustentabilidad del negocio, una empresa debe conocer sus residuos y buscar formas para reducirlos y disponer de ellos. En este sentido, una correcta Gestión de Residuos Sólidos es un primer paso para alcanzar dicho objetivo. En este reportaje, conoceremos la visión de tres reconocidos especialistas en el área.

Se considera Gestión de Residuos Sólidos todo lo que pasa con los materiales de desecho, desde que se generan hasta su etapa final, incluyendo el acopio temporal, el transporte, la disposición final o los tratamientos de reciclaje. Esta tiene los objetivos de reducir sus efectos dañinos sobre la salud de las personas y del medioambiente, y de recuperar los recursos disponibles. En este sentido, conocer sus procesos productivos y los residuos que éstos generan, es el primer paso que una empresa debe dar para desarrollar una adecuada estrategia de Gestión de Residuos Sólidos, y en base a ese análisis, pueda decidir qué camino seguir con ellos. Así lo indica Fernando Nilo, Founder & CEO de Recycla Chile, quien afirma que, por ejemplo, una compañía elaboradora de cajas cuyos residuos son solo papel y cartón, podría comenzar por implementar iniciativas de reciclaje, mientras que en industrias donde lo más crítico son los residuos peligrosos, el foco debe estar en la minimización de residuos y reemplazo de materiales, para disminuir el volumen de disposición final en rellenos de seguridad”, agrega. En las empresas productoras de plásticos, Mónica Reyne, Gerente de Proyectos de ASIPLA, señala que, en la actualidad, éstas gestionan sus residuos aplicando la prevención, minimización, reutilización y reciclaje interno, gracias a que la gestión está incluida en el diseño y especificación de los procesos de transformación de plásticos y de su equipamiento productivo. Una cadena de valor Karol Benavides, ASIMET. Fernando Nilo, RECYCLA CHILE. Mónica Reyne, ASIPLA. Una vez iniciado el proceso, los resultados no tardan en llegar. A juicio de Karol Benavides, Jefa Departamento Prevención de Riesgos y Medio Ambiente de ASIMET, éstos van desde los 6 meses a 1 año. Como asegura Mónica Reyne, el camino es crear un plan de control y disminución de residuos en base a la estrategia de su negocio, que integre la disminución, reutilización y reciclaje. Para obtener los resultados buscados, no puede faltar ningún eslabón en la cadena: “Los actores que deben estar presentes en una cadena de reciclaje son generación, recuperación, recolección y transporte, almacenamiento, pre transformación, transformación y cadena de reutilización”, indica la especialista. Las empresas que reciclan sus residuos sólidos obtienen ahorros significativos por concepto de reciclaje. La ecuación matemática es lógica: reciclan sus residuos sólidos internos en lugar de disponer, almacenar, transportar y enviar a un vertedero los residuos sin lograr valorizarlos. Además, como explica Mónica Reyne, las empresas transformadoras pueden incorporarlos en sus procesos en lugar de emplear material virgen a precio de mercado. Sin embargo, el ejecutivo de Recycla aclara que el enfoque correcto no es solo rentabilidad, sino la sustentabilidad de los recursos y la responsabilidad ambiental. “El valor nacional de los productos reciclables no representa un ingreso importante, pero podría significar disminuir los costos de disposición final, ya que se dispondría menos residuos al relleno sanitario”, recalca. Por eso, los expertos afirman que, más allá del ahorro, los planes de gestión de residuos o los programas de reciclaje son un mecanismo que permite a las empresas relacionarse mejor con la comunidad. De acuerdo a la opinión de Karol Benavides, es un excelente camino para evitar generar impactos negativos en ella. Nilo coincide con esta afirmación, señalando que “sin duda, las comunidades perciben de buena manera que las empresas gestionen sus residuos, porque implica que lo que ellos generan como residuos no llegará a botaderos cercanos a sus comunidades de forma ilegal, ni tampoco se transformará en focos de riesgo como incendios o enfermedades”, detalla. La ley ancla Considerando que es uno de los instrumentos más utilizados para fomentar estas prácticas en cerca de 27 países, hace más de dos décadas, se espera que la ley de Responsabilidad Extendida del Productor (REP) sea un motor importante para el desarrollo de estas prácticas en el país. Como señala Mónica Reyne, dentro de sus ventajas está el incentivo al desarrollo del ecodiseño en envases y al uso de mono-materiales, que permitan su reciclaje y reutilización. La iniciativa tiene como finalidad que las empresas que colocan los bienes de consumo en el mercado se agrupen para hacerse cargo de la gestión del manejo de estos residuos valorables, y que los fabricantes de envases y embalajes trabajen en la búsqueda de tecnologías que permitan el óptimo reciclado o reutilización de estos productos. Así, como asegura Nilo, es posible garantizar que los beneficios de envases y embalajes se extienden hasta después de su consumo. Sin embargo, según la opinión de la experta de ASIPLA, es necesario que existan las condiciones para que opere en forma exitosa y que todos los actores estén comprometidos, lo que requiere que consumidores y municipalidades tengan los incentivos y obligaciones para lograr los volúmenes necesarios para que surja una industria del reciclaje económicamente sostenible. La industria está avanzando y en capacidad instalada el país está preparado para recibir volúmenes de reciclaje muchísimo mayores. Por ejemplo, en el área de plásticos se importan más de 15 mil toneladas en botellas para usar como material reciclado, lo que para la ejecutiva de ASIPLA indica que la capacidad instalada para los volúmenes que debiera generar la REP está; solo faltan los incentivos.