VENTILACIÓN DE AMBIENTES INDUSTRIALES Aire respirable y su incidencia en la salud laboral

En diferentes procesos industriales, los trabajadores pueden sufrir consecuencias ligadas a una mala ventilación. Una inadecuada circulación de aire aumenta el riesgo de enfermedades o intoxicaciones, las que, en casos extremos, pueden incluso causar la muerte.

La emanación de gases y otras sustancias volátiles, generadas por los procesos industriales, pueden conformar ambientes hostiles para las personas que trabajan en ellos. En estas situaciones, la presencia de agentes tóxicos o la variación de las concentraciones de oxígeno pueden ser detonantes de una serie de trastornos en la salud. En este sentido, el objetivo de la ventilación de espacios industriales es mantener el aire en condiciones respirables, libre de tóxicos o agentes patógenos que pueden causar enfermedades tanto a corto como a largo plazo. De acuerdo a información entregada por el Departamento de Salud Ocupacional del Instituto de Salud Pública (ISP), los contaminantes en ambientes industriales pueden causar daño en la salud de las personas y se pueden clasificar básicamente en aerosoles sólidos o líquidos, y en gases o vapores. “Por ejemplo, se encuentran partículas sólidas finamente divididas como sílice en procesos de fracturamiento de material, humos metálicos producto de trabajos de soldadura, solventes en procesos de limpieza, polvo de madera en procesos de lijado, solventes en procesos de pintado, formaldehído en diálisis, etc.”, indica la entidad. Estos componentes, al ser inhalados y asimilados por el organismo, pueden llegar a provocar graves consecuencias, “si los límites permisibles son excedidos en un tiempo suficiente para que el contaminante genere alteraciones crónicas”, explica la institución. En este sentido, la exposición continua puede ocasionar alteraciones neurológicas y hematológicas, así como cáncer, entre otras. Además, cuando el compuesto posee una alta toxicidad aguda, como en lugares donde se acumula ácido sulfhídrico o cianhídrico, el riesgo de muerte es elevado. El Dr. Gustavo Contreras, Broncopulmonar y miembro de la Sociedad Chilena de Enfermedades Respiratorias, agrega que cuando la concentración ambiental se mantiene sobre la norma en forma persistente, o se trata de contaminantes demasiado dañinos, el trabajador que los inhala, sufrirá lo que se conoce como “accidente inhalatorio”, el que puede conllevar las consecuencias antes mencionadas. Marco legal El DS N°594 del Ministerio de Salud, sobre condiciones sanitarias y ambientales básicas en los lugares de trabajo, destina cinco artículos a establecer las condiciones mínimas de ventilación en estos lugares. Esta normativa señala que el flujo de aire puede ser originado por medios naturales o artificiales, pero debe proporcionar condiciones ambientales confortables y que no causen molestias o perjudiquen la salud del trabajador. En base a ello, indica Contreras, “los lugares de trabajo deben ser diseñados de forma tal que cada trabajador disponga de 10 metros cúbicos de aire limpio, los que se deben renovar a razón de 20 metros cúbicos por hora. También establece que el flujo de aire no deberá exceder la velocidad de 1 metro por segundo. Al cumplirse estas disposiciones, cada trabajador podría disfrutar de un ambiente de trabajo saludable”. Si bien la ley indica las condiciones de calidad del aire mínimas, en ella no se explicita la obligatoriedad en la instalación de sistemas de ventilación, o las características con las que debieran contar, pero induce a incorporarlos al exigir niveles tolerables de calidad de aire, ya que, en muchos casos, es imposible cumplir sin estos sistemas los niveles máximos exigidos por ley. La preocupación de las empresas Según el Dr. Contreras, en los últimos años, “la intención de proteger a los trabajadores ante agentes capaces de enfermarlos ha crecido, en especial en las grandes empresas, pero no así en la pequeña y mediana industria. La ventilación adecuada no es una prioridad para los empleadores ni para los trabajadores”, sentencia. Además, el especialista considera que aún las compañías desconocen la magnitud del problema causado por las enfermedades laborales. “La calidad de los registros no es adecuada (fenómeno que se observa también en países con mayores niveles de desarrollo), y existe un desconocimiento generalizado sobre las patologías a las que se ven expuestos; empleadores, trabajadores e incluso médicos, no están familiarizados con este tipo de enfermedades, por lo que no se diagnostican”, enfatiza. Por su parte, el ISP explica que la inversión de equipos de ventilación puede ser un factor que ha incidido en que las empresas cuenten con instalaciones deficientes. “Esto nos orienta a pensar que las compañías que más adolecen de una ventilación inapropiada son las de menores recursos: las pequeñas y micro empresas. Y es aquí donde entidades estatales pueden orientar y dar soluciones a sus problemas de manejo de aire”, añade. Como una medida de apoyo, el Departamento de Salud Ocupacional del ISP ha generado documentos (protocolos de acceso público) que entregan información específica tanto para entidades de salud como para el ámbito industrial. Dr. Gustavo Contreras, Broncopulmonar y miembro de la Sociedad Chilena de Enfermedades Respiratorias Efectos de una ventilación deficiente sobre el trabajador • Disminución del rendimiento. • Disconfort por un ambiente incómodo. • Alteraciones respiratorias, dermatológicas. • Posibles riesgos de intoxicación ocupacional y presencia de sustancias químicas en áreas sin ventilación adecuada, pasando los límites permitidos.