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Fernando Silva, Director General de Fire-Stop Systems
“La protección pasiva no actúa exclusivamente frente a un incendio, sino que está siempre trabajando”

A nivel mundial, la protección pasiva de incendios ha tenido un gran desarrollo en los últimos 30 años, posicionándose actualmente como una eficaz alternativa para controlar este tipo de siniestros en la industria. Empresas de diferentes sectores han confiado en este método integral que considera, de acuerdo al tipo de instalación que se quiera proteger, diferentes productos ignífugos que disminuyen en forma importante las probabilidades de un incendio. Para hablar sobre esta tecnología y sus beneficios, conversamos con Fernando Silva Calonge, Miembro Directivo de la National Fire Protection Association (NFPA) y Director General de Fire-Stop Systems, una de las precursoras de este sistema en Chile.

¿Por qué es importante contar con un sistema de protección pasiva contra incendios?
La protección pasiva no actúa exclusivamente frente a un incendio, sino que está siempre trabajando. Se trata de recubrimientos (morteros, coatings, paneles u otros) que se aplican en forma de pintura o mampostería, consiguiendo que un objeto deje de ser inflamable. De este modo, es posible abarcar los diferentes elementos inflamables de un lugar determinado, reduciendo significativamente las probabilidades de que se produzca un incendio.

En los últimos años, esta tecnología ha tenido un gran desarrollo, lo que ha redundado en que, por lo menos, ya se estén incorporando en las normas y estándares del área, desplazando paulatinamente a otros sistemas de protección en aquellas aplicaciones en que pueden ser excluyentes.

¿Qué criterios se deben tomar en cuenta para implementar este tipo de sistemas?
Tomando el caso de una planta minera o de celulosa, por ejemplo, nos damos cuenta que, si bien es necesario preocuparse de generar elementos de protección contra incendios en todo el proceso productivo, se debe prestar una mayor atención a las instalaciones eléctricas, considerando que cerca de un 60% de los incendios tienen su origen en éstas.

En el pasado, las redes eléctricas se han protegido con sistemas de sprinklers, que terminaban por sobrecargarse debido principalmente a las grandes extensiones que estos sistemas debían cubrir y la cantidad de aspersores necesarios para ser efectivos. Por esto, hace más de 30 años, se desarrolló otra solución: un coating ignífugo, con el que se envuelve los cables, eliminando completamente el riesgo de incendio. No hay que dejar de considerar que estos productos deben ser ensayados por los laboratorios más exigentes del mundo.

Recordemos que en un conductor eléctrico, el fuego se puede ocasionar de dos maneras: un cortocircuito, donde el cable termina fundiéndose y quemando la chaqueta que lo cubre, que es altamente inflamable; o puede ser de origen externo, como la caída de soldadura en la superficie de los cables, donde se inicia un fuego. Pero al aplicar este coating, su composición evitará que se desencadene un incendio.

En términos de costos, ¿cuál es la diferencia con un sistema típico de protección activa?
En general, es sumamente competitivo. El costo de estos sistemas es varias veces menor al de los sistemas habituales, sin mencionar que no necesita mantenimiento ni presencia humana para su funcionamiento. Además, no requiere de mecanismos externos (como una bomba) que lo activen, y presenta una larga vida útil (hasta de hasta 70 años).


Sistemas de protección en la industria nacional


De acuerdo a Fernando Silva, los grandes sectores industriales en Chile, tales como la minería, la papelera y la siderurgia, son los que han liderado la aplicación de sistemas de protección pasiva, respondiendo principalmente a normativas internacionales. Aún en nuestro país, las normativas son muy incipientes y no existen leyes que consideren estos sistemas dentro de la prevención de incendios en forma integral, a diferencia de otros países, incluso de la Región, en que se han adoptado varias normas NFPA.

¿Cómo están posicionados los sistemas de prevención de incendios en la industria nacional?
En Chile, cuando se habla de prevención de incendios, se relaciona inmediatamente a bomberos, y eso está mal, porque el combate al fuego debe ser el último eslabón de la cadena de protección contra incendios. En primer lugar, hay que desarrollar la ingeniería conceptual, básica y de detalle asociada a este ámbito, considerando qué elementos se deben proteger y qué sistemas se pueden incorporar para disminuir el riesgo, todo esto considerando las normativas internacionales vigentes. En una segunda etapa, es necesario incorporar una protección pasiva, donde se eliminan todas las fuentes de riesgo posibles; y en una tercera etapa, incluir las soluciones de protección activa. Sin embargo, generalmente en Latinoamérica, la protección contra incendios se sigue relacionando inmediatamente con el combate del fuego, la cual pasa a ser la cuarta y última etapa, en consideración que hay muchos aspectos que pueden evitar un siniestro.

¿También hay una barrera cultural a superar?
Sí, hay mucho desconocimiento. Hemos hecho una labor muy importante en capacitar a profesionales de la industria, sin embargo, hay mucha capacitación a realizar a nivel escolar, familiar, entre otros. Aún existen muchos actores de la industria que consideran que la protección contra incendios es un gasto, por lo que no enfrentan los proyectos en esta área como una inversión. En este sentido, si se hace una evaluación económica del riesgo y de un sistema de protección contra incendio, uno se da cuenta que estas soluciones son un activo fijo, pues su incorporación representa una plusvalía para un edificio o planta industrial. Es una inversión, nunca un gasto.

¿Cómo se vislumbra el desarrollo de estos sistemas en el país?
Independientemente de los problemas antes mencionados, creo que la tecnología de protección pasiva va ganando participación en el país, ya que las normativas se van adecuando cada día más y también se van sumando nuevas aplicaciones, como por ejemplo, en el sector residencial. También observo que en el sector Construcción, está aumentando el uso de materiales retardantes de fuego para reemplazar a uno de los elementos más nocivos asociados a los incendios: el poliuretano.

Sin embargo, un tema preocupante es que, a nivel sudamericano, somos el país más desarrollado a nivel de infraestructura, pero el que tiene el menor número de integrantes en la NFPA, el organismo que lidera este tema a nivel mundial. Sus normas están siendo aplicadas en Argentina, Costa Rica, Puerto Rico y Perú, entre otros países de la Región. En cambio, en Chile, nuestras normas de prevención de incendios son desarrollos que no tienen el mismo alcance. Es necesario que haya voluntad por parte del Estado para definir el estándar de seguridad.

Octubre 2012
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