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MÉTODO FANGER
Equilibrio para el confort térmico
Por Gonzalo Moya, docente de las carreras de Prevención de Riesgos Duoc UC, sede Puente Alto.

A partir de la información relativa a la vestimenta, la tasa metabólica, la temperatura del aire, o la presión parcial del vapor de agua, entre otros factores, este método -propuesto en 1973 por P.O. Fanger- es hoy uno de los más extendidos para la estimación del confort térmico.

¿Cuándo estamos en un ambiente confortable desde el punto de vista térmico? La aparición de equipos y tecnología para el acondicionamiento de aire en los lugares de trabajo, con el propósito de proporcionar confortabilidad, ha generado en más de alguna oportunidad diferencias respecto al nivel de sensación térmica de los distintos individuos que comparten una zona de trabajo. “Mucho frío”, “mucho calor”, son frases comunes para referirse a la sensación térmica.

Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), el confort “es un estado de bienestar físico, mental y social”, por cuanto dependerá de cada persona definir qué siente por bienestar.

Pero, ¿cómo establecer un criterio común respecto al confort térmico en espacios compartidos? En 1973, Povl Ole Fanger propuso a través de la prestigiosa Editora McGraw-Hill de Nueva York, un nuevo método para la estimación del confort térmico, incluyendo principalmente aquellas variables que influyen en los intercambios térmicos del entorno de trabajo.


Niveles de sensación térmica

Este método considera a la persona como un receptor pasivo de estímulos térmicos del ambiente, dados por la física de la termodinámica y de los intercambios de masa en la superficie del cuerpo, y ha sido considerado como uno de los más completos, prácticos y operativos para la valoración del confort térmico en espacios interiores.

Se basa en la información entregada mediante encuestas, por un grupo numeroso de personas respecto de una escala de sensación térmica de 7 niveles, utilizando la siguiente escala numérica:

3: muy frío

2: frío

1: ligeramente frío

0: neutro (confortable)

+1: ligeramente caluroso

+2: caluroso

+3: muy caluroso

Posteriormente, se definen otros parámetros de confort, que están determinados por las variables del entorno, tales como:

Temperatura del aire y radiante.

Humedad relativa del aire.

Velocidad del aire.

Y otras variables que dependen del individuo, tales como:

Tipo de vestimenta.

Metabolismo.

Bajo una ecuación de confort se estima finalmente, el grado de satisfacción de los trabajadores, el cual, a pesar de todo, conlleva la insatisfacción del 5% del grupo, pues resulta imposible conseguir condiciones ideales en el mismo recinto para la totalidad de las personas.

En resumen, cuando se busca avanzar en temas como el mejoramiento de los ambientes de trabajo, el método Fanger permitirá al evaluador analizar el ambiente térmico en el que el trabajador desarrolla su tarea, con el fin de identificar si dichas condiciones proporcionan una sensación térmica confortable para la mayoría de las personas, o bien si es necesario proponer medidas correctivas que garanticen, en la medida de lo posible, el bienestar térmico. Esto, que ayudará a mejorar la calidad de vida de las personas, finalmente redundará también en un aumento de la productividad.

Recomendaciones preventivas para un mejor confort térmico de los trabajadores:

En relación a la temperatura de confort para el trabajo relacionado con oficinas, de acuerdo con normativas internacionales reconocidas, los estándares de rangos propuestos son entre 21° a 23° en época invernal y de 23° a 26° en época estival.

Respecto de la humedad relativa del aire, también es un parámetro importante a considerar, ya que una gran parte del calor que genera el cuerpo humano se disipa por evaporación de sudor a través de la piel, favoreciéndose con una humedad relativa del aire baja y retardándose si esta es alta, por lo que ella ejerce una influencia importante en el confort y demás sensaciones físicas de las personas; en general, el valor de humedad relativa ideal es de 50%.

Las velocidades del aire bajan la temperatura efectiva que las personas perciben, esto es, modifican la sensación térmica de las mismas; al respecto y debido a que las temperaturas que son percibidas como confortables dependen de la actividad (carga metabólica) que la persona realice, se tiene que para personas normalmente vestidas, en una actividad ligera y con una temperatura ambiental de entre 20 y 24 ºC, un movimiento de aire a una velocidad cercana a 0.5 m/s les proporciona una sensación de frescor confortable, pero para personas con una actividad pesada, con gran esfuerzo muscular, esta sensación de alivio se producirá a velocidades del aire sobre 2.5 m/s.

Septiembre 2013
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Comentarios acerca de este artículo
Diana Teresa Bernal LUNA (07/11/2016)

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